Surgen voces críticas contra el proyecto en el Alcázar Real

Belén Monge
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El colectivo Alcázar, cuando apenas restan unas horas para que se adjudiquen las obras para la rehabilitación de esta fortaleza, muestra su desacuerdo con el proyecto del Ayuntamiento Guadalajara, al que piden que se "repiense" lo que va a ejecutar

Surgen voces críticas contra el proyecto en el Alcázar Real

El colectivo Alcázar, constituido para la defensa del patrimonio de la ciudad, ha pedido al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Guadalajara  la revisión y modificación del proyecto de rehabilitación de esta fortaleza cuando apenas restan unas horas para la adjudicación de las obras porque entienden que la actuación prevista es "altamente agresiva" para un entorno protegido  y no supone la recuperación del edificio.

Desde este colectivo, opinan que la inversión para la rehabilitación del alcázar se debería centrar en trabajos de conservación, restauración y estudio de esta fortaleza militar bombardeada en 1936 y que hasta 1988 permaneció en "total abandono" y no en construir unas rampas y muros para hacer una calle peatonal, así lo han denuncian cuatro de los  integrantes de este colectivo.

Desde esta plataforma entienden que después de casi quince años sin realizar ningún tipo de intervención en alcázar, parecía una buena noticia la inversión de cerca de un millón euros por parte del Ministerio de Fomento a través de 1,5 % Cultural, pero lamentan el hecho de que no se pretenda ningún tipo de intervención dentro del alcázar, ni tan siquiera en sus muros, sino que en lo que las obras se van a centrar sea en poner rampas y muros de hormigón junto al edificio "para crear un acceso peatonal entre el parque fluvial del barranco y la travesía de Madrid", ha señalado uno de sus integrantes, Javier López-Roberts.

Para este colectivo se trata de unos muros desproporcionados que pretenden justificar en que son para asegurar la estabilidad del edificio, pero que, bajo su criterio, "supone levantar una serie de muros de hormigón con alturas de ocho metros, desechando otras soluciones que serían mucho menos costosas y cuyo impacto visual y medioambiental sería mucho menor". 

En su opinión, "el conjunto de rampas y muros de hormigón que se pretende adosar al alcázar es una actuación altamente agresiva" en el entorno protegido del edificio que, además, consideran que se aleja del objeto perseguido. "Es un proyecto que actúa fuera del alcázar", ha precisado Susana Martínez, reclamando al Gobierno municipal que se "repiensen" el proyecto.

Según los integrantes de este colectivo, el proyecto, además de desviar prácticamente la totalidad de la inversión a una actuación de mero ámbito urbanístico ajena al propio edificio, creen que "queda fuera del objetivo de las ayudas del 1,5% Cultural", y supondrá una alteración "irreparable" del entorno de esta fortaleza.

Por todo ello, piden al Gobierno municipal la revisión y modificación del proyecto antes de proceder con la contratación de las obras y que eliminen el conjunto de rampas y muros de hormigón y lleven a cabo el recalce de la ladera de una forma más acorde a los criterios arqueológicos y estéticamente menos agresiva, centrando la inversión en los necesarios trabajos de conservación, restauración y estudio que estas ruinas.