Julia Navarro

ESCAÑO CERO

Julia Navarro

Periodista y escritora


Todos hacen lo mismo

10/06/2022

Tengo que reconocer que no me he llevado ninguna sorpresa por la decisión de Daniel Ortega de "castigar" a la Academia de la Lengua de Nicaragua. El castigo no ha sido otro que cerrarla por considerar que esta institución no es lo suficientemente "afecta" a él mismo y a su régimen.
En realidad, el comportamiento de Ortega es de cajón, es el mismo de todos los dictadores, de todos los regímenes totalitarios, cuyo uno de sus primeros objetivos es instaurar una censura feroz y convertir en enemigos a todos los discrepantes.
Hace unos meses tuve la enorme suerte de conocer a Gioconda Belli, académica de la Lengua en Nicaragua y seguramente una de las poetas más importantes en lengua española.
Me la presentaron Rosa Conde y Caren Posadas y sentí como un privilegio conocer a esta poeta exiliada en España. Si, Gioconda tuvo que huir de su país, practicamente con lo puesto, perseguida por el régimen dictatorial de Daniel Ortega. En una entrevista con Antonio Lucas aseguraba que Ortega ha traicionado a la Revolución en Nicaragua.
Ella sabe de lo que habla porque formó parte de la revolución con el Frente Sandinista y ya sufrió en el pasado otro exilio al huir del régimen de Somoza.
La autora de "Y Dios me hizo mujer" afronta el exilio con 74 años, una edad en la que empezar de nuevo se antoja toda una hazaña, pero su vida misma es toda una hazaña luchando por la libertad.
Me pregunto qué podemos hacer ante este nuevo desmán de Daniel Ortega y la respuesta es desoladora: nada. Nada, más allá de recordar que Daniel Ortega ha instaurado un régimen de terror. Nada, más que acoger a aquellos nicaragüenses como Gioconda Belli llaman a nuestra puerta para encontrar un hueco en el que sobrevivir. Pero, si nosotros simples ciudadanos podemos hacer poco, me pregunto por qué el Gobierno español y los gobiernos de la Unión Europea callan y no alzan su voz contra los desmanes de Ortega, que, a lo que se ve, prefieren ignorar, sobre todo ahora, que Estados Unidos está blanqueando al régimen de Maduro.
Daniel Ortega quiere callar las voces de los discrepantes y aún más, simplemente de quienes ni siquiera hablan para no convertirse en súbditos de su locura.
No, no sé que podemos hacer, excepto recordar que allí en Nicaragua una vez más un dictador ha mandado callar.