La cultura de Guadalajara está de enhorabuena. Desde hoy, el Museo Provincial expone una valiosa obra de arte que pasará a formar parte de su colección permanente. Se trata del cuadro Luisa de Mendoza y Mendoza. Condesa de Saldaña, firmada por el pintor italiano Antonio Ricci en 1603 y adquirida en el mercado privado a finales de 2022 por el Ministerio de Cultura y Deportes. Tras un laborioso proceso de investigación y restauración, este elegante retrato de la hija de la VI Duquesa del Infantado, heredera truncada del título por su temprano fallecimiento, fue presentado hoy en el Palacio del Infantado en un acto al que acudieron diversas autoridades locales, ciudadanos y representantes del mundo cultural. 

Luisa de Mendoza y Mendoza. Condesa de Saldaña permanecerá expuesta hasta principios de junio en una exposición temporal comisionada por Ángel Rodríguez (quien se ha encargado de investigar el origen y características de la obra). Aparte de exhibir el propio cuadro, esta muestra explica su origen, características y la historia de su protagonista aristócrata a través de diferentes paneles. Además, según adelantó el director del Museo de Guadalajara, Fernando Aguado, está prevista la próxima puesta en marcha de un programa de visitas guiadas a la misma y una conferencia a cargo del propio Ángel Rodríguez con el propósito de dar a conocer entre la ciudadanía el valor de este retrato. Después, se colocará en la exposición permatente del museo.

En la puesta de largo de este lienzo, Fernado Aguado calificó este día de «importante» para el centro que dirige al permitir «completar la colección del Museo con una obra muy ligada a nuestra sede».  Por su parte, la subdelegada del Gobierno en la provincia, Mercedes Gómez, subrayó que la adquisión de esta obra por parte del Ministerio de Cultura, que supuso un desembolso de 80.000 euros, «es una muestra más del compromiso del Gobierno de España con la cultura y el patrimonio artístico de Guadalajara». En este sentido, Gómez recordó la apuesta que el Ejecutivo central está realizando por el Palacio del Infantado, donde actualmente está trabajando para mejorar el estado de la Galería de Poniente con una inversión de más de 300.000 euros. A ello se sumarán los 12 millones de euros, nueve aportados por el Estado central, que se destinarán a la modernización, transformación y adhesión al programa 'Prado Extendido' que se llevará a cabo en este emblemático edificio.

Las autoridades asistentes al acto de presentación del cuