Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


Los congresos y el fornicio

01/10/2021

Dice Alfonso Ussía que los congresos de los partidos solo sirven para el fornicio. No digo yo que no haya afortunados, aunque -intuyo- son los menos. Matiz subjetivo al margen, su utilidad es muy reducida para una mayoría de ciudadanos que vive al margen de los aparatos políticos. La del PP de esta semana la ha montado Pablo Casado para reforzar su liderazgo, cuestionado desde el mismo día en el que ganó la carrera de fondo contra Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Poco más. Si atendemos a lo que se ha visto y se ha dicho hasta ahora, el conjunto de votantes sigue con la misma percepción que tenían antes de comenzara esta convención.
Pocos dudan de que Pedro Sánchez va a exprimir la legislatura hasta el final. De agotarse como parece, las elecciones generales se celebrarían cualquiera de los tres primeros domingos del mes de diciembre de 2023. Con más de dos años vista, estas citas internas se presentan como un cónclave para alabar al líder. A Casado, falta le hacen las loas. Salvo alegrías muy puntuales en Madrid, Galicia y Andalucía, o la precisa jugada para conservar Murcia tras la ridícula moción de censura presentada por PSOE y Ciudadanos, en su camino ha tenido que sortear todo tipo de obstáculos. La mayoría son heredados, como los coletazos de Gürtel y los papeles de Bárcenas o el caso Kitchen, esa trama creada para espiar al ex tesorero, supuestamente, con fondos públicos del Ministerio del Interior durante la etapa de Rajoy. La casa la compró sabiendo de sus cargas y con ella todas las deudas pendientes.
En esta convención no se cuestiona su liderazgo, pero Casado es consciente de que solo sobrevivirá de presidente del PP si consigue gobernar. Nunca antes lo tuvo tan cerca. Vox mantiene su electorado prácticamente intacto, pero el desmoronamiento de Ciudadanos ha provocado que esos votantes que fluctúan y que dan y quitan victorias electorales vuelvan a alinearse con las tesis del partido de Casado. Y en esas está ahora el líder del PP, consciente de que, o agarra la presa cuando le toque, o tendrá que marcharse a casa. En los partidos, los tuyos no te suelen dar demasiadas oportunidades. Cierto es que Sánchez las tuvo y surgió como un cadáver redivivo instaurando en España el sanchismo, que no es lo mismo que el PSOE. No cuenta. Lo de Sánchez es un caso demasiado aislado y motivo de estudio para varias generaciones de politólogos.
Es momento de calma en el principal partido de la oposición donde todavía saborean la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Casado la nombró y ahora la hace suya, ocultando que la presidenta madrileña ha conseguido formar una marca propia al margen incluso de las siglas de su partido. Miles de votantes se decantaron por Ayuso sin detenerse demasiado en el sello que ponía en la papeleta. Y miles o millones votarían a Ayuso en unas generales sin mirar el partido por el que se presenta, al que perdonarían todos los pecados que ha podido cometer durante este tiempo. De ahí la postura de la presidenta de Madrid. Primero quiere conquistar todo el poder dentro del PP de la Comunidad. Eso le permitirá mandar no sólo en Sol, sino también reivindicarse en Génova hasta que llegue el cambio de sede. Es ahí donde se nombra a los candidatos y donde se elaboran las listas que son una de las principales herramientas de poder dentro de los partidos. Lo de la convención de estos días es un puro paseo, salvo para el que cumpla las tesis de Alfonso Ussía