Pionera del atletismo

Antonio Herraiz
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Empezó a correr cuando en Guadalajara no lo hacía prácticamente ninguna mujer. Estaba mal visto y se consideraba poco femenino. Se acerca a los 80 años y entrena a diario a más de 150 niños y adolescentes del club Atletismo Quirón.

Pionera del atletismo - Foto: Javier Pozo

Cuando Isabel Muñoz (Guadalajara, 1945) empezó a correr lo hacía casi a escondidas. «A mí me traía al fresco lo que me dijeran», pero tenía que escuchar todo tipo de comentarios: «Me decían que de mujer tenía muy poco o que dónde iba con pantalón corto». Algo tan sencillo como vestir un chándal le convertía en un ser de otro planeta. Se consideraba poco femenino. Para evitar cruzarse con mucha gente, en verano se levantaba muy temprano y empezaba a entrenar antes de las siete de la mañana. De aquello ha pasado más de medio siglo y la evolución ha sido tan lenta como sólida. En sus grupos de entrenamiento, con niños que empiezan a dar sus primeros pasos en el atletismo a los cuatro años, hay el mismo número de chicos que de chicas. «Tratamos a todos exactamente igual. Con normalidad. Siempre les digo que todos somos atletas», sin etiquetas ni distinciones. «Aunque el hombre tiene unas cualidades físicas diferentes, una mujer puede llegar donde se proponga». 

En condiciones muy distintas a las de ahora, a Isabel se le resistieron pocos retos. Hay uno que no consiguió y no porque no insistiera. En las vísperas de los Juegos de México 1968, la antorcha olímpica llegó a Guadalajara. El recorrido dentro de la ciudad iba desde la rotonda de Cuatro Caminos hasta el parque de la Concordia. «Quería haber llevado la antorcha, pero no me dejaron por ser mujer». El momento era histórico y, aunque no le permitieron portarla, acompañó a la llama junto a sus compañeros con los que habitualmente entrenaba, chicos de la OJE y del Frente de Juventudes. Coincidió que, en aquellos Juegos Olímpicos, por primera vez en la historia, una mujer encendió el pebetero. La encargada fue la atleta mexicana Enriqueta Basilio, que tuvo que enfrentarse a su propia familia porque le impedían practicar atletismo, un deporte que consideraban «sólo para hombres». 

Como Enriqueta Basilio, Isabel también fue vallista. Y como la mexicana, pionera del atletismo de su ciudad. Las pistas donde hemos disfrutado con Iván Pedroso y Javier Sotomayor, con Ana Peleteiro, Yulimar Rojas y con nuestra Ana Lozano, no existían cuando ella entrenaba. «Había unas pistas de ceniza de carbonilla que habían montado para los militares del Fuerte de San Francisco» y las condiciones no eran las más adecuadas. «Me mandaban clavos para correr y al poco tiempo se desgastaban». Allí empezó a hacer velocidad. Distancias cortas que es donde siempre se ha movido, además de las vallas. 100, 200 y 400 metros lisos. Entrenaba en Guadalajara y cada semana iba a Madrid, donde competía y compartía equipo y selección, que le llevó por todo el país. Entre sus éxitos, un campeonato de España de 4 x 200 celebrado en Barcelona en el que batieron el récord que había entonces. «Alguna vez probé distancias más largas como el 800, pero soy una velocista nata». 

No sólo ha disfrutado con el atletismo. «Nací deportista y el deporte ha sido mi vida». Su primer acercamiento fue con el baloncesto. «Mi madre tenía una prima que jugaba muy bien y fue la que me introdujo». Empezó jugando en el colegio de Adoratrices y luego en el equipo de la Sección Femenina. A partir de ahí conoció el atletismo, al que sigue unida como entrenadora del club Atletismo Quirón. La experiencia y los valores que componen esta disciplina se los traslada a diario a más de 150 niños y adolescentes que acuden a las pistas de la Fuente de la Niña. Desde las cinco de la tarde a las nueve de la noche. Como si fuera su primer día, pero con el conocimiento acumulado a lo largo de toda una vida. También ha sido monitora de natación, reuniendo a finales de los 80 a más de medio centenar de mujeres que, desde las distintas parroquias, acudían a nadar a la recién estrenada piscina Huerta de Lara. 

Isabel Muñoz ha corrido hasta hace tan solo cinco años. Paró cuando el cardiólogo le diagnosticó una insuficiencia mitral, que le provoca una fuga sanguínea muy acentuada cuando corre. «Siempre he tenido un lema: cuídate hoy para llegar a mañana. Por eso lo dejé y ahora me dedico a enseñar, que me divierte muchísimo». Es la historia viva del atletismo en Guadalajara y los organizadores de la Media Maratón de Guadalajara han elegido su figura como uno de los iconos de esta prueba que se disputará el 11 de diciembre. Todo un símbolo.