La idea de hablar en cristiano y no en sarraceno, formaba parte de la tradicional inquina y desidia de los españoles al estudio de las lenguas extranjeras, históricamente derivada de la autosuficiencia arraigada en el subconsciente colectivo, que otorga el hecho de sentirse hijos de una lengua universal.
Pero en estos tiempos, esfumados los delirios de grandeza, el conocimiento de idiomas se ha convertido en una herramienta fundamental para encontrar o mejorar el empleo, disparándose la demanda de formación en lenguas extranjeras. En Albacete, sin ir más lejos, con una matrícula de casi dos mil alumnos presenciales, entre alumnos de cursos ordinarios y alumnos de cursos monográficos, como inglés para profesionales sanitarios, inglés comercial o alemán avanzado, entre otras opciones, y con alumnos de idioma aplicado al canto, o inglés a distancia, la Escuela Oficial de Idiomas se constituye como la más importante de Castilla-La Mancha, aunque su relevancia no está siendo precisamente correspondida, como debiera, por las autoridades educativas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, de la que depende.
Uno no se explica el motivo por el que la Escuela Oficial de Idiomas de Albacete, por la que han pasado cincuenta mil alumnos en sus treinta y seis años de funcionamiento, siga todavía sin un edificio propio de uso exclusivo, tal y como disponen las Escuelas de Danza o de Arte en Albacete, o la Escuela Oficial de Idiomas de Toledo, la de Ciudad Real o la de Guadalajara, siendo todas de Régimen Especial como la de Albacete.
Durante todos esos años la Escuela Oficial de Idiomas ha estado funcionando de manera itinerante, provisional, vagando como alma en pena en esa travesía del desierto que supone carecer de centro educativo propio. Es inconcebible la creación de cualquier institución educativa, ya sea un nuevo colegio, instituto, facultad o conservatorio, sin dotarlo de un espacio físico adecuado donde impartir sus enseñanzas. La Escuela Oficial de Idiomas de Albacete comenzó en unas aulas prestadas por el Instituto Bachiller Sabuco, después estuvo donde ahora se ubica el Conservatorio, luego compartió espacio con el Instituto Bernardino del Campo y hoy lo comparte con el Instituto Ramón y Cajal, con las lógicas consecuencias que repercuten negativamente en la normalidad de la formación, como la falta de acondicionamiento acústico para la enseñanza de idiomas, la imposibilidad de atender a la creciente demanda en la oferta habitual de idiomas, y la imposibilidad de ofertar la creciente demanda de otros idiomas, como  valenciano, chino, portugués y ruso, sobre todo.
Es evidente que nuestros políticos, a quienes todavía les tienen que traducir el rótulo indicador de la salida en los aeropuertos, siguen otorgando la consideración de maría a los estudios de lengua extranjera y, ante la escasez de recursos, aplican de manera literal el criterio de 'from de lost to de river'.