Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Diversidad democrática y también natural

14/06/2022

En estos días se plantean foros de debate y también polémicas en torno al colectivo LGTBI, que durante el mes de junio realiza actividades de reivindicación de derechos en las que se recuerda la problemática del sector, poniendo especial énfasis en las situaciones derivadas de los riesgos de exclusión social. Como sucede en organizaciones que reúnen a otras categorías de personas susceptibles de discriminación, como el de las personas con discapacidad, se busca la unión en torno a plataformas que atienden realidades muy diversas, a los solos efectos de garantizar una mejor protección jurídica y social, que no se alcanzaría con la fragmentación de actividades y campañas más específicas.
Este tipo de reivindicaciones sigue siendo necesaria por la terrible desinformación social, médica, y hasta religiosa, sobre las personas que están detrás de este colectivo, y que se manifiesta en el eco continuado, en medios de comunicación y redes sociales, de una presunta afrenta con las familias, el hombre, la mujer o el orden natural. Creo que no hay motivo para la polémica: la naturaleza humana, sin duda alguna, y la lógica de las relaciones sociales, genera una diversidad en la ciudadanía que ha de ser perfectamente comprendida por todos nosotros. Lo hemos entendido incluso la inmensa mayor parte de la Iglesia Católica, comenzando por el Papa Francisco.
Eso no quita que grupos que quieran defender una forma de familia basada en modelos mayoritarios en siglos pasados, puedan animar a la sociedad a que, culturalmente, ese patrón se ensalce. Tampoco que otros grupos en el extremo contrario, denuncien de tal manera el 'patriarcado' tradicional, que acaben transmitiendo la idea a quienes se están formando de que lo conocido y mayoritario debería ser sospechoso o retrógrado. En el medio, como siempre, estamos la mayoría de mujeres y hombres de esta sociedad sacudida por incendiarios internautas, que queremos escuchar a todos, pero exigiendo en sus eslóganes y campañas un respeto exquisito hacia la realidad social y, repito, natural, que también ha querido la creación, o incluso Dios.
La Naturaleza o El Creador dispusieron la variedad de deseos, y no solo la variedad de seres humanos. Eso pasa porque las personas que formen parte de un colectivo como el LGTBI, o aquellos que desarrollan su personalidad en el ámbito familiar aún mayoritario, no se hayan de sentir señalados como objeto de campañas o evaluaciones que les obliguen a explicar continuamente la opción vital que libremente han escogido. Y que, por supuesto, esa elección se derive de una educación sana, plural y profundamente democrática, donde los extremismos no aleccionen.