Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


Por qué Sánchez perderá las elecciones

14/07/2022

Desde luego, no me encuentro entre quienes denigran cuanto hace Pedro Sánchez: pienso que en sus cuatro años de gobierno ha tenido aciertos indudables, y uno de ellos fue el tono general con el que acometió la primera parte del debate sobre el estado de la nación.
Pero, al tiempo, ha tenido, y tiene, errores de bulto, como acaparar la memoria histórica de la nación y encima teniendo a Bildu como acompañante en esta apropiación. Y es esto, vaya como vaya la economía --que muy bien no va a ir, ni aquí ni en ninguna parte--, lo que le hará perder las próximas elecciones, sean cuando sean.
Ahora mismo, no hay una sola casa demoscópica que dé un euro por el futuro político de Pedro Sánchez. Lo que se entiende difícilmente es la pasión del presidente por embarcarse en retos innecesarios, colocándose sin razón ni razones en una permanente cuerda floja que ya se ve que va cansando al electorado. ¿Qué necesidad había de concluir el debate sobre el estado de la nación haciendo aprobar una ley de memoria democrática -o histórica_en la que lo que menos importa es el contenido y lo que más con quién va a firmarla?¿Para qué necesita Sánchez los cinco votos de Bildu, que es una coalición que causa rechazo masivo en casi toda España (y entre la militancia socialista, desde luego), adopten ahora los 'abertzales' las actitudes que adopten?
Conste que de ninguna manera estoy con quienes dicen, con evidente exceso, que "ETA gobierna ahora en España", refiriéndose a los pactos puntuales del Ejecutivo con Bildu. No, ni Bildu es ETA ni ETA existe ya desde hace una década. Decir otra cosa es falsear la realidad en aras a unos postulados políticos que ni siquiera la oposición conservadora templada comparte ya. Pero sí es verdad que el recuerdo que las gentes que hoy integran Bildu ha dejado en la ciudadanía es francamente malo, terrorífico, y pienso que con merecimientos sobrados para ello. El abrazo de Bildu es el abrazo del oso, y Sánchez lo pagará, ya digo, en las urnas. Porque el olvido, en política, es difícil, además de inconveniente.
Claro que Sánchez tendrá que pagar por otras muchas cosas, desde los silencios sobre los espionajes de Pegasus y el cambio de rumbo en el Sahara hasta la desastrosa estrategia de comunicación emprendida últimamente, consistente en convertirse en enemigo declarado de los 'poderosos'. Parece inadecuado que el hombre con más poder de España se embarque en esta línea de defensa, o de ataque, repitiendo lo que hizo cuando fue defenestrado de la secretaría general del PSOE, allá por octubre de 2016.
Mucha agua ha pasado bajo los puentes desde entonces: Sánchez ya no es el juguete roto caído, sino el presidente del Gobierno. Y aquella línea de defensa-ataque, ahora reproducida, se me revela, a mí al menos, como un inmenso error. Creo que la táctica de dividir a España en segmentos sociales irreconciliables, en lugar de pretender --al menos pretender-- una concordia, también le pasará factura.
Creo que lo que España necesita es un acuerdo para definir nuestro pasado más penoso, desde el franquismo hasta el terrorismo, y no que nadie se quede en exclusiva con nuestra Historia, que ya se sabe que es algo que escriben los vencedores y que luego reescriben los vencidos cuando pasan a ser los vencedores. De momento, ya nos han anunciado que este ley de memoria histórica, perfectamente aplazable y que debería haberse tramitado por otros cauces bien distintos, será derogada cuando los nuevos vencedores lleguen. Y así seguimos siempre, tirándonos a la cabeza nuestro pasado, nuestro presente y, por tanto, también nuestro futuro.