Comer sabroso aun con dolor de tripa

María Albilla (SPC)
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La nutricionista Ángela Quintas repasa en su último libro las alteraciones más comunes del aparato digestivo y propone recetas ricas y 'diferentes' para cuidarse en el proceso de reparación

Manzanilla, arroz hervido y tortilla francesa suelen ser remedios de andar por casa cuando hay un dolor ventral, pero ¿qué se esconde detrás de ese malestar? ¿Por qué me duele la tripa? Precisamente, eso es lo que se plantea la nutricionista Ángela Quintas en su último libro, en el que explica cómo identificar, entender y reparar las enfermedades más habituales del aparato digestivo. Además, aporta ideas sanas y sabrosas para no tener que sufrir en la mesa con los clásicos de la dieta blanda.

Los remedios caseros están bien para un dolor puntual, pero si este se extiende en el tiempo hay que buscar una convivencia con el cuerpo mientras se encuentra la causa y se cura la alteración. «En consulta me encuentro un montón de gente que me cuenta que lleva mucho tiempo con hinchazón después de comer, que tiene malestar tras de las ingestas... hay personas que no consiguen olvidarse de su digestión en todo el día y ahí, claro, tenemos un problema», explica.

Es muy importante para reconocer qué puede estar pasando la geografía del dolor. Por ejemplo, el dolor de estómago puede tener diversas causas y, por tanto, tratamientos diferentes en función de la parte afectada. 

«Si es en la parte alta, puede ser una hernia de hiato o una Helicobacter pylori; puede ser que te llenes de gases, o que tengas un dolor muy fuerte en el lado derecho, lo que indicaría una diverticulitis... No se puede generalizar», explica.

Las diferentes patologías del sistema digestivo implican una forma diferente de alimentarse en función de cada una de ellas, siempre cuidándose, pero la noticia es que se puede hacer una manera rica. Por ejemplo, si lo que le sucede es que el paciente es una persona estreñida hay vida más allá de un par de kiwis en ayunas. Existen otras formas de comer los 30 gramos de fibra diaria imprescindibles en la dieta. Quintas propone -y aporta las recetas- para las comidas y cenas como, por ejemplo, una ensalada de lentejas caviar con atún y huevo, o un salteado de soja texturizada, un plato de pasta integral con curry de gambas y jengibre o una ensalada de pasta de trigo sarraceno con pollo, boniato y aguacate. Deliciosos, sano y rico en fibra para favorecer el tránsito intestinal ir al baño.

«La intención es darle a los pacientes alternativas e ideas para que, a pesar de la enfermedad, vean que hay vida más allá. Por eso surgieron unas recetas chulas y bonitas, útiles en cada una de las alteraciones que se tratan y que van más allá del pollo a la plancha y cuatro cosas más.

Descubriendo la microbiota

Una mala alimentación está muy relacionada con problemas de salud como el dolor de cabeza, las alteraciones de la piel o, incluso, los cambios de humor. ¿Por qué? Porque el intestino está formado por una monocapa de células sobre las que se encuentra la microbiota. Estas permanecen unidas por una membrana por la que solo deben pasar las sustancias correctas al torrente sanguíneo. El problema es que cuando el intestino se convierte en permeable y atraviesan las sustancias que no deben el cuerpo reacciona con esos dolores de cabeza, manchas en la piel, eccemas, dolor en las articulaciones...

«Es muy común que suceda esto aunque no te estés dando cuenta», comenta Quintas. Hay un caso muy significativo que es el de la cándida intestinal. Explica la nutricionista que en estos casos, cuando llega a consulta el paciente, les pregunta si tienen ganas de comer dulce en todo momento. «Sí». ¿Tienes cambios de humor? «Sí». ¿Te duele la cabeza a menudo? «También». ¿Te molestan los olores fuertes? ¿Tienes mucosidad? Ante una mayoría de respuestas afirmativas, el diagnóstico suele ser claro. 

«Ante este diagnóstico, la dieta no sería suficiente, los antifúnguicos son imprescinbles», ahonda, pero también se puede hacer algo desde la cocina. Por eso propone para las comidas y cenas recetas como wraps de salmón ahumado y brotes de espinaca, musaka griega, arroz de coliflor con gambas o hamburguesas de guisantes.

Quintas recoge en ¿Por qué me duele la tripa? las alteraciones que se encuentra en la consulta de manera más habitual. Destaca el empeoramiento del estreñimiento como consecuencia de la pandemia porque se ha reducido el ejercicio y durante muchos meses se ha estado comiendo peor y abusando del alcohol. Igualemente, se observan más casos de sobrepeso, unos kilos extra que fueron una consecuencia directa del confinamiento y que en muchos casos siguen ahí adosados. 

Y cuidado con el estrés. «Es una de las mayores causas de la disviosis, una alteración importante de la microbiota», explica. Este trastorno además se está demostrando que cada vez tiene más relación con otras alteraciones como la depresión, el alzhéimer, la esclerosis múltiple... «Incluso se está analizando la función de la microbiota en pacientes de COVID-19 para comprobar por qué a unos miembros de la misma familia les afecta la enfermedad más que a otros», agrega.

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