Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Cuidado con el teletrabajo

19/02/2021

Se ha popularizado en los últimos meses una crítica que en realidad es bastante vieja, aunque ahora llega tuneada. Se repite que los empresarios españoles no están a la altura del teletrabajo, que desconfían de sus empleados, que solo premian la silla caliente. En definitiva, que les falta altura de miras.
Al argumento se le puede dar fácilmente la vuelta. ¿Están los asalariados españoles a la altura? Lo digo porque, por ejemplo, la vida en una oficina española tiene muy poco que ver con la que se desarrolla en el norte de Europa o en Estados Unidos. Escenas cotidianas aquí serían motivo de despido en Ámsterdam, Houston o Estocolmo.
El teletrabajo nos obliga a cambiar radicalmente de cultura laboral. Todos. Los empresarios, pero también los empleados. La mayoría de los cargos intermedios con los que he hablado desde que estalló la pandemia cuentan algo parecido: personas de sus equipos están echando más horas que nunca. En parte por responsabilidad y en parte por culpa de quienes se escaquean aprovechándose de que pueden trabajar en casa sin vigilancia.
La libertad dispara las diferencias, como ha ocurrido siempre. Era previsible que los más responsables, los más ambiciosos o los más motivados, aprovechen la flexibilidad para ser más productivos y organizar mejor su tiempo. Y era igualmente previsible que los más holgazanes, los menos motivados, o aquellos con problemas personales, acaben estirando el chicle por encima de lo tolerable.
A la larga, y por mucho que se legisle, el teletrabajo está destinado a acelerar el huracán hiperindividualista en el que nos encontramos metidos, a disparar la heterogeneidad y hacer las relaciones laborales aún más líquidas de lo que ya eran. Sin el elemento aglutinador del trabajo presencial, se acabará midiendo la productividad con una regla cada vez más precisa. Y quienes más reclaman hoy teletrabajar, podrían ser a la larga los más perjudicados. Cuidado con lo que deseamos, que puede acabar cumpliéndose.