«Estamos un poco huérfanos con la salud mental»

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La periodista de Guadalajara presenta su primer libro, escrito en colaboración con el psiquiatra José Carlos Fuertes, en el que pone su punto de atención en la salud mental

La periodista Lorena García Díez acaba de presentar su primer libro, ‘Educar es ser un espejo’. - Foto: L.T.

A pocos días de dar a luz a su hija, Lorena García Díez (Guadalajara, 1982) presenta con ilusión su primer libro, Educar es ser un espejo, que ha escrito en colaboración con el psiquiatra José Carlos Fuertes Rocañín, colaborador del programa en el que trabaja la periodista alcarreña. El ejemplar aborda de una manera didáctica y amena el problema de la salud mental y tiene vocación de convertirse en un manual de consulta fácil para padres y educadores. 

Recientemente, ha publicado, junto al psiquiatra José Carlos Fuertes, el libro Educar es ser un espejo, ¿cómo ha nacido este proyecto?

Es una propuesta que me llega a través del doctor que ha escrito muchos libros, algunos divulgativos, pero la mayoría técnicos para profesionales de la materia. Me lo propone con la idea de ampliar el público objetivo en padres y madres que se puedan ver reflejados más en mi persona que en la suya. No solo habla el experto, el psiquiatra, también una persona que desde el punto de vista de la comunicación conoce a diario, como es mi caso, situaciones en las que están implicados los niños y adolescentes y que tienen que ver con la salud mental y, además, es madre, como es mi caso. Me lo propone en 2020, durante la pandemia. No sabía si estaba preparada para algo así, y casi dos años después, aquí está.

La periodista Lorena García Díez acaba de presentar su primer libro, ‘Educar es ser un espejo’.La periodista Lorena García Díez acaba de presentar su primer libro, ‘Educar es ser un espejo’. - Foto: L.T.¿Está dirigido a padres y educadores principalmente?

Sí, pero también decimos que hay capítulos en los que los adolescentes pueden verse reflejados. Porque uno mismo muchas veces no detecta que tiene un problema de salud mental. Lo achaca a una situación delicada, a una debilidad. Se tiende a banalizar. Tendré una mala época y, no, seguramente, lo que haya sea una depresión o un trastorno. Viene muy bien para que detecten que su problema está relacionado con un trastorno de la alimentación, un caso de acoso que quieras esconder, por una depresión infanto-juvenil, que las hay, y graves. También hay capítulos que van diseñados para ellos como lo que tienen que ver con adicciones o ciberbullying. Eso se detecta cuando te ves reflejado. 

¿Cree que se habla lo suficiente de la salud mental en los medios de comunicación, en las familias o en la sociedad en general?

No, para nada. Y ahora un poco más. Se han levantado muchos tabúes y ahora se va habla algo más de salud mental pero, aún así, es insuficiente. Y queda demasiado en la superficie. Tiene que calar en las familias y en el interior de todos nosotros para perder el miedo y pedir ayuda porque los problemas de salud mental no se solucionan solos. Es muy difícil que cualquier problema de salud se solucione solo, pero cuando hablamos de salud mental más, porque va a ir a más. ¿Por qué cuando creo que hay un problema de salud mental prefiero guardármelo? Porque va a peor. Y no solo que lo tapen las personas que lo sufren, que lo hagan las familias, todavía es más grave. Creo que hay mucho camino por recorrer. Se va hablando pero queda mucho por hacer. Este libro lo que pretende es eso, que, desde que tenemos un niño pequeño en casa, podamos detectar situaciones relacionadas con la salud mental.

Como señala, la salud mental empieza a ser un tema que está dejando de ser tabú, ¿cree que es una consecuencia de la pandemia?

La pandemia ha ayudado a que seamos más conscientes, porque hemos pasado más tiempo con nuestra gente cercana, de que hay gente que puede tener un problema de salud mental. No creo que haya ahora más casos de depresión relacionados con la pandemia, sino que se han visibilizado mucho más. La pandemia no ayuda. Cuando uno tiene un problema de salud mental, lo que hace la pandemia es incrementarlo. Se le ha dado más visibilidad porque hemos sido conscientes de que la persona con la dormíamos tenía un problema por esa convivencia a la que nos ha forzado el Covid. No hay mal que por bien no venga.

¿Considera que la llamada nueva normalidad nos va a pasar factura?

La gestión de la pandemia, desde el punto de vista del individuo, es complicada. Todos estamos cansados del Covid, restricciones, de tener miedo, de no tener una vida normal desde hace dos años. Es mucho tiempo y todo lo que se dilata tanto en el tiempo crea una situación de hastío y hartazgo total. Quiero pensar que nos puede servir de aprendizaje. Nos ha permitido detectar, como hablábamos antes, esas dolencias de salud mental que podían estar en nuestros padres, hijos, maridos, porque no los veíamos en la rutina diaria en la que andábamos metidos y ese parón en seco que nos ha obligado a dar el Covid nos ha hecho detectarlos. Quiero pensar que no nos va a tocar tanto pero hay que tener mucha fortaleza y ser conscientes de que el problema puede estar y tenemos un terreno ganado. 

