Dos enuno

M.H. (SPC)
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El proyecto europeo Leguminose investigará cómo simultanear cultivos de cereal y leguminosas en la misma parcela, una técnica llamada intercropping que puede aumentar sensiblemente el rendimiento de la tierra y revolucionar la agricultura

Dos enuno

La agricultura está en constante evolución desde que, hace unos 12.000 años, el hombre comenzara a sembrar sus alimentos para no tener que depender de lo que podía encontrar en la naturaleza. El principal objetivo de estos avances a lo largo de los siglos ha sido producir más en la misma extensión de tierra y eso -aparte de otras cosas- es lo que pretende el proyecto Leguminose, en el que el CSIC y UPA comenzaron a cooperar en noviembre del año pasado.

La iniciativa, que cuenta con la participación de un potente consorcio europeo, nace con el objetivo de analizar, junto a un potente consorcio europeo, las posibilidades de desarrollo de la técnica conocida como intercropping, basada en mezclas de cereales y leguminosas en la misma parcela y coincidentes en el tiempo, al menos durante parte de los ciclos de ambas especies. Esta práctica puede ayudar a los agricultores a combatir algunos importantes desafíos a los que se enfrentan, como la adopción de manejos que cuiden el suelo y eviten la erosión, alcanzar rendimientos adecuados reduciendo el gasto en insumos y ampliar las rotaciones en sus explotaciones para mejorar la lucha contra las malas hierbas.

La Península Ibérica está fuertemente condicionada por el clima mediterráneo. Gran parte de la superficie agrícola se maneja en condiciones de secano y con gran aridez. En este escenario se aborda el importante reto de la gestión de dos cultivos, un cereal y una leguminosa, que convivan en un determinado momento en el suelo, durante más o menos tiempo según la combinación.

Dos enunoDos enunoEn España existe una experiencia de intercropping tradicional, como es la mezcla de veza y avena, cuyo destino es el aprovechamiento ganadero. El proyecto Leguminose pretende ampliar el catálogo de asociaciones de cultivos para que además puedan cultivarse en diferentes zonas, ya sea en secano o en regadío. Sus acciones, que se realizarán durante los próximos cuatro años, están pensadas para obtener cosechas tanto para alimentación animal como humana.

David Erice es el responsable de coordinar el proyecto desde UPA y explica a Cultum que el objetivo principal es desarrollar una técnica que, podría decirse, aún está en pañales, aunque existan algunas experiencias de investigación en las últimas décadas. Entre sus beneficios, más allá de aumentar las cosechas, destaca la capacidad de mejorar el suelo. El responsable de UPA aclara que las leguminosas, aparte de fijar nitrógeno en la tierra que puede ser aprovechado por otros cultivos, también incorporan al suelo materia orgánica a través de las raíces y otros restos vegetales que quedan después de la cosecha. Esta cualidad de vezas, garbanzos o soja lleva a otra ventaja del intercropping, que es la reducción en el uso de insumos, sobre todo de fertilizantes, dado que esa labor ya la realizan en parte las legumbres. «Reduce las necesidades de abonado», comenta Erice.

Además, al haber dos cultivos que se solapan, la tierra está cubierta de vegetación durante más tiempo, combatiendo así la erosión y ayudando a reducir la cantidad de malas hierbas en el cultivo. «Tienen más competencia durante más tiempo, podría decirse que se desorientan», aclara el coordinador del proyecto; además sus ciclos se interrumpen más a menudo por las labores agrarias.

Dos enunoDos enuno - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez. Eugenio GutiérrezPor si esto fuera poco, este doble cultivo es una buena oportunidad para los agricultores en lo que se refiere a la nueva Política Agraria Común. La rotación es uno de los eco-regímenes a los que pueden acogerse los profesionales y esta técnica que solapa dos especies diferentes cuenta como una rotación para acogerse a esta figura recién creada, de la que va a depender una cuarta parte de las ayudas.

Secano y regadío.

Las investigaciones van a ir por dos líneas separadas: los cultivos de secano y los de regadío. Erice aclara que habrá algunos ensayos a pequeña escala en parcelas de reducidas dimensiones a cargo del CSIC en Arganda del Rey (Madrid). Pero el grueso de las pruebas se van a realizar a pie de campo, en tierras de cultivo normales y a cargo de agricultores que se prestan para probar esta técnica.

En el caso del secano, la idea es combinar trigo o cebada con garbanzos, vezas o alfalfa. Se sembraría el cereal en otoño y, a finales del verano, se sembraría encima garbanzo para consumo humano, por ejemplo. Ambas especies coincidirían en la parcela por espacio de tres o cuatro meses.

Erice aclara que hay que tener en cuenta el clima de cada lugar y jugar con los ciclos de las plantas, sin plantear de antemano fechas fijas porque el proyecto trata, precisamente, de ir cogiendo experiencia y afinando el sistema de cultivo. La recogida del cereal se llevaría a cabo en el verano, cuando la legumbre aún no está demasiado desarrollada y el peine de la cosechadora puede pasar a una altura que permita recoger las espigas que quedan por encima pero dejar intacto por debajo al garbanzo, que completaría su ciclo en los meses posteriores.

En regadío, las combinaciones en las que se va a trabajar son sobre todo de maíz con legumbres para consumo humano y de soja (también para consumo humano) con cereal. En ambos casos los cultivos compartirían suelo durante un par de meses. Erice explica que se va a probar la combinación de soja y cereal en zonas donde actualmente ya hay dos cosechas, pero separadas en el tiempo. Ahora mismo, primero se siembra y cosecha el cereal y después se cultiva soja de ciclo corto, que reduce su rendimiento respecto a otra de ciclo más largo. Lo que se pretende es sembrar la soja sobre el cereal en marzo, cuando aún no se le hace ningún daño, y poder utilizar así variedades de la legumbre de ciclo más largo que aumenten las cosechas.

En cualquier caso, David Erice deja claro que aún «hay muchas cosas que no están claras» y que el proyecto tendrá que ayudar a descifrar. De momento se están planificando las siembras que comenzarán a realizarse el próximo otoño. Existen muchas incógnitas también respecto a la maquinaria a emplear, porque obviamente no es lo mismo cosechar un cereal de manera tradicional que hacerlo sabiendo que debajo quedan garbanzos que hay respetar y dañar lo menos posible. Probablemente el ancho de las ruedas o los aperos que se usan tengan que ser modificados. Como también será necesario recalcular cantidades y momentos para aplicar fertilizantes y fitosanitarios. La práctica y las comparaciones con los cultivos al uso ayudarán a ir puliendo estos aspectos durante los próximos cuatro años, explica Erice.

De momento se están planificando reuniones con los implicados para proyectar las futuras siembras de otoño. El responsable de UPA cuenta que la provincia de León va a ser el escenario de pruebas con maíz y legumbres en regadío, así como la provincia de Soria lo será para los ensayos en secano con cereal y otras leguminosas. También está pensado llevar a cabo trabajos en Palencia y Burgos, además de otras provincias de España.

Precisamente en Burgos, expone Erice, ya hubo, aunque fuera de este proyecto, algún intento en este sentido durante el ejercicio pasado. Se cultivó en la misma parcela cebada y garbanzo y los resultados fueron satisfactorios desde el punto de vista del rendimiento, que fue el normal para la zona y el año climatológico. Eso sí, añade que los resultados de un año no son extrapolables, y menos en agricultura, por lo que habrá que esperar al desarrollo de Leguminose durante las próximas campañas.

En cualquier caso, a lo largo del proyecto, que está financiado al 100% por la UE y se coordina desde la Universidad de Florencia, se llevarán a cabo diferentes actividades de divulgación donde los agricultores podrán conocer las diferentes experiencias probadas y los resultados que se vayan obteniendo.

 

El resurgir de las leguminosas.

Las leguminosas, ya sean para alimentación humana o animal, son un cultivo que ha perdido mucha extensión en los últimos años en España. En ambos casos dependemos de unas importaciones que se lo ponen difícil a los agricultores para conseguir rentabilidad por la guerra de precios, a pesar de que las alubias, los garbanzos o las lentejas nacionales son de altísima calidad.

Debido a esta merma en la superficie que se les dedica, en los últimos tiempos han surgido, además de Leguminose, otras iniciativas que pretenden dar un empujón a estas especies. Ejemplos de ello son los grupos operativos LegSapiens y Proteinleg. En el primer caso, UPA es quien lo coordina y su finalidad es promover el cultivo de las legumbres, hacerlo atractivo para un agricultor que encuentra problemas como la falta de rentabilidad, la competencia con las importaciones, la falta de variedades adaptadas o los limitados conocimientos existentes para hacer frente a plagas y enfermedades. Proteinleg, por su parte es otro Grupo Operativo de carácter supra-autonómico cuya finalidad es el desarrollo de proteínas alimentarias de alta calidad mediante la producción y el procesamiento sostenibles de cultivos de leguminosas. En línea con la tendencia actual hacia alimentos más saludables y respetuosos con el medio ambiente tanto para alimentación humana como animal, Proteinleg emplea cultivos de leguminosas como base para desarrollar nuevas fuentes de alimentos ricos en proteínas vegetales que sean saludables, sabrosos y atractivos.