Parece que la felicidad se ha instalado en el Santiago Bernabéu. La contundente victoria ante el Eintracht de Fráncfort en la final de la Supercopa de Europa ha hecho que se vea con mucha tranquilidad el inicio de la temporada. Así, el Real Madrid solo piensa ahora mismo en el encuentro de mañana ante el Almería, un recién ascendido a Primera División que quiere dar una alegría a los suyos, aunque el vigente campeón de Liga y de Champions tratará de impedirlo. Eso sí, con una máxima que no se cansan de repetir tanto en los pasillos de las oficinas de Concha Espina como en el césped:humildad y trabajo, mucho trabajo.
Ayer, la escuadra merengue llevó a cabo su primer entrenamiento con todos los futbolistas a disposición del técnico, Carlo Ancelotti, y sin euforia tras la conquista del primer título en juego. La palabra 'sextete' impone demasiado respeto y por eso mismo los jugadores, tanto en entrevistas como en ruedas de prensa, prefieren no darle demasiada importancia a la posibilidad de lograr una hazaña que sería única en la historia de la entidad blanca. La máxima es no obsesionarse, ir partido a partido.
Desde el club transmiten a los medios que en el vestuario veían el título continental como una «obligación» y, por ello, el entusiasmo en la celebración fue controlado. Hace años, el expreparador del Madrid José Mourinho señaló que este tipo de torneos eran un poco más importantes que los típicos de verano, y que por eso mismo no debían nunca menospreciarse.
Lo cierto es que después de conquistar la copa (la quinta, lo que le hace empatar con Milan y Barça), el equipo volvió a la capital de España desde Helsinki en la madrugada del pasado jueves y por eso disfrutó de un día libre; sin fiestas.
Ayer volvieron a la realidad, y el responsable de la preparación física, Antonio Pintus, preparó unas tandas de ejercicios suaves para los titulares y otros más intensos para los que jugaron poco o, simplemente, no saltaron al terreno de juego.
Los futbolistas merengues comenzaron el entrenamiento con trabajo en el gimnasio para más tarde saltar al césped de la Ciudad Deportiva Real Madrid en Valdebebas para realizar ejercicios de control, posesión y circulación de balón, según reflejó el club en su página web, ya que las sesiones se efectuaron a puerta cerrada.
El equipo es consciente de que el primer gran reto de la temporada arranca mañana, cuando empiezan a defender su condición de escuadra campeona, y lo hará con las rotaciones anunciadas por Ancelotti tras ganar la Supercopa, aunque cuente con todos los jugadores.
Muchas miradas estaban puestas en el once que iba a saltar al campo ante los germanos, para ver si iba a dar el transalpino pistas, y las dio:los que lograron los títulos tienen preferencia, ya que el bloque está hecho. Serán los nuevos los que tengan que convencer a Ancelotti de que están mejor que los titulares. No le tembló el pulso para sentar en el banquillo a Tchouaméni, sustituto natural de Casemiro, que costó 80 millones de euros.
Otro dato que no pasó desapercibido es que Eden Hazard, contrariamente a lo que se había pensado, no tuvo una oportunidad como 'falso nueve', algo que había anunciado a lo largo de la pretemporada el preparador blanco. Puede que el belga disponga de minutos para reivindicarse en una posición en la que funcionó en el Chelsea.
De todos modos, el debate sobre el sustituto de Karim Benzema sigue latente, sobre todo teniendo en cuenta que el mercado no ha echado el cierre y que el canterano Juanmi Latasa busca destino.
Íker Bravo
No son pocos los que creen que el nuevo fichaje blanco (a falta de unos flecos con el Bayer Leverkusen), Íker Bravo, sea lo que está buscando el Real Madrid, ya que, aunque se haya pensado que tendrá acomodo en el Castilla, tendrá oportunidades en el primer equipo, que serían muchas si Mariano, finalmente se marcha.
De momento, aparte de Álvaro Odriozola, no hay más nombres en la 'Operación salida'. Ayer se supo que el Sevilla se dirigió a Nacho, que tendrá menos minutos con Rüdiger, pero el madrileño prefiere quedarse.