¿La salud mental es un tema que siempre le había preocupado o se ha despertado su interés por el tema después de ser madre?

Siempre me ha interesado bastante. Me ha preocupado mucho el bienestar de la salud mental de quienes nos rodean. Nunca he banalizado con una depresión, porque en mi familia ha habido casos, y soy consciente que es un problema de salud, una enfermedad. La depresión es el problema que está más generalizado. Siempre he tenido en cuenta no minimizar lo que supone tener una depresión. No es una manía. Es un problema de salud mental que se tiene que tratar. A mí, siempre me ha preocupado la depresión, los trastornos de la alimentación, la adolescencia que es una etapa muy complicada. Es importantísimo tener mil ojos con los adolescentes y es algo que siempre me ha preocupado, también mucho antes de ser madre. 

¿Cree que los padres y la sociedad identifican que su hijo o su familiar puede tener un problema, ¿y estamos preparados para asumirlo?

Hay un poco de las dos cosas. Por una parte, la incapacidad de detectar qué problema relacionado con la salud mental puede haber detrás, pero hay otros problemas que no son tan sencillos. Hay una dificultad. Son enfermedades que no dan la cara tan rápido como otras. Hay un problema para detectarlo pero también, aunque quiero pensar que cada vez menos, de meter el problema debajo de la alfombra. A ver si se le pasa y es una época mala. El problema es que sea una bola de nieve que acabe arrollando a toda la familia. Por ejemplo, si no se detecta un trastorno alimentario, que en la mayoría de los casos ocurre en mujeres o niñas, puede conllevar unos problemas de salud muy graves, incluso en la muerte. Esto es así. La salud mental te puede llevar a la muerte.

Así se ve reflejado, tristemente, en algunas situaciones extremas de acoso escolar sobre las que ha tenido que informar, ¿verdad?

Es algo que me parte el alma. Es verdad que, ahora que soy madre, es algo que me agobia todavía muchísimo más. Lo vemos en el programa, lo vemos a diario. Hace 15 días, una chica de 19 años se quitó la vida por un ciberbullying. Porque el problema que tenemos ahora es que el acoso no termina en las aulas, continúa en las redes sociales. Tenemos que asumir que hay gente que es mala. Malas personas que disfrutan haciendo sufrir y son incapaces de poner freno a eso. A quien sufre ese acoso le lleva a la desesperación total e, incluso, a la muerte. Eso es durísimo. Muchas veces la víctima no lo cuenta, se puede llegar a sentir culpable y pensar que tiene cierta responsabilidad en lo que está sucediendo y al final no ve otra salida que quitarse de en medio. Es durísimo. 

Hemos sabido que el suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte entre los más jóvenes, es un dato aterrador, ¿no es así?

Es terrible. Ser víctima de bullying no es un problema de salud mental, seguramente quien tenga un problema será el acosador. Al final, deriva en una situación complicada y tomas la decisión más drástica de quitarte la vida. 

Cuando uno aporta profesionalmente a un proyecto tiene una meta, ¿qué le gustaría poder conseguir a través de este libro?

Que ayude a quien realmente lo necesite. Con que hay una persona que lo lea y que ayude a detectar un problema propio o de alguien que tiene cerca, me vale. Estamos un poco huérfanos en todo lo que tiene que ver con la salud mental, la situación en la sanidad tampoco ayuda para tener una vía rápida de acceso al especialista. Con el hecho de que alguien pueda tener la esperanza de coger este libro y que se vea reflejado en alguno de los capítulos, y que le sirva para resolver la situación, me doy por satisfecha.

¿Y a usted que le ha aportado personalmente escribir este libro?

Me ha ayudado a ver la maternidad de otra manera. Puedes leer cosas de cómo ser madre, cómo ser la madre ideal e intentar hacerlo todo lo mejor posible pero muchas veces te das cuenta de que la base de todo es el sentido común y que la respuesta a muchas preguntas está más cerca de lo que podíamos imaginar. A mí, me ha permitido aplicar muchas de las cosas que he aprendido con el libro, y que he hablado con el doctor, a mi faceta como madre. Mi niño es muy pequeño, tiene tres años, pero hay muchas cosas que se pueden empezar a hacer para que sea un adulto mentalmente sano. Los niños sí que se enteran de lo que ocurre alrededor. Saben más y absorben más de lo que podemos imaginar. Estamos forjando sus personalidades para el futuro y la responsabilidad es enorme. Es importante tener las bases para que eso vaya bien.