El Parador de Sigüenza, un icono para la Ciudad del Doncel

Inmaculada López Martínez
-

Desde su apertura en 1976, el Parador de la Ciudad del Doncel supone un auténtico revulsivo para la economía comarcal y la generación de nuevos negocios vinculados al sector turístico, contribuyendo a frenar la despoblación

Imágenes del Parador Nacional de Turismo de Sigüenza. - Foto: Paradores

El Parador de Molina de Aragón tan sólo tiene un referente en la provincia de Guadalajara en cuanto a categoría y calidad, su homólogo en Sigüenza. Aunque se trata de dos conceptos de parador completamente diferentes (el primero es un edificio moderno de nueva construcción y el segundo se emplaza en un edificio histórico emblemático), es inevitable hacer comparaciones y fijarse en la trayectoria exitosa que atesora el Parador seguntino así como el impacto innegable que supone tanto para el municipio como para el resto de la comarca; algo que también se espera y desea para el de Molina de Aragón.

El Parador Nacional de Sigüenza abrió sus puertas en 1976, si bien su inauguración oficial no tuvo lugar hasta el 28 de abril de 1978 por los entonces Reyes de España Juan Carlos y Sofía. Desde su puesta en funcionamiento, la actividad de este representativo establecimiento hostelero, enclavado en el castillo medieval, no ha dejado de crecer y mejorar hasta convertirse en una de las piezas claves de la economía local. «El Parador de Sigüenza es uno de los mas emblemáticos de la Red, no sólo por su volumen de facturación y actividad, sino porque es el claro ejemplo de la política de Paradores: conservación del patrimonio histórico como es este Bien de Interés Cultural, dar a conocer la España que no es sólo sol y playa, en este caso, el interior de Castilla, y ser un motor económico en una región que adolece de inversiones», resume su director, Fernando Tizón.

«Fuente de riqueza»

Así también lo valora la propia alcaldesa de la Ciudad del Doncel, María Jesús Merino, quien califica este parador como «una fuente fundamental de creación de riqueza y de puestos de trabajo directos e indirectos para la localidad». «Nos atrae un turismo muy específico como es el de Paradores y da un salto añadido y de calidad al resto de alojamientos que hay en la zona que se han subido al carro de la excelencia», afirma. «Es un establecimiento diferenciador que nos ayuda a combatir la despoblación y que también supone la recuperación patrimonial de un edificio único como es el castillo medieval. Además, es el lugar que tiene un mayor aforo para celebrar eventos, congresos, convenciones y, por tanto, no es sólo un imán turístico de fin de semana, genera unos datos de ocupación altísimos todo el año», añade la regidora.

Imágenes del Parador Nacional de Turismo de Sigüenza.Imágenes del Parador Nacional de Turismo de Sigüenza. - Foto: ParadoresEn este sentido, Fernando Tizón confirma que la ocupación de este parador «es elevada» teniendo en cuenta el destino interior y rural donde su ubica, con una media de casi 25.000 clientes alojados al año. Esto hace que esta instalación tenga «un peso muy significativo» en la economía local, tanto por los 50 puestos de trabajo directos que genera como por los indirectos (panaderías, fruterías, proveedores de bebidas, empresas de reparaciones, jardinería, etc.). Otra circunstancia a tener en cuenta, recalca  Tizón, es que el parador seguntino «no sólo tiene este impacto por el negocio que genera el mismo, sino que los puestos de trabajo que necesitan especialización y con la población oriunda no se llegan a cubrir, hacen que se tenga una elevada rotación de personal no local que debe alquilar una vivienda, hacer la compra, etc. En definitiva, hacen gasto en Sigüenza». 

Imágenes del Parador Nacional de Turismo de Sigüenza.
Imágenes del Parador Nacional de Turismo de Sigüenza. - Foto: Paradores
A ello hay que sumar el estímulo que ha supuesto para la creación de nuevos negocios relacionados con el sector de la restauración, pasando de tener 11 establecimientos turísticos en el período 1975-1990 a los 53 actuales y de 12 a 28 restaurantes. «El Parador ejerce como revulsivo para toda la actividad económica no sólo local sino también comarcal, gracias a esto se activa el desarrollo de nuevos alojamientos turísticos y mejoran los existentes dando como consecuencia el crecimiento de la economía de la zona», concluye Fernando Tizón.