Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


¡Ay, Ay, Ay, que nieva en abril!

22/04/2022

Gran conmoción por las cajas de entontecer al personal ¡Que va a llover y hasta helar y nevar y es finales de abril! Pues claro. Es que es abril.
Estamos todos con el mantra-moda de lo del cambio climático que hemos tirado al bidón de basura, reciclable, por supuesto, al sabio y experimentado refranero: 'Hasta el 40 de mayor no te quites el sayo'. Aunque un día antes te hayas puesto el bañador. Y más si es Albacete, donde se añade que allí 'hasta el 47'. Lo mismo se ha hecho con todos los demás. 'Abril, aguas mil' o el de 'Marzo ventoso y abril lluvioso, hacen de mayo florido y hermoso'.
 Vamos que normal, y bueno, además, lo que está sucediendo este final de invierno y esta esperanzadora primavera.  Aunque, eso sí, algunos frutales pueden sufrir y habrá que tener cuidado con plantar por según que sitios las tomateras. Pero por lo demás, bien. Que las montañas de la zona norte de la Región, mi siempre bien mirado Ocejón, cojan nieve de nuevo estará pero que muy bien. Agua será. Y que nieve por muchos otros sitios, aunque en nada vuelva a salir gente bañándose en las playas es algo muy a celebrar. Por algún lado, pongamos que hablo del Alto Tajo, a uno que me conozco muy bien le nevó un primero de junio metido en el río y hubo de salir a escape de allí. ¡Aun me acuerdo del pasmo hasta llegar a refugiarme en el coche!
 Nada más lejos de mí, no lo tomen por donde no es, que negar, el gravísimo problema de contaminación atmosférica que la actividad humana está causando y las terribles consecuencias que ello puede traer al planeta. Es un hecho científico y, además, muy palpable en nuestro propio territorio a nada que se quiera mirar y comprobar lo que está sucediendo, sin ir más, lejos con las fuentes y calzarizos que había hace 50 años y hay a día de hoy por cada término municipal. Si algo, quizás, haya que reprochar es la propia terminología impuesta, porque si ha habido cambiante a lo largo de la historia de la tierra ha sido el clima. Glaciaciones, periodos muy cálidos y otros, aun en periodos interglaciares, muy frío como es bien reciente, tan solo hace un poco más de dos siglos, que eso no es nada, atrás, la Pequeña edad de Hielo, que congeló hasta el Támesis.
 El asunto de hoy, sin embargo, es otro porque este cambio, que puede ser catastrófico, lo estamos provocando nosotros mismos.
 Pero el haber convertido el asunto en un mantra-moda-consigna que vale para todo y a todo se aplica y que salen 'climatólogos' por todos los lados y admonizándonos primero y prohibiéndonos de inmediato, de todo lo que según ellos no podemos hacer y, por el contrario, vendiéndonos como obligado, necesario y porque si no somos unos asesinos planetarios, es algo que ya se ha convertido en insoportable y en un insulto a la inteligencia más mínima.
 No hay anuncio, dígase 'spot', para quedar 'guay', en el que no te apliquen de principio o de final que comprando este coche, aquel champú, ese otro detergente o aquel alimento vas a salvar el mundo, la naturaleza y hasta el universo en general. Hastía hasta tal punto la murga que, por ejemplo, en mi caso, producto que me viene con tal propaganda envasado lo pongo en cuarentena y a la cola de los que voy a comprar.
A todos estos salvaplanetas de pacotilla y ocasión le hace falta un viaje o ese documental que nunca se hará, ni veremos jamás en TV, de los cielos de China (y de EE.UU. y de tantos países más) y la inmensa nube tóxica que se extiende por todo el horizonte sobre sus grandes ciudades y centros industriales. Por ahí viene la cosa y no por comerse un filete.