«Me preocupa la situación de la sanidad pública»

Inmaculada López Martínez
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El jefe de Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara, uno de los más punteros a nivel internacional, analiza diferentes cuestiones relacionadas con la especialidad que dirige y, en general, con el ámbito sanitario

El jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara, José Luis Izquierdo. - Foto: Javier Pozo

José Luis Izquierdo (Burgos, 1960) es uno de los especialistas del Hospital Universitario de Guadalajara mejor considerados. Desde su llegada a este centro sanitario, en 1995, dirige el Servicio de Neumología, un departamento referente y puntero a nivel nacional e internacional. Hace unas semanas fue elegido Neumólogo del Año en la XXII edición de los Premios de la Fundación Neumomadrid de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica; un reconocimiento que atribuye a la profesionalidad de todo su equipo.

¿Por qué quiso ser médico?

Cuando terminé COU no tenía claro si hacer Derecho o Medicina. Tenía dudas de si ser juez o médico. Pero, finalmente, me decanté por Medicina porque me dio la nota de corte y no me arrepiento en absoluto.

El jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara, José Luis Izquierdo.El jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara, José Luis Izquierdo. - Foto: Javier Pozo¿Y neumólogo en particular?

Soy de Burgos y, cuando estudiaba Medicina, el Servicio de Neumología de allí era bastante prestigioso. Tenía una hermana que trabaja en este servicio, fui entrando por afinidades personales en la especialidad y me gustó, sobre todo, porque es variada y tiene muchas ramas.

Acaba de ser elegido 'Neumólogo del Año'. ¿Qué supone este premio?

Normalmente, este tipo de premios se dan a profesionales  con un largo recorrido y, por tanto, reflejan una trayectoria. Lo que creo que intenta recoger es la trayectoria personal, pero fundamentalmente la del conjunto del Servicio de Neumología del Hospital de Guadalajara. Al margen de temas organizativos, somos reconocidos por lo que se llama en este entorno como líderes de opinión tanto a nivel local y nacional como internacional. Tenemos áreas muy consolidadas de investigación y trabajo puntero en campos como el de la EPOC (enfermedad  pulmonar obstructiva crónica), el sueño y también contamos con una cartera de técnicas muy completa. Lo que se recoge en este premio es ésa proyección del servicio. 

¿Qué líneas de trabajo desarrollan para ser un servicio referente?

Tenemos dos áreas muy fuertes en las que somos referentes claros. El primero es el campo de la EPOC a nivel de investigación, que yo mismo dirijo, y el segundo es el campo del sueño a cargo de la doctora Mediano. Por otro lado, creo que disfrutamos de muy buena proyección en la cartera de servicios, que es de las más amplias en técnicas endoscópicas, diagnósticas, etc. Por lo tanto, ofrecemos esos servicios a la población de Guadalajara sin la necesidad de desplazarse a otros hospitales.

A lo largo de su carrera profesional, ¿cuáles han sido los hitos más importantes de la Neumología? 

Los grandes avances han venido de la mano de los tratamientos farmacológicos, sobre todo, ha habido una pequeña revolución en el ámbito del asma. Además, otros dos importantes hitos en la especialidad han sido la ventilación no invasiva y las técnicas endoscópicas. La ventilación no invasiva ha permitido desarrollar unas unidades de cuidados respiratorios intermedios que en el momento de la pandemia fueron decisivas para que la situación no fuera aún peor.  Se está demostrando estas unidades  son tremendamente eficaces para un tipo de paciente que no requieren intubación pero que tiene un suficiente nivel de gravedad como para no estar en planta. Por su parte, las técnicas endoscópicas y pleurales, mucho menos invasivas, han evitado, por ejemplo, casi el 90 por ciento de los casos de cirugía de tórax que se hacían antes.

¿Y cuáles son los principales retos?

Al margen de las nuevas técnicas que irán surgiendo, el principal reto de futuro va a ser el manejo y la gestión de las grandes patologías crónicas. Estamos hablando, por ejemplo, de la EPOC, que es la cuarta causa de muerte, la que más ingresos hospitalarios genera y la que más consumo de recursos precisa. Tenemos importantes áreas de mejora en este sentido no sólo en Castilla-La Mancha y en toda España sino en muchos países de Europa. Manejar a los pacientes asociados a la cronicidad va a ser el gran reto en los próximos 10-20 años. 

