«Soy muy intuitiva para ver las matemáticas. Tengo un don»

Beatriz Palancar Ruiz
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La matemática y profesora de la Universidad de Alcalá de Henares ha obtenido un prestigioso premio de Ciencia concedido por la Universidad de Pekín que espera poder recoger en febrero

Sonia Pérez Díaz es profesora de la Universidad de Alcalá de Henares. - Foto: Javier Pozo

Es una de esas personas a las que le brillan los ojos cuando hablan de su profesión. La matemática Sonia Pérez Díaz (Guadalajara, 1975) demuestra su pasión por la docencia y por la investigación a partes iguales, campos en los que ha roto estereotipos de género. El último, como la primera mujer merecedora de un importante premio de Ciencia concedido por la Universidad de Pekín. ¿Y el siguiente reto para el futuro? Convertirse en la primera mujer catedrática de su departamento en la Universidad de Alcalá de Henares. Amante de su ciudad y de su pueblo, Atanzón, clama por la necesidad de dotar de más medios para evitar la fuga de científicos españoles. 

¿Cómo llegó a la docencia y a la investigación matemática?

Hubo varios profesores del instituto Buero Vallejo que influyeron. Me fue genial y me transmitieron mucha pasión. Acabé la carrera un pensé en ser profesora de instituto. Me fui a Madrid, a la Complutense. Como me gustaba mucho, saqué todo por año. Nada más acabar me dieron una plaza como asociada en la universidad de Alcalá. Me quedé mientras me preparaba las oposiciones para instituto. Conocí a Rafael Senda, que me dijo que tenía una visión de la investigación de las matemáticas que me hacía un diamante en bruto. Se ofreció a llevarme la tesis. Me citó en su despacho y me mandó a Canadá para dar una conferencia. Yo no había salido nunca de mi casa y el inglés no lo controlaba. Me acobardé y le dije que lo dejaba. Me dio los billetes. Confió en mí. Confió muchísimo y fui creciendo como investigadora y como persona. Luego me mandó a Austria, donde estuve viviendo mucho tiempo. He viajado un montón. Me ha mandado a un montón de sitios y he publicado mucho con él. Ahora, ya publico con más gente y viajo sola pero él me ha abierto el camino. Soy muy intuitiva para ver las matemáticas. Tengo un don. Mi principal campo es el de curvas y superficies. Hago cosas para que nos ayuden, por ejemplo, en el modelado. Lo último que hice es para la forma de la pipa de un amigo. Saco las ecuaciones para que sean muy simples y sirven para dar la forma a una botella de agua. Y me encanta la docencia. Disfruto muchísimo. Voy encantada al trabajo. 

Sonia Pérez Díaz es profesora de la Universidad de Alcalá de Henares.Sonia Pérez Díaz es profesora de la Universidad de Alcalá de Henares. - Foto: Javier PozoFue la primera profesora titular en el Departamento Física y Matemáticas de la UAH y ahora en ganar un premio científico por la Universidad de Pekín, ¿satisfecha, no es así?

Fui la primera profesora titular en el departamento. Primero, fui profesora asociada a tiempo parcial, luego a una plaza de ayudante. Después, pasé una habilitación nacional que ahora no hay. Había 50 plazas y nos presentamos 500. Yo me la saqué. Fuimos como cuatro mujeres. Una vez que aprobé ese examen, me hice profesora titular y fui la primera.  

Que estos techos de cristal se rompan avanzado el siglo XXI ¿refleja el lugar de la mujer en la ciencia?

Cuesta muchísimo. Hay ejemplos en todos los sitios. Uno piensa que la universidad es un poco más normal que la empresa pero no lo es. Podría contarte un montón de cosas desagradables que me han pasado. Con este premio, me he hecho más conocida pero me han llegado a decir que no sabían que estaba investigando. Llevo desde 2011 y tengo 70 publicaciones.

¿Cree que premios ayudan a que la situación para la mujer se revierta?

Sirven porque te hacen más visible. Otra cosa es que se la den a las mujeres. Hace poco, he sido jurado en un premio de matemáticas y había dos mujeres. Claramente, no se podían llevar el premio porque tenían un currículum más bajo que el del resto de profesores. ¿Y por qué? Por lo de siempre, los problemas de la conciliación. Al final, son muy pocas las mujeres que se llevan premios. Por lo que creo que si lo reciben mujeres, sí ayuda. Fue lo que me faltó a mí porque pensaba que no podía llegar a más que a ser una profesora de instituto. Es verdad que vengo de una familia muy clásica, pero era yo la que pensaba así.  

¿Por qué trabajo concreto ha recibido este reconocimiento internacional del 'Award for International Scientific Cooperation'?

