"Somos a los que más nos gusta proteger la caza"

Manuela Lillo
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Ángela Ormeño es, desde el pasado 20 de enero, la nueva presidenta de la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades Afines al sector Cinegético (Ática) de Castilla La Mancha

"Somos a los que más nos gusta proteger la caza" - Foto: Tomás Fernández de Moya

Ángela Ormeño es, desde el pasado 20 de enero, la nueva presidenta de la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades Afines al sector Cinegético (Ática) de Castilla La Mancha, un cargo en el que coge el testigo de Juan Caballero y desde el que defiende esta actividad ante los ataques de movimientos animalistas. Señala, además, «la mala temporada» de caza que acaba de cerrarse en el contexto de pandemia.

¿Por qué decidió asumir la presidencia de Ática Castilla-La Mancha?

Yo soy socia desde hace muchos años, prácticamente desde la fundación. Formaba parte de la anterior directiva, estaba como vocal por el sector de las rehalas y cuando por normativa había que elegir la nueva presidencia, decidí presentar mi candidatura. He intentado que la junta directiva que está conmigo represente a todos los segmentos posibles, desde gestorías, seguros, hostelería, rehaleros, cazadores, titulares de cotos, cetrería... Creo que hemos abierto incluso más el abanico de lo que conlleva toda la asociación, todo el sector cinegético. Es intentar hacer algo más por la caza...

¿Qué es eso de más que se puede hacer por la caza?

Adoptar nuevas iniciativas de cara a lo que nos vayan pidiendo los socios y las necesidades que vayan teniendo. Tenemos por delante la Ley de Caza, que ahí tenemos un trabajo muy importante por hacer, y la Ley de Bienestar Animal, e intentar hacer ver que la caza es algo bueno, que la hemos practicado de toda la vida, desde los inicios de la Prehistoria, que es para todo el mundo, desde el más humilde hasta el más rico, y que todos tenemos derecho a practicarla sin que se nos vea como unos apestados.

¿Cree que el sector de la caza está siendo criminalizado, sobre todo en los últimos años, por el movimiento animalista?

Sí, la palabra es criminalizado y además de mala manera. No somos criminales, nosotros practicamos la caza y todas las personas, unas en mayor medida y otras en menor, lo que hacemos es aportar fiscalmente, damos trabajo, y, además, movemos todo el resto de sectores que están vinculados al nuestro: desde hostelería a estaciones de servicio, vestuario, animales, comida, veterinarios, seguros... Es todo lo que activamos y aportamos. Somos a los que más nos gusta proteger la caza porque somos los mayores interesados en que la caza siga estando bien. Somos sus mayores protectores, el propio cazador, pese a que nos digan que somos unos destructores. Es todo lo contrario. Desde la asociación que yo ahora mismo presido estamos haciendo propuestas para mejorar toda la evolución de la caza y actualizarla a los tiempos que corren. Sin embargo, desde el sector animalista simplemente quieren prohibir, prohibir y prohibir. Todavía no han hecho una propuesta que sea para ir avanzando y que sirva para, por ejemplo, muchos de los pueblos de la España vaciada de la que tanto hablan y donde su único medio de vida es la caza. Sin embargo, nosotros, los cazadores, sí hacemos que todos esos pueblos sigan viviendo, sobre todo, en la época de caza, con nuestra llegada, con las fincas y donde no hay otra forma de vida y no hay otro jornal que entre en su casa que no sea éste. Pero para ellos es todo prohibir, que no se cace, pero, claro, la gente tiene que vivir de alguna manera...

¿Cree que el sector de la caza ha fallado en algo para proyectar esa imagen y hacer que haya ganado peso el movimiento animalista?, ¿hace autocrítica?

No, nosotros siempre hemos mantenido nuestra imagen y, de hecho, muchas veces, cuando se han colgado imágenes en las redes sociales, se han criticado. Pero sí es verdad que las redes sociales e incluso en las informaciones hay veces que se le da más peso a esa minoría que a nuestra mayoría. Si esto lo extrapolamos a Europa, lo más normal allí es exponer la caza y lo que se ha cazado y nadie se lleva las manos a la cabeza. Y estamos hablando de países como Alemania, Francia..., que creo que incluso son mucho más avanzados que nosotros en ese sentido, porque no estigmatizan al cazador.

¿Cómo cree que debe ser la Ley de Caza de Castilla-La Mancha? ¿En qué situación se encuentra?

La Ley de Caza habrá que modificarla en cuanto sea posible. Las enmiendas que se hicieron en su momento por parte de Podemos fuera de la negociación de la Mesa de la Caza fue como una traición al sector a lo acordado entre cazadores y ecologistas y habrá que cambiarlo. En la actualidad estamos a la espera del borrador del reglamento de la ley para intentar, con el diálogo, conformar a todas las partes y llegar al acuerdo que se había mantenido en su momento y que no haya un retroceso.

