Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


El diálogo imposible con los nacionalistas

07/06/2021

Pedro Sánchez telefoneó a Pere Aragonés, presidente de la Generalitat, para abrir la vía de diálogo cara a lo que en la sala de propaganda de la Moncloa denominan el ‘reencuentro’ con Cataluña, o en su variante más cursi, la ‘concordia’. ‘Mimar’ a los independentistas, aconsejaba días atrás la ministra Yolanda Díaz, siempre políticamente descarriada. Un enunciado, el de recuperar el diálogo, de todo punto falso ya que ningún presidente del Ejecutivo español ha negado jamás sentarse a conversar con los dirigentes catalanes. Ni Zapatero (les regaló un Estatuto por casi nadie demandado), ni Rajoy ni menos aún el propio Sánchez, abierto a todo tipo de consensos.
El actual jefe del Gobierno llegó incluso a protagonizar en Pedralbes un diálogo inaudito con el entonces presidente Quim Torra, un personaje delirante ya olvidado, en el que se planteó la creación de unas ‘mesas de diálogo’ con un relator internacional, asunto que provocó la respuesta en la plaza de Colón.
Ahora los nacionalistas pretenden reeditar esas mesas, con Oriol Junqueras, en prisión, como uno de los protagonistas de la sesión. Nadie duda que de esa mesa de diálogo apenas podrá surgir acuerdo alguno dentro del marco de la legalidad. Las reclamaciones del nacionalismo no van a detenerse en los indultos, que ya prepara el Ejecutivo socialcomunista. Seguirán luego otras demanda, como la amnistía imposible, el referéndum que dicen ‘pactado’ y por supuesto la autodeterminación, a la que ya se apunta también el PNV, siempre dispuesto a sacar tajada.
Sabido es que Sánchez le debe el gobierno a ERC, y que necesita a esta facción separatista para mantener una mayoría parlamentaria equilibrada. Pero también es obvio que no cabe pensar en ‘concordia’ alguna con n partido cuyo objetivo primordial es dinamitar la actual estructura de nuestra organización territorial y el Estado de derecho. Pedirán más concesiones, exigirán más dádivas. Una actitud que ha caracterizado desde siempre al secesionismo republicano, incapaz de llevar a cabo una gestión de gobierno sensata y provechosa. Cataluña se hunde bajo el mando de estos aventureros xenófobos mientras Sánchez les tiende la mano con el único objetivo de mantenerse en el poder. Así es de triste y desesperanzado nuestro presente.