Alcolea de las Peñas, Alique, Angón, Anquela del Pedregal, Bañuelos, Castellar de la Muela, Esplegares, Estriégana, Iniéstola, Negredo, La Olmeda de Jadraque, Pinilla de Molina, Prádena de Atienza, Santiuste, Semillas, Sotodosos, Taravilla, Terzaga, Tomerrocha de Jadraque, Torrubia, Tortuero, Utande, Valdegrudas y Valderrebollo. Son los nombres de los 24 pequeños pueblos de la provincia que, hasta el momento, no han registrado de manera oficial ningún caso de coronavirus entre su población. Según datos de la Consejería de Sanidad, 30 de las 919 localidades de la región (el 3,26 por ciento) se mantienen libres de Covid: estos 24 pueblos guadalajareños y otros seis de la provincia de Cuenca (Arandilla del Arroyo, Bascuñana de San Pedro, Huérguina, Valsalobre, Villarejo de la Peñuela y Zafra de Záncara).
Sin duda, se trata de un éxito colectivo en el que intervienen varios factores. En primer lugar, destaca la precaución y el máximo respeto por las medidas de seguridad que los habitantes de estos municipios han seguido durante los casi dos años que llevamos de pandemia. Además, hay que tener en cuenta su escasa demografía que oscila entre los diez empadronados de Estriégana y Pinilla de Molina y los 52 de Valdegrudas. Por último, hay que considerar el factor suerte como otro aspecto influyente a la hora de esquivar el temido virus.
Precisamente, estos son los tres argumentos fundamentales que esgrime el alcalde de Valdegrudas, Gregorio Santamaría, para justificar que su pueblo haya conseguido mantenerse alejado del Covid hasta el momento. «Todos los vecinos hemos seguido las pautas que las autoridades sanitarias han marcado: el uso de la mascarilla, la distancia interpersonal y hemos evitado cualquier acto que implicase la aglomeración de personas», explica. Por este motivo, Valdegrudas lleva dos años sin celebrar sus fiestas patronales, los Reyes Magos ni ninguna otra actividad de carácter colectivo. «Es algo que consensuamos entre todos los vecinos y creo que también ha podido ayudar a la hora de evitar contagios», apunta el primer edil valdegrudeño. «El único lugar donde la gente puede tener más contacto es cuando viene el panadero ambulante o en la iglesia cuando hay misa aunque nos colocamos siempre bien separados». Por otra parte, Santamaría opina que la baja densidad de población de Valdegrudas «y la suerte» también han contribuido a hacer posible este saludable balance que, tal y como reconoce, le hace sentir «muy satisfecho». «Que mis vecinos se hayan librado de estar malos o confinados y agobiados dentro de casa, pues es de agradecer, indudablemente», declara.
Semillas, Estriégana y Angón son tres de los municipios de la provincia que, hasta el momento, se mantienen libres de Covid. - Foto: Javier Pozo / ArchivoEstriégana es otra de las pequeñas localidades de la Guadalajara vaciada que, por ahora, ha logrado sortear el dichoso coronavirus. Su alcalde, Joaquín Trapero, considera que ha sido «cosa de todos». «Hemos sido cuidadosos al máximo. Desde el principio todos fuimos conscientes de que tenía que ser así. No nos juntábamos nada más que cuando venía el panadero o el frutero y, luego, cada uno a su casa. El centro social lo tuvimos cerrado mucho tiempo y tampoco hemos celebrado las fiestas. Según fue mejorando la situación, fuimos teniendo un poco más de relación», explica. A pesar de contar con apenas cinco habitantes permanentes todo el año, Estriégana llegó a acoger una docena de residentes en la época más dura de la pandemia. «Hubo algunas personas que tiene aquí su segunda residencia y que vinieron huyendo de Madrid», comenta Joaquín Trapero al tiempo que se muestra comprensivo. «En las grandes ciudades la gente se ha sentido más prisionera, aquí la pandemia la hemos llevado de otra manera, hemos podido movernos al aire libre, tenemos nuestros huertos, nuestras gallinas, etc.».
Un panorama muy similar es el vivido en la acogedora localidad de Ángón. Así lo atestigua su juez de paz, Emilio Molinero. «Es un pueblo en el que vive poquísima gente, cinco personas, y han sido muy cuidadosas. Siempre con la mascarilla puesta». Aunque durante los veranos y periodos vacacionales, Angón ha visto crecer su población estacional, Emilio puntualiza que «en todo momento hemos evitado las aglomeraciones y tampoco ha habido fiestas patronales ni otras celebraciones».
Con 36 vecinos empadronados y una docena viviendo de continuo, Semillas es otro de los ejemplos de resistencia frente al Covid-19 en la provincia de Guadalajara. Por ahora, ningún habitante ha contraído el virus y su alcalde, César Rodríguez-Camuñas, espera que esta favorable situación se siga manteniendo. «Aquí vive gente mayor que es muy temerosa y que han guardado estrictas medidas de protección», afirma. Y es que, a pesar de ser un pueblo ubicado en pleno corazón de la Sierra Norte y con una bajísima densidad de población, el regidor semillero corrobora que «todos los abuelos llevaban la mascarilla puesta siempre que salían a la calle y cuando se pudo abrir el Hogar del Jubilado, también». Aún así, Rodríguez-Camuñas reconoce que haber conseguido evitar el Covid «también ha sido un poco de suerte». «Han venido hijos y nietos de la gente que vive aquí o gente que tiene segunda residencia y hemos tenido la fortuna de librarnos. En otros pueblos parecidos al nuestro del entorno, no les ha pasado lo mismo. Al final, el factor suerte también influye», opina.
Semillas, Estriégana y Angón son tres de los municipios de la provincia que, hasta el momento, se mantienen libres de Covid. - Foto: Javier Pozo / ArchivoVacunas
En la actualidad, todos estos pequeños pueblos guadalajareños libres de Covid viven con mayor tranquilidad la pandemia ya que todos sus habitantes, la gran mayoría de edad avanzada, cuenta con la pauta completa de la vacuna. «Que todo el mundo esté vacunado y con las tres dosis puestas, nos aporta mucha tranquilidad», corrobora Joaquín Trapero.
Por este motivo y habida cuenta de la mejora de la situación epidemiológica, los alcaldes ven factible el próximo retorno de las habituales actividades de convivencia hasta ahora suspendidas, especialmente, de las fiestas patronales. «La gente ya tiene ganas, lo vamos a estudiar pero creemos que ya puede ser factible», concluye Gregorio Santamaría.