Manuel Juliá

EL TIEMPO Y LOS DADOS

Manuel Juliá

Periodista y escritor


Sensaciones

13/03/2023

El alba de un día oscuro agazapada en el horizonte, esperando su momento para volver a ganar la batalla que nunca se acaba. La luna de marzo cruzando las nubes como un barco blanco que navega por la oscuridad. El cielo de plata con su enigma acurrucado en el vacío mientras las farolas esperan su descanso. La soledad de una calle estrecha en la que se oyen unos tacones que vienen de un recuerdo, y van a una misa que sucede en el pasado. El último vino con el amigo que se marcha lejos buscando lo que aquí jamás encontró quizá porque no existe, o quizá porque no sabe buscarlo, o quizá porque el destino ha decidido que no será para él. Los labios de la mujer amada guardando el beso que no quieres que acabe. Un susurro de amor en tu nuca y el cuerpo se estremece hasta que te das cuenta de que sucedió ayer. 
Un anciano que cuando cierra los ojos dice adiós sabiendo que jamás volverán a abrirse. El vagabundo del banco tirado en el suelo, envuelto en mantas y cartones, oyendo como respira el dinero adentro esquivo, equivocado, absurdo. El semáforo que cambia de color mientras un ejército de somnolientos cruzan la calle, muchos saben dónde van, pero algunos miran la luz verde pensando que no es para ellos. Palabras confusas en un bar que huele a calamares y agendas vacías. Árboles que esperan que acabe el invierno para volver a cubrir su alma. 
El sol del mediodía sobre unos vinos que van desapareciendo de un bello recuerdo: vamos a un bar con mesas fuera, necesito fumarme todo, mi soledad, los últimos besos, necesito amar y no volver a equivocarme, siéntate más cerca de mí. La pequeña sonrisa de un niño que se envuelve en los brazos de un hombre grande. Un paseo por la montaña en el que ella y él juran que nada destrozará su amor, pero no saben que no podrán entenderse y romperán su juramento. 
El viento lleno de mensajes esperando que alguien los recoja del suelo: la vida chaval siempre te ofrece algo bueno, pero tienes que saber encontrarlo y luego saber mantenerlo. Un rico que camina sin mirar a nadie. Un pobre que quiere volver a una casa que ya no es suya. Un regatón sonando en la mañana con la inercia de la noche, sale ahogado de una discoteca que no quiere que la fiesta acabe, dentro bailan sombras que la droga mantiene despiertas. Un lunes que otra vez es el comienzo de lo mismo. Las palomas subiendo y bajando mientras un anciano les echa unas migas de pan.