¿Es la EPOC la enfermedad respiratoria más común?

La más frecuente, posiblemente, sea el asma, pero hay muchos asmáticos leves que se controlan perfectamente incluso por los médicos de Atención Primaria. Sin embargo, la EPOC tiene el hándicap de que es irreversible, al menos, en parte y a partir de ahí nos encontramos diferentes niveles de gravedad. En este ámbito tenemos dos grandes frentes: la prevención y el cuidado de los pacientes. Y la prevención es tabaco. Es cierto que existe un porcentaje bajo de pacientes con EPOC que no han fumado, pero son pacientes que se les obstruyen los bronquios por otros motivos. Pero los casos de EPOC tradicional en países desarrollados como España, la gran mayoría, están asociados al tabaco. Por ello, la parte de la prevención es clave.

Por tanto, ¿se puede decir que el tabaco es uno de los grandes enemigos del aparato respiratorio?

Sin duda. De hecho, en nuestro gremio decimos de forma jocosa que si la gente dejase de fumar, la mitad de los neumólogos nos iríamos al paro. Y algo parecido ocurriría a nivel de infartos de miocardio, cáncer de vejiga, etc. Muchos especialistas tendríamos que reconvertirnos si la gente dejara de fumar. Es, por tanto, la medida de salud más importante y me preocupa porque, después de unos años muy favorables en las medidas antitabaco, estamos viendo un repunte de fumadores que empieza a ser preocupante, sobre todo, en gente joven. Hay que recordar y volver a actuar. Me preocupa el tabaco en sí, pero también los mensajes que se están dando sobre «otras formas de fumar» como el vapeo o el tabaco que se calienta pero que no quema, el IQO, y que están calando entre la población joven. Y ésa es una forma de enganchar, de nuevo, a los hábitos de fumar. No podemos bajar la guardia porque nos están llegando mensajes que nos están desviando del camino correcto.

Entonces, estas nuevas formas de fumar, ¿no son menos malas?

Posiblemente sean algo menos tóxicas, no lo podemos afirmar con seguridad porque no tenemos información ni estudios a largo plazo sobre el vapeo. Pero la cuestión no es cambiar de un tóxico al cien por cien por un tóxico al 70 por ciento. La clave está en evitarlo. 

¿Cuáles son otras amenazas de nuestros pulmones?

La principal es el tabaco y, después, la contaminación. También hay entornos muy concretos del ámbito laboral pero que, afortunadamente, hoy en día están regulados en cuanto a la normativa de protección. Es muy difícil cuantificar o establecer el riesgo real del daño que produce la contaminación en nuestros pulmones porque depende de muchos factores. Pero en determinadas épocas del año, en ciudades con mucho niveles de polución, sin duda, lo hace. Los pacientes que ya de por sí tienen enfermedades respiratorias, pueden empeorar en esos entornos. 

El aumento de las alergias respiratorias, ¿se debe a la contaminación?

El porqué tenemos más alergias respiratorias es un tema muy complejo. Pero es cierto que ciertos tipos de contaminación, por ejemplo el diesel, lo que hacen es acentuar la respuesta alérgica frente a ciertos pólenes ambientales. No hay una única causa, hay muchas, por la que estamos asistiendo a un aumento de las alergias respiratorias y la contaminación actúa como un agravante.

¿Ha sido un desafío para su especialidad hacer frente al Covid-19?

Sí, ha sido tremendo. Creo que ha habido cuatro especialidades en todos los hospitales de España que hemos sufrido muy duramente el coronavirus: Neumología, Medicina Interna, Urgencias y UVI. Después ha habido otras especialidades como Geriatría, que en nuestro hospital es muy potente, que también lo ha sufrido duramente. En todos estos servicios hemos vivido una situación muy complicada. Creo la respuesta de los profesionales del Hospital de Guadalajara fue fantástica, sobre todo en la primera ola que fue la que nos pilló desprevenidos y sin herramientas, se hizo muy buen trabajo a pesar de que era algo totalmente nuevo. Las siguientes olas fueron diferentes porque no fueron tan intensas, el personal estaba más agotado pero, sin duda, esas cuatro especialidades con el apoyo del resto sufrimos un antes y un después. Por suerte, estamos ya volviendo a una normalidad previa a la Covid.

