Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Te van a quemar

20/07/2021

Cuando hicieron ministra por primera vez a Nadia Calviño hace pocos años, un compañero de trabajo me la ponderó hasta el extremo. Yo no le atendí mientras hablaba porque su fuente de información era el mismísimo padre de la señora, José María Calviño, el que fuera director general de televisión en el primer mandato de González, y el más sectario y manipulador de todos ellos y ellas, y mira que ha habido perfiles siniestros en ese cometido. Aunque hubiera sido alguien apreciado, es claro que no es esa buena fuente, pues rara vez los padres, a excepción de si son ciertos Borbones, se dedican a faltar a sus crianzas.
El resumen del panegírico de la ahora nueva vicepresidenta primera era que tenía una trayectoria profesional intachable, que era inteligente, comedida y, asumía una cualidad normal en seres formados, pero ausente de ciertos ambientes: era razonable. Contra todo pronóstico y con ese perfil, entre Ábalos, Monteros, Garzones y, especialmente Pedrosáncheces, ha ido escalando en el Ejecutivo a las vicepresidencias, para llegar ahora a la primera. ¿Qué puede llevar a un desacertado endémico y crónico como el señor presidente a una decisión tan buena? Pues sí: los dineros, la lana, el parné de la Unión Europea. Tú puedes andar colocando a amigas y compadres en los puestos que quieras, pero cuando los que pagan la juerga llaman al orden, tienes que poner en caja a quien menos temor les causa.
El perfil de esta señora que debiera ser la regla general termina siendo la excepción impuesta. Llegados a este punto lo razonable sería que dado su porte constructivo Nadia Calviño fuera la sustituta de Sánchez, con o sin elecciones, pero eso no va a pasar, y todo lo más la lanzarán a una campaña cuando las encuestas sean tan malas que nada quede por perder. Los motivos son al menos dos: el primero es que, visto el nivel de algunos de los inversores nacionales y extranjeros en nuestro país, el político que nos gobierne ha de ser manejable en términos personales, algo que a mayor independencia y trayectoria profesional se hace más difícil.
El segundo es el del sanchismo, que campa tranquilamente por todo el PSOE nacional: las operaciones políticas, incluida esta sangrienta remodelación, solo se encaminan a sostener en el poder a su accidentado líder. Apuntalado hoy por opciones extremas que están en las antípodas de la moderación, esta señora que forma parte de la mayoría natural antibronca que ustedes y yo componemos, es solo la cara vendible ante las elites financieras que nos quieren manejar sin que se les vaya de las manos el asunto.