María Antonia Velasco

María Antonia Velasco


Ideas de Bobbio

19/07/2021

Un político de derechas —dijo Bierce— tiene un pecado que es el del cinismo. Mientras que uno de izquierdas, tiene el contrario, que es el de la ingenuidad. En su endiablado Diccionario el mismo el filósofo Norberto Bobbio dijo «Uno está enamorado de los males existentes y el otro pretende cambiarlos por los nuevos que se le ocurren a él».
Pero Bobbio, fue cediendo al argumento de hablar de sí mismo y escribió que el gran patrimonio del viejo está en el maravilloso mundo de la memoria. Frente al deleite de los conceptos, el viejo ahora se vuelve al de los afectos. Al hacerlo nos convence de que la vejez es terrible pues consiste en la vigencia de los recuerdos del amor, de los hijos y de los padres. Al hacerlo, la vejez se convierte en una mercancía engañosa: «Nos engaña quien dice lo contrario», añade parafraseando a Erasmo. 
Con frecuencia la memoria nos extravía, camina despacio, se repite, pero el filósofo dice… «quien alaba la memoria nos aburre». En este enunciado  nadie es perfecto, nadie recuerda nítidamente el camino, ni siquiera la cebolla con su simetría impresionante puede saber lo que es. El hombre no es, a fin de cuentas, la cebolla perfecta que nos dice en un poema la polaca W. Szymborska: La cebolla es otra historia / No tiene entrañas la cebolla. / Es cebolla de verdad / hasta el colmo de la cebollosidad.
Ha llegado el final. El futuro ya no le pertenece al viejo pues delante está la muerte y Bobbio la encara sin esperanza: «Como laico que soy, vivo en un mundo en el que la dimensión de la esperanza es desconocida. La muerte es el principio de no-ser».
La muerte es el hueco exacto de mi vida, dijo Ernesto Treccani, un buen amigo suyo, que organizó un ciclo de conferencias sobre las virtudes humanas, y, al pedirle a Bobbio su colaboración, él inmediatamente se inclinó por la templanza. No la trata como una virtud moral sino práctica. Bobbio, que había sido un entendido en política, no desdeñó la templanza. En Italiano templanza es mitezza, que viene a significar mesura, dulzura y suavidad. No sospechó siquiera que la política o la convivencia pudiera sostenerse en los pilares de la bondad.
Norberto Bobbio escribió Critica sobre mí mismo, recordando a Croce, pues no podía suponer que con la mitezza se pudiera llegar a algo serio. Escribió: «el moderado no tiene una gran opinión de sí mismo, no porque se menosprecie, sino porque es propenso a creer más en la miseria que en la grandeza del hombre. No entra en relación con ninguno de sus oponentes con el propósito de competir o pelear para conseguir sus bienes y vencer. En la lucha por la vida es un eterno derrotado».
En esto último se equivocaba Bobbio. La templanza es al hombre lo que la ductilidad a los cuerpos sólidos. El moderado no es el derrotado, se enfrenta al fuego y lo atraviesa. Y termina su discurso: "Detesto con todo el alma a los fanáticos». Cerramos con Szymborska: Ser no contradictorio la cebolla / reiteradamente desnuda / y hasta el fondo. Lo de la cebolla, eso sí lo entiendo / el vientre más bello del mundo / se envuelve a sí misma en aureolas / para su propia gloria.