El féretro de Pelé, fallecido el pasado jueves a los 82 años, llegó ayer al cementerio de la ciudad de Santos, donde el tricampeón mundial con la selección de Brasil fue enterrado en una ceremonia privada.

Pelé va a ocupar un nicho en un mausoleo del Memorial Necróplis Ecuménica, que en el futuro podrá ser visitado por los aficionados al fútbol, según confirmaron algunas fuentes al cargo del mencionado recinto.

El ataúd fue descargado del camión de bomberos y llevado a hombros por ocho cadetes de la Policía Militar, vestidos de gala, hasta el interior del camposanto.

La llegada puso fin al cortejo fúnebre que recorrió durante cuatro horas las principales avenidas de la ciudad brasileña, escoltado por una multitud de aficionados del Santos que cantaron sin cesar para despedir con honores de leyenda al 'rey' del fútbol mundial.

El momento más emotivo de la jornada fue cuando el camión de bomberos que transportaba los restos mortales del mítico delantero pasó por delante de la casa de la madre del astro de la 'Canarinha', Celeste Arantes, de 100 años.

En ese lugar, familiares y amigos de Pelé vieron frente a sus ojos el féretro de 'O Rei' desde el balcón de la residencia de Arantes, situada en el Canal seis de Santos, donde se concentraron cientos de personas.

Arropado

Los vecinos de la urbe paulista ocuparon los dos lados del canal para homenajear a su mayor ídolo y dar condolencias a la familia con cánticos del club donde Pelé pasó la mayor parte de su carrera deportiva.

Antes del cortejo fúnebre, se instaló una capilla ardiente en el estadio Vila Belmiro, donde fueron a despedirle más de 230.000 personas.

Pelé falleció el pasado 29 de diciembre en un hospital particular de São Paulo, como consecuencia de un fallo multiorgánico causado por el cáncer de colon que se le diagnosticó en 2021.