Por hacer las matemáticas reales y poderlas aplicar realmente. No son solo números y letras. Lo que me gusta es hacer unas matemáticas que, parece que no sirven para nada, pero están ahí y sirven para un montón de cosas. En 2011, se pusieron en contacto conmigo y me dijeron que si quería trabajar con ellos. Siempre digo que los chinos van un paso por delante de nosotros. Me propusieron aplicar mis conocimientos a la industria. En España, no se ha aplicado nada. Está ahí, cuenta para mi currículum, pero en China lo están aplicando. Esos resultados tan interesantes nos han hecho merecedores de este premio tan prestigioso. Estoy muy ansiosa por sacarme la cátedra, pero quiero disfrutar porque este premio es muy importante. Soy muy humilde y cuando me lo comunicaron no se lo dije a nadie. No se lo  había comentado ni a mis padres y estábamos en un casa rural con unos amigos y se lo dije. Ellos empezaron a difundirlo por las redes sociales. Es muy importante. Me han dado más prestigio. Me van a pagar una estancia de dos meses y me proporcionan todo el material que necesite.  

¿Cómo nace esta colaboración?

Supieron de mí por mis publicaciones. Vieron que estaban en un ranking importante y me escribieron un email. Fue así de simple. Fue por una publicación que a ellos les interesaba aplicarla y a partir de ahí se han abierto muchos caminos distintos. Ahora, estamos en uno de los caminos que han ido surgiendo. Yo tengo mucha visualización, que es lo que les falta a ellos, porque medios tienen muchos más que nosotros.  

¿Está participando en algún otro proyecto de investigación?

Estoy participando en otro proyecto con universidades importantes como la Politécnica, CUNEF, Nebrija, Santander, Murcia y Alcalá de Henares. Hay cabezas importantes. Nos han dado 90.000 euros. ¿Dónde vamos? Tenemos que pagar unas inscripciones para un congreso y no podemos ir todos. En Pekín, no escatiman nada. No te tienes que preocupar ni de viajes ni de burocracia. Estoy encantada de trabajar con ellos. Y podría ponerte el mismo ejemplo de Austria que también lo conozco mucho. En España, vivimos en una mediocridad absoluta. Soy muy crítica con eso.  

¿Cree que la pandemia traerá consigo que se apueste más por la investigación científica en España?

Me gustaría pensar que sí pero no lo sé. Considero que hay que invertir para que nuestras vacunas estén ahí. Ni siquiera tenemos vacuna. Cuando vayamos a sacarla ya se habrá quedado obsoleta porque hay una nueva variante. No podemos ir tan detrás. Deberían haber dado un impulso importante y no lo han hecho. 

 ¿Existen suficientes vocaciones científicas en España o se van apagando por la falta de motivación?

 La fuga de talentos que tenemos es un problema que tendrían que abordar porque se nos está escapando mucha gente. Hay vocación pero se está yendo, se está perdiendo. 

¿Ha tenido que sacrificar su vida personal por la investigación?

Es un tema que me duele especialmente. He invertido tanto tiempo y me he perdido tantas cosas que todavía me preguntan si me ha merecido la pena y todavía no digo que sí. Es verdad que estoy reconocida pero he perdido amigos, innumerables momentos con mi familia, conciliar es complicado porque tienes problemas. Supongo que me ha merecido la pena pero, si volviese atrás, me lo pensaría. No sé si lo volvería hacer. Es duro decirlo porque me he dejado mucha vida y he tenido muchos problemas de salud. He vivido momentos duros. 

El trabajo de investigación premiado empezó en 2009, ¿han abierto una nueva línea de investigación en otro campo de la matemática?

Nos han dado un proyecto. Tengo previsto irme en febrero para, también, recoger el premio que con la pandemia no hemos podido. Ahora, estamos trabajando con aspectos numéricos, cuando hay perturbaciones o ruido que modifican las cosas. Estamos aproximando cosas, trabajando numéricamente. 

¿Qué le diría a un estudiante apasionado por las matemáticas?

Sea mujer u hombre, le diría que tiene que luchar y superar retos. Yo me levanto los lunes feliz de la vida. Creo que hay que pensar que en un futuro vas a dedicar, al menos, ocho horas a tu trabajo haciendo algo que conviene que sea lo que te gusta porque puedes acabar amargado. Estamos mucho tiempo trabajando. Me parece esencial que cada uno, sea lo sea, luche por lo que le gusta. Creo que hay que perseguir los sueños.

¿Y qué sueño le queda por cumplir?

Sacarme la cátedra. La solicité pero me la denegaron. Tengo un agujero en mi expediente por problemas personales entre los años 2015 y 2016. Esos dos años, no tuve ningún proyecto, no publiqué. Seguí dando clase pero no investigué ni salí fuera porque no podía. Cuando quieres pedir la acreditación para poder ser catedrática, te cuentan los diez últimos años. Me pedían tres proyectos y solo tengo dos. Van a cambiar los criterios para que cuente toda la carrera. Puse un recurso, me lo aceptaron y me han contestado que no después de dos años. Están a punto de aprobar los nuevos criterios y ya he preparado toda la documentación otra vez. Si cuentas los diez últimos años, yo tengo un bache. Hay compañeros míos, hombres, que teniendo menos publicaciones que yo que me han adelantado. Me ha afectado y el premio me ha ayudado a enfrentar de nuevo la situación. Ha sido un pequeño palo, me he quedado triste. Por eso te digo que no sé si me ha merecido la pena. Pero soy cabezota y aunque hay días que pienso en dejarlo pasar, otros me levanto con ganas de volver a luchar. Lo que no puede ser es que tengas un problema de dos años y te repercuta.