El sector dedicado al cultivo de lavanda y lavandín de la provincia de Guadalajara respira aliviado después de conocer la decesión que ha tomado esta semana la Comisión Europa de aplazar hasta finales de 2023 la revisión del borrador del denominado Pacto Verde que contempla incluir los aceites esenciales de lavanda y lavandín en la categoría de productos químicos, con lo que, según normativa, los productos que se elaboraran con estos tendrían que llevar la etiqueta de tóxico al llevar linalool.
Desde Anipam (Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas), uno de sus miembros, Juan José de Lope, valora positivamente esta decisión: «Se agradece a las distintas administraciones que se hayan involucrado apoyando a Anipam que ha estado ahí dando guerra para que esto ya no lo pospongan un año, que desaparezca, que no tengamos que demostrar lo que llevamos siglos mostrando que es que los aceites esenciales no son nocivos para la salud. Ganamos tiempo. Tenemos un año para poder documentar mejor a la Unión Europea que es un sinsetido lo que quieren hacer», comenta el productor de la provincia de Guadalajara.
Hay que recordar que de las cuatro mil hectáreas cultivadas en la región, 2.500 están localizadas en Guadalajara y las restantes se reparten entre Cuenca y Albacete.