Ahora que los indultos están a punto de caramelo, hay que buscar soportes que aguanten la felonía. Fernández Vara ha sido de los primeros en apearse del burro en un cambio de discurso de difícil equilibrio. No le gustan, pero los entiende. Si la decisión fuera la contraria también la apoyaría, lo que nos da cuenta de la convicción de su propia palabra. El extremeño confía en que sus votantes hagan buenos los versos de Neruda: “es tan corto el amor y es tan largo el olvido”. Aunque no le quieran como antes, espera que los suyos olviden mucho y pronto y le sigan votando. Dos años para las autonómicas es media vida en la que pueden producirse multitud de movimientos. Aquí Emiliano García Page no se ha movido y es claro, como la postura de Ciudadanos, que siguen tragando su propio vómito en los ayuntamientos en los que gobiernan con los socialistas. Luego se extrañan cuando comprueban que han pasado de ser un proyecto ilusionante a situarse al borde de la desaparición.
Lo de Vara es la prueba de que la lealtad a unos colores -desteñidos por la actual dirección- puede cambiar tus propios argumentos en poco tiempo. A partir de ahí, toda la ayuda es poca. La mediática es la que más preocupa a la factoría de marketing de Iván Redondo. Por eso, es capaz de interpretar el plantón de Pere Aragonés al Rey como una ruptura de la tensión: el nuevo presidente no es como Torra. Denle tiempo. Entiéndanle. Compréndanle como a un recién nacido. Lleva poco tiempo, pero ya ha mostrado sus buenas intenciones. ¿O acaso no es de buen chico hacerse una foto con el Rey para no estropear el momento junto al presidente de Corea del Sur? Si no asistió a la cena oficial es porque estaría agotado de tantas concesiones al Monarca.
Los últimos en subirse al catálogo de las justificaciones han sido los empresarios del Círculo de Economía. Blanquear a los que han amenazado con volver a repetir lo mismo que hicieron en 2017 tiene su mérito. Si acudimos al Registro Mercantil, mucho más. Desde aquel inolvidable primero de octubre, Cataluña ha perdido un total de 7.007 empresas. Es un dato que no confirma que todas se hayan ido espantadas por la tensión generada por el golpe separatista. En cambio, una mínima intuición te lleva a plantear que la mayoría han salido por patas al ver la que estaban preparando. En todo este tiempo, Cataluña ha logrado atraer 2.509 sociedades. Las cuentas siguen dejando un saldo negativo.
En este escenario, el líder del PP, Pablo Casado, acudió al foro del Círculo de Economía. Cuando no mandas, tienes que soportar desprecios y desplantes de todo tipo. Eso cambia el día en el que coges el poder, que se te echan sin descanso a tus brazos debido a los efluvios que provoca la erótica del poder. Mira Almeida, al que nadie hacía ni caso cuando estaba en la oposición con Carmena de alcaldesa. Hasta entonces, no te queda otra que tragar, viendo como el que tienes al lado se suele crecer ante la debilidad. Y ahí se sitúa el vicepresidente del círculo de Economía, Jordi Gual. Es uno de los que salió corriendo. Ahora, estamos en otro escenario. Delante de Casado dijo que los indultos a Junqueras y compañía no deben ser vistos como «concesiones inaceptables ni vergonzosas», sino como el inicio del diálogo. La concordia y tal. Luego serán los primeros que abandonen el barco cuando lo vuelvan a hacer, que bien advertidos estamos.