Javier D. Bazaga

NOTAS AL PIE

Javier D. Bazaga


Por encima de las siglas

14/05/2021

Seguro que han tenido constancia esta semana del espectáculo bochornoso, aunque cordial, ‘a lo Pimpinela’ que tuvo lugar entre la delegada del Gobierno de España en Madrid y el alcalde de la capital de España, defendiendo cada uno sus posiciones ante las medidas adoptadas por unos y otros para hacer frente al virus de cara a la festividad de San Isidro. Uno que si yo defiendo a los madrileños, otra que si yo defiendo a los ciudadanos en general. Y así se generó una disputa, insisto que cordial porque si escuchan la secuencia de reproches no deja de ser una escena educada y hasta puede que cómica, pero que deja ver hasta qué punto la ideología de un partido marca la acción política, muchas veces al margen del interés ciudadano. ¿O acaso no son lo mismo madrileños que ciudadanos?

Este fin de semana se celebra San Isidro, y el temor de la Delegación del Gobierno ante el desmadre está justificado, después del “fin de año” a destiempo que vivimos el fin de semana anterior una vez que decayó el estado de alarma. Es evidente que esas escenas no representan a toda la ciudadanía. Siguen siendo unos pocos no ya los que se saltan las normas, porque no había ya en vigor norma que saltarse, sino los que siguen siendo irresponsables. Unos pocos que sin embargo son los que dan la imagen de lo que no somos, porque son esos pocos los que no se han enterado todavía de qué va esta crisis, sanitaria, económica, y social. Pero es la imagen que ven fuera.

Pero sigo con lo que estaba, y es que a veces los dirigentes políticos, aunque sea con toda la educación y cordialidad del mundo, discrepan solo por no querer ver más allá de las siglas. Y sería eso malo si todos actuaran igual, pero es aún peor cuando tenemos ejemplos de que se puede hacer de otra forma, al margen de los colores políticos. Perdón, por encima de los partidos políticos quería decir, porque ahí arriba están, estamos, los ciudadanos. Y aquí dejen que recuerde algo, los políticos están a nuestro servicio, y no al revés. Les elegimos nosotros, para que nos representen, y atiendan nuestras demandas.

Pero voy al ejemplo, que me vuelvo a desviar. Ayer, los presidentes de Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha, Javier Lambán, Alfonso Fernández Mañueco y Emiliano García-Page, respectivamente, volvían a reunirse, esta vez en Albarracín, para avanzar en la solución de esos problemas relacionados con el reto demográfico y la despoblación que las tres regiones comparten. Problemas que comparten sus ciudadanos, independientemente de a qué partido estén afiliados, o a qué partido hayan votado. Y es un ejemplo de que estos tres dirigentes, pertenecientes a partidos políticos diferentes, son capaces de mirar por encima de esos colores y de esas siglas. Precisamente porque comparten problemas, pero sobre todo porque comparte la voluntad de querer resolverlos. Y conscientes de que unidos será más fácil lograrlo. Por eso pidieron a la Unión Europea, y al Gobierno de España que, con independencia de que uno milite en un partido y otro en otro, escuchen sus demandas, como las que ya ha impulsado Castilla-La Mancha en su pionera Ley de Despoblación, porque aquí el que gana no es presidente de una comunidad determinada, gana un territorio, gana el bien común.