Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Patrimonio

20/09/2021

De la interacción entre el hombre y la naturaleza surge la idea de un territorio cultural. Las construcciones que se levantan en el territorio son producciones culturales ya que implican un conjunto de necesidades, delimitaciones y usos que nos introducen en las formas de vida. Las construcciones rurales desde muros, puentes o campos, o las urbanas como casas, edificios o pueblos son un reflejo material del sistema de vida y la diversidad de soluciones que encontramos en un territorio. Son producciones sociales y culturales.
Y es que la palabra o término de ‘patrimonio’ encierra un concepto mucho más amplio ya que alude a ‘propiedad de todos’, es decir, ese sentimiento de que lo que nos rodea, sea material o inmaterial, rural o urbano, natural o edificado, es para nuestro disfrute y enriquecimiento personal; ahora bien, siempre que los sepamos respetar, cuidar, mantener y ofrecer.
Y para que esto tenga sentido, sea admirado y sea comprendido se han de fomentar las dinámicas capaces de unificar los criterios urbanísticos y patrimoniales para llegar a un objetivo deseado, normalmente garantizar la protección y revitalizar el patrimonio cultural.
Y eso es lo que este pasado viernes pudimos rememorar y disfrutar, viendo como el macroedificio eclesial del convento concepcionista de la villa de Moya, inauguraba su cubrición ante curiosos y autoridades, con la presencia del alcalde de la villa, del Diputado de Patrimonio, de la Delegada de Sanidad, del Subdelegado del Gobierno de España y de los arquitectos y arqueólogos implicados, sin olvidar alcaldes de la comarca, aficionados a las humanidades, asociaciones y otros colectivos que veían como una nueva muestra de restauración en esa ingente y solemne villa que tanta historia encierra. Un nuevo diálogo en tiempos presentes.
Porque a las preguntas: ¿El patrimonio cultural y el turismo incentivan este diálogo?, ¿El patrimonio cultural y el turismo sostenible pueden crear el tejido social para acercarnos a la interculturalidad? Y la respuesta es sí, porque cultura y turismo es igual a patrimonio y desarrollo. Y esta es una muestra más de ello. Enhorabuena a todos los que lo han hecho realidad.
Sin duda, una maravillosa concepción en materiales modernos, estructuras de vanguardia y adecuación de estilos, puso en valor, lo que a partir de ahora puede ser un nuevo espacio cultural, rico en bondades arquitectónicas y adecuado a que los ediles y colaboradores culturales puedan llevar a cabo numerosas y didácticas actividades para enriquecimiento del ciudadano.
En un espacio tan inmenso, lleno de esperanza, no podía ni debía faltar la música, y ese colofón lo pusieron en su concierto las virtuosas hermanas Olmedilla, Ruth y Miriam, violín y chelo, creando una atmósfera inigualable para todos los presentes que fuimos muchos y que disfrutamos de todo cuanto aconteció en esas «ruinas majestuosas» de una ciudad que en la Edad Media dejó sentir su poder, su señorío y su marquesado: la villa de Moya.