Agua del Tajo para la estepa manchega 18 años después

F. J. R.
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La búsqueda de soluciones a los problemas de abastecimiento de esa zona de la región se remonta a 1930, en 1995 se puso la opción de la tubería encima de la mesa, pero no fue hasta 2005 cuando la infraestructura se adjudicó para pararse con Cospedal

Obras de construcción de la Tubería Manchega en el año 2007. - Foto: Rueda Villaverde

El 31 de marzo de 2005, el entonces presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, anunciaba en el transcurso de un pleno de las Cortes la adjudicación de los trabajos de construcción de una infraestructura que calificó como «emblemática». Ahora, dos días antes de cumplirse 18 años de ese momento la Tubería a la Llanura Manchega es una realidad. Al menos en su ramal nororiental.

Los primeros pensamientos de obra en particular se remontan a 1995, cuando fue la primera vez que comenzó a sonar con fuerza la posibilidad de recuperar gradualmente y mejorar las condiciones ambientales de los acuíferos de la Llanura Manchega, favoreciendo la recuperación ambiental del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, de las Lagunas de Ruidera y de los humedales de la cuenca alta de la Llanura Manchega.

Los problemas hídricos en España son una constante histórica. En el siglo XVIII el reformismo bornónico promueve una planificación hidráulica con ambiciones tan profundas como la navegación interior. El canal del Guadarrama al Guadalquivir y de ahí al océano fue uno de los faraónicos proyectos fallidos de esa época.

Hay que esperar a finales del siglo XIX y comienzos del XX para que se articulen en España las primeras Leyes de Agua, que rápidamente quedan desfasadas por la utilización desmedida de recursos y sobreexplotación de acuíferos.

Durante la dictadura de Primo de Rivera se cambió de estrategia, y se optó por descentralizar la política nacional de agua en organismos autónomos, con las bautizadas como Confederaciones Sindicales Hidrográficas.

En 1933 ya se puso en marcha la idea de llevar agua al Levante a través de un trasvase Tajo-Segura. Y en esos años, un diputado por Ciudad Real que llegó a ser ministro de Obras Públicas, Rafael Gasset, ya hablaba de buscar soluciones al desabastecimiento de la estepa manchega.

Más tarde, en época franquista, se construyeron muchos de los proyectos planificados en esos años y durante la Segunda república, canal de trasvase Tajo-Segura incluido, pero la llanura manchega quedó de nuevo abandonada a su suerte y a la del acuífero 23.

Los problemas estaban ahí, y se ha tardado casi un siglo en poner una solución en la mesa. Una Tubería de la Llanura Manchega que es vista con cierto recelo en el valle del Tajo, pero que no tiene que afectar al río a su paso por la provincia de Toledo toda vez que sus 50 hectómetros cúbicos al año se detraerán del cupo del trasvase al Segura.