Una auténtica explosión de actividades es lo que vivió hoy el IES Antonio Buero Vallejo de la capital con motivo de su particular celebración del Día de la Ciencia. Durante toda la jornada, el centro acogió diferentes talleres, conferencias, recitales y exposiciones bajo el hilo conductor del ADN, la temática escogida este año para recuperar una iniciativa que llevaba sin realizarse tres años con motivo de la pandemia. El director de este emblemático instituto guadalajareño, David Montalvo, se congratuló de «la enorme fuerza y las ganas» con las que se había retomado esta actividad divulgativa y social entre todos los agentes implicados en la comunidad educativa. Y es que, no sólamente los estudiantes y los profesores participaron activamente en la preparación de las diferentes propuestas de esta jornada temática, sino que también los padres y las madres de los alumnos colaboraron de manera entusiasta. «Este día tiene un enfoque didáctico porque el alumnado está aprendiendo competencias y se sale de lo que es la clase ordinaria más teórica o teórica-práctica. Es aprender a hacer, es formarles en un futuro competencial, es saber qué herramientas pueden utilizar cuando salgan de aquí y se enfrenten al mundo laboral. Y desde un punto de vista social, es un día importantísimo de convivencia en el que existe un periodo previo de relación y de trabajo en equipo», resumió David Motalvo.
Y es que, para la preparación de todas la actividades desarrolladas hoy en el IES Buero Vallejo, el alumnado trabajó desde hace meses en proyectos conjuntos bajo la perspectiva de todas las materias, habida cuenta de la estrecha relación que la ciencia tiene con el resto de áreas del saber. Así, el hall del centro lució un hélice (la forma del ADN) elaborada desde el Departamento de Plástica; se leyeron unos poemas de temática científica bajo la supervisión del departamento de Lengua Castellana y Literatura e incluso tuvo lugar un pequeño recital de música por parte de varios alumnos que tocan diferentes instrumentos. Además, el Centro Integrado de FP de Guadalajara –la antigua Escuela de Hostelería antes adscrita a este instituto– participó en esta bonita jornada mediante la organización de unos talleres de cocina y la elaboración de unos paneles con varias rutas turísticas por la provincia de temática científica. «La ciencia está muy implícita en todas nuestras asignaturas, tanto en la cocina, porque al final la cocina es química y física, como en la restauración, por el tema de las fermentaciones de cerveza y vinos, y en el turismo», valoró Teresa Asensio, directora del Centro Integrado del FP de Guadalajara. «Hemos montado un aula donde hemos traído diferentes relaciones y transformaciones físico-químicas que pasan en la cocina como las fermentaciones o las esferificaciones», detalló.
Más matrículas
Precisamente, el delegado provincial de Educación, Cultural y Deportes, Ángel Fernández-Montes quiso estar presente en el acto central de esta conmemoración y aprovechó para resaltar el interés creciente de la sociedad por el mundo de la ciencia. «Después de la pandemia han aumentado mucho las matrículas en los estudios en el ámbito científico», señaló. Asimismo, Fernández-Montes corroboró la importancia que atesoran este tipo de actividades, acuñadas como «situaciones de aprendizaje» en la nueva Lomloe. «A través de un proyecto, como es hacer este Día de la Ciencia, se trabajan diferentes áreas y diferentes competencias con los alumnos que son de enorme valor en el mundo laboral», valoró. «No debería ser algo excepcional sino algo que se repitiesen a lo largo del año en los centros con proyectos un poquito más grandes o un poco más pequeños, pero que tuvieran más cabida en el tiempo más allá de una actividad temporal», concluyó el delegado.