Duelo singular en el Senado

Agencias
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Sánchez y Feijóo protagonizan hoy en la Cámara Alta su primer cara a cara sin la intervención de los líderes de Podemos, Vox y Ciudadanos

La primera vez que se encontraron ambos políticos en la Cámara Alta fue a primeros de junio, cuando el gallego fue designado senador. - Foto: EFE

El Senado tomará la delantera esta vez al Congreso en el inicio del curso parlamentario, acogiendo un primer cara a cara hoy entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición con aires electorales y un cariz singular, por el desigual reparto de tiempos y las ausencias en las intervenciones de algunos de los principales grupos.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo protagonizarán un debate monográfico sobre la crisis energética y el contexto económico, una cita en la que el papel de Vox, Ciudadanos y Unidas Podemos será secundario, ya que sus primeros espadas no podrán tomar la palabra en la Cámara Alta.

El Senado se adelanta al Congreso, que celebró un pleno extraordinario en agosto para convalidar tres decretos leyes y aprobar otras tantas leyes, porque este no prevé reunir esta semana a su Junta de Portavoces y, además, su sesión plenaria no arrancará hasta el día 13.

El cara a cara fue reclamado por el líder del PP, pero la primera reacción del Gobierno fue remitirse a las sesiones de control de la Cámara Alta. Sin embargo, Sánchez acabó aceptando el envite y la pasada semana pidió comparecer para «informar sobre el Plan de ahorro y gestión energética y su perspectiva territorial, así como del contexto económico y social del mismo».

Por tanto, el debate no se limitará al decreto ley de medidas de ahorro energético que se votó ya en el Congreso, sino que incluirá el diseño de ese Plan de Contingencia más amplio que el Gobierno debe enviar a Bruselas, así como un análisis del contexto económico del país.

En esta cita, Sánchez no tendrá límite de tiempo, mientras que cada grupo parlamentario dispondrá de 15 minutos para su primera intervención y cinco para la segunda, a excepción del Mixto, que cuenta con 18 y seis, respectivamente. Se sigue el mismo esquema que se utilizó en la anterior comparecencia del jefe del Ejecutivo, celebrada en septiembre de 2020 y que se extendió casi seis horas.

Como si volvieran los tiempos del bipartidismo, este cara a cara se centrará, según este organigrama, en los líderes de los dos grandes partidos, pues Vox y Cs no pueden contar con los suyos y carecen de grupo propio, con lo que deben repartir sus tiempos con otras formaciones. Peor lo tiene Podemos, que no intervendrá dado que no cuenta con senadores.

Pero no solo los tiempos marcarán este debate. Los discursos tendrán un especial peso en este envite, con la vista puesta como tienen tanto socialistas como populares en las inminentes citas electorales que se avecinan en 2023.

De este modo, Sánchez encarará el trance con el objetivo de subrayar las diferencias entre los dos modelos, mostrar el apoyo de la UE a las medidas propuestas por España y poner así en una «posición incómoda» a Feijóo, según fuentes de Moncloa.

En este sentido, defenderá la acción de su Gobierno, que está comprometido con los intereses de las clases medias y trabajadoras, según trasladan, y que se arriesga a tomar medidas. Bajo esta premisa, el presidente tratará de poner contra las cuerdas a Feijóo y echarle en cara que los españoles no conocen a las claras su modelo.

Moncloa apunta, además, que el líder de la oposición incurre en numerosas contradicciones, no se le conocen propuestas solventes y por tanto le falta empaque a su discurso, mientras que el Ejecutivo piensa en las clases menos favorecidas y toma medidas.

Cambio de tono

Mientras, Feijóo, que cuestiona lo «equilibrado» del cara a cara por los tiempos reservados para cada uno, confiado con todo en que sea «el inicio de un cambio de tono» por parte del jefe del Gabinete de coalición.

De hecho, ve «un avance» que Sánchez se haya avenido a debatir con él y también cree un logro el que haya aceptado la bajada del IVA que había planteado el PP.

No obstante, aunque el líder de los populares piensa que esta cita en el Senado puede ser «el inicio de un cambio de tono del Gobierno», muestra su desconfianza a que Sánchez «se abra a negociar, que se salte los vetos de sus aliados parlamentarios y que pueda hablar con el principal partido de la oposición como sería lo normal».