Es usted ya la presidenta de una asociación de titulares de cotos y de cazadores. ¿Qué presencia tiene la mujer en el mundo de la caza? ¿Es muy desconocido su papel?

Sí, es un mundo desconocido, pero afortunadamente, la mujer se ha ido integrando poco a poco y la verdad es que tiene bastante presencia en todo el sector cinegético. Da igual el segmento que se coja, desde la hostelería, veterinarias, y también cazadoras, que cada vez va habiendo más, incluso cierta gente joven. Eso sí que me alegra verlo, y en el mundo de la rehala también se va viendo ya más presencia de mujer. Me acuerdo que en mis inicios éramos dos o tres mujeres, pero afortunadamente va habiendo más presencia y, como digo, cada vez más gente joven, facilitando ese relevo generacional, que es lo que realmente necesita la caza y nuestro campo.

En su caso, ¿qué le atrajo del mundo de las rehalas?

Yo soy rehalera por tradición familiar. Mi padre era rehalero y a mí me gustaba la caza y en mi casa siempre han estado los perros y por eso ha habido una continuidad. Creo que es un mundo sano, que la naturaleza te puede dar muchas cosas y el contacto con los animales también, como tener una responsabilidad sobre su cuidado. Creo que me aporta más que me quita, aunque me quita mucho tiempo libre y de mi vida familiar, pero, al final, me reconforta y disfruto mucho los días de campo.

¿Cómo se ha desarrollado esta temporada de caza atípica por el COVID?

Ha sido una temporada mala, no podemos decir que ha sido buena. Aunque no tenemos aún cifras, ha afectado el cierre perimetral que se ha aplicado en Castilla-La Mancha, ya que, aunque aquí tenemos muchos cazadores, también nos nutrimos de fuera, no sólo de fuera de España, sino de fuera de nuestra comunidad, del cazador nacional. Así que muchas monterías no se han podido celebrar por la falta de afluencia de los cazadores, con la correspondiente pérdida económica, tanto para los organizadores como para los propietarios de fincas, y para muchos de ellos gran parte de sus ingresos dependen de la caza.

¿La pandemia ha afectado al sector?

Tengo que decir que en las monterías a las que yo he asistido se han seguido rigurosamente todas las medidas de seguridad y, de hecho, no ha habido ningún caso que haya salido, porque nos hubieran avisado a todos. Hemos estado en el campo, donde se pueden guardar perfectamente las distancias, no ha habido ni desayunos, ni comidas, se ha cumplido todo escrupulosamente, por lo que a lo mejor la temporada sí que nos hubieran podido dejar, siguiendo con las medidas que hemos tenido, y hubiéramos podido sacar adelante toda la temporada. No hubiera sido tan buena como otros años, pero creo que hubiera sido mejor de lo que ha sido.

¿En qué situación se encuentran la caza mayor y la caza menor?

En la caza mayor, hay muchas zonas abiertas donde el jabalí empieza a flojear en las monterías por la presión que supone la apertura de la veda en junio. Así que donde realmente hay exceso de jabalíes es dónde no se permite cazar. Hay una importante disminución en ciertas zonas abiertas y eso lo llevamos denunciando desde hace mucho tiempo en nuestra asociación, con el anterior presidente. Se puede decir que en las zonas abiertas, la caza mayor tiene menos salud, mientras que en los cotos cercados está mejor. En cuanto a la caza menor está muy floja debido a los tratamientos intensivos agrícolas, al exceso de predadores, como los zorros y, especialmente, los perros y gatos asilvestrados. Parece que la administración apuesta por la disminución de la caza, especialmente de la caza social.

¿Qué evolución ha seguido la expedición de las licencias de caza? ¿Ha habido menos por la crisis y las dificultades por el coronavirus?

Efectivamente, entendemos que habrá bajado la expedición de licencias porque mucha gente no ha podido cazar por el COVID, aunque aún no tenemos datos al respecto. Sin embargo, sí que tengo que decir, en cuanto a la licencia única que se viene reclamando hace tiempo, y hace muchísimos años sí que teníamos una licencia para cazar en toda España, que eso nos ayudaba para aminorar la tramitación administrativa ante tanta comunidad. Entiendo que sería mejor tener una licencia única y si fuera posible, una ley de caza única al menos con todos los aspectos que fueran comunes. No es posible que un día se esté cazando en una finca a caballo entre dos autonomías y en una se pueda cazar y en la otra no, según el periodo de veda de cada una. Ayudaría que hubiera un concierto de ese tipo de cosas, por lo menos, en los conceptos más generales.

¿Cómo valora la labor que ha venido haciendo Juan Caballero, del que coge su testigo al frente de Ática?

Ha hecho una gran labor, no sólo por la asociación, sino por todo lo que es la caza para Castilla-La Mancha. Es una persona que es técnico en ello, que sabe de lo que está hablando, que lo hace con fundamento, y del que, sobre todo, destaco lo mucho que ha hecho por la caza.