¿Fue esa primera ola de la pandemia lo más difícil de su carrera?

Sin duda, lo que pasa es que cuando te llega de sopetón no te da tiempo a pensar, tienes que actuar. Sólo cuando lo vas viendo con el retrovisor te das cuenta de que no eres el mismo que en enero de 2020. Muchos profesionales están tocados, ha afectado en el ánimo, aunque también creo que lo vamos a recuperar.

¿Ha dejado este virus secuelas respiratorias en los pacientes?

Afortunadamente, no. En torno a un 20 por ciento de los pacientes afectados en la primera ola tuvieron secuelas que han ido desapareciendo con el tiempo. Las secuelas respiratorias por la Covid han quedado pero en un pequeñísimo grupo de pacientes que estuvieron muy malitos en la UVI. Lo que sí vemos es que existe un síndrome postcovid que mezcla sintomatología, no tanto respiratoria sino neurológica, de cansancio, etc. incluso en pacientes que no han tenido un cuadro grave y que lo pasaron en casa.

¿Cree que ha habido mayor concienciación de las enfermedades respiratorias tras el coronavirus?

Sí, lo veo sobre todo en la consulta. Llevo un consulta de asma y EPOC grave y los pacientes están muchísimo más concienciados, toman como rutina el uso de mascarilla en sitios con gente, hay más concienciación en la vacunación en las medidas de autoprotección y autocuidado. Esto, posiblemente, se vaya diluyendo en el tiempo. 

¿Cuáles son las principales demandas que afectan a su actividad profesional?

Lo que más echo de menos es poder planificar estrategias a más largo plazo de mejora de las grandes enfermedades, en mi caso, respiratorias. Priorizando las enfermedades claves seguramente solucionaríamos el 80 por ciento de los problemas del día a día. 

¿Hay tiempo para la investigación?

No tengo actividad privada por lo que me ocupo de investigar por las tardes. La investigación es algo muy gratificante y lo haces, no digo como diversión, pero casi, aprovechando huecos.

¿Qué opina de la ampliación del Hospital?

Era algo necesario. El Hospital actual se ve muy viejo y con muchas carencias. El principal problema que tenemos la mayor parte de los profesionales es la falta de espacio para desarrollar ciertas actividades. La parte nueva es un entorno muchísimo más agradable para el personal, que va a trabajar más a gusto y, por supuesto, para los pacientes que van a disfrutar de más confort y privacidad. La reforma de la parte antigua, que a mí posiblemente ya no me toque porque me habré jubilado, también será muy positiva.

¿Cómo valora la situación actual de la sanidad pública?

Me preocupa. Me preocupa el gran alza que hay en las pólizas de los seguros privados porque viene a reflejar que, en algunos casos, no se está dando una respuesta desde el sistema público. Al margen de los recursos, creo que también es una cuestión de planificación. Hay que ver qué sanidad pública queremos, qué cartera de servicios queremos dar que son importantes para la población, cómo queremos darla y con los recursos que tengamos darla lo mejor posible. Que a una persona, no hablo en concreto del Hospital de Guadalajara, le den una cita para una prueba para dentro de cuatro años me hace dudar de que ésa sea una buena sanidad pública. Mi concepto de la sanidad pública no es ése. Las cosas que son fundamentales hay que hacerlas de manera correcta, rápida y resolutiva para el paciente. Y eso sin planificación es imposible.

¿Qué es lo más satisfactorio de dedicarse a la medicina?

Sin duda, la relación con los pacientes. Hay momentos de relación y de agradecimiento por parte de los pacientes que no los da ninguna otra profesión que no sea del mundo sanitario.

¿Algún reto profesional?

Mi mayor reto profesional está en la parte universitaria. Soy profesor titular de la Universidad Alcalá y me gustaría darle un empujón a la parte docente en los últimos años de mi vida profesional. Cuando llegamos a la parte más avanzada de la vida, todo lo que es la parte de la docencia, de transmisión de conocimientos es muy agradecido, sobre todo, con estudiantes como los de Medicina que en su mayoría cuentan con expedientes brillantes y absorben como esponjas. Y, por supuesto, intentar que cuando me vaya el Servicio de Neumología esté en las mejores condiciones posibles. Creo que funciona bien, pero siempre hay cosas que mejorar.