Dibujante de emociones

Antonio Herraiz
-

El estilo de su obra pictórica está próximo a un realismo simbólico en el que destacan los motivos femeninos. Ha expuesto en Madrid, Barcelona y Guadalajara y le falta el impulso que le acerque a los grandes coleccionistas

Dibujante de emociones - Foto: Javier Pozo

Cuando a Johana Roldán (Madrid, 1972) le preguntas por el pintor que más ha influido en su estilo responde sin dudarlo: «Mi mayor influencia pictórica ha sido mi padre. Siempre le he considerado un genio y probablemente lo sea». Hay portentos de la pintura cuyo referente ha sido también su padre. José Ruiz, profesor de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Málaga, fue el primer maestro de un joven llamado Pablo Picasso. Conocía a la perfección el enorme talento de su hijo, que antes de saber leer y escribir ya dibujaba palomas y corridas de toros. La madre del artista contaba que la primera palabra que pronunció el pequeño Pablo fue piz, sonido con el que llamaba al lápiz que siempre llevaba en las manos. Johana me ha recordado lo de la herramienta básica para pintar del pequeño Picasso. «Yo nací con un lápiz en la mano. Mis padres, Diego y Charo, siempre han pintado y mi aproximación al arte podemos decir que es genética». Me cuenta que su primera gran obra fue un encargo que le hicieron en el colegio. «Estaba en cuarto de EGB y para ambientar una obra de teatro me propusieron pintar una reproducción del Guernica mediante carboncillo». 

Johana siempre quiso estudiar Bellas Artes, pero, llegado el momento, se cruzaron varios elementos en el camino que la llevaron a la Facultad de Geografía e Historia, donde terminó especializándose en Arqueología. A esta disciplina ha dedicado buena parte de su vida, pero, los designios personales y familiares le hicieron romper con la que hasta ese momento había sido su profesión. «La arqueología me llegó a cautivar. Soy muy curiosa y conocer cómo eran las sociedades de otros tiempos a través de sus vestigios me emocionaba. Sin embargo, entendía que mi propia realización personal estaba en otro sitio. Me puse a pintar y nunca he estado mejor. Te sientes como que ya eres tú». 

La obra de Jante, nombre artístico que ha escogido fruto del acrónimo de su nombre y sus apellidos, no admite etiquetas ni se puede encasillar en un género concreto. Está más próxima al realismo, aunque también tiene sutiles toques de surrealismo, fruto, quizá, de la influencia daliniana. Conjuga la sensibilidad y la sensualidad a la hora de representar la figura humana, especialmente la femenina, uno de los principales motivos de su obra. Son sus propias emociones y una imaginación desbordante las que acaban en sus lienzos para conseguir penetrar en lo más profundo de todo aquel que se coloque frente a su creación. En Guadalajara, donde vive desde hace más de dos décadas, ha expuesto en el Teatro Buero Vallejo, en el Palacio del Infantado y en el centro San José. Este fin de semana, sus cuadros han acompañado en Cabanillas uno de los conciertos del ciclo de Noches Acústicas. También ha llevado sus creaciones a galerías de Madrid y Barcelona. Le falta ese empujón que la termine acercando a los grandes coleccionistas, el objetivo de todo pintor. «Cuando hablan de los artistas o de la bohemia ocultan siempre una cuestión muy básica. Para llegar a ciertos sitios hace falta dinero. No puedes exponer en China o en Venecia si no tienes el soporte económico para llevar allí tus cuadros». Y es uno de los principales problemas a los que se enfrentan todos los pintores. En España, cada vez hay menos cultura de pagar por el arte y las exposiciones no siempre tienen el resultado de ventas deseado. «Yo pinto muchas obras por encargo. Ahora estoy haciendo dos cuadros de orquídeas que me han pedido para el salón de una casa de estilo minimalista. Estoy pintando también un cuadro de una mujer desnuda, que estéticamente es muy bonita». Una forma más de exaltar y engrandecer la figura femenina. 

Jante es un alma inquieta. Además de su faceta pictórica canta en GuadSpel Choir, el primer coro de Gospel de Guadalajara. También colabora en Radio Castilla-La Mancha, con un espacio en el programa de Juan Solo Solo con Música que ha bautizado como El rincón de Jante, en el que alterna la música y sus propios relatos. Además, forma parte del reivindicativo colectivo Mujeres artistas de Guadalajara. Tiene varios proyectos para mostrar su obra a lo largo del próximo año y me recuerda que cuenta «con una exposición permanente en el centro de Salud y Belleza Samira. La dueña adquirió varios de mis cuadros y los tiene colgados en el interior de su negocio». Dejo a Jante pensando, quizá imaginando su próxima creación, mezcla de simbolismo y metáfora, con un estilo próximo al realismo emotivo con el que trata de no dejar indiferente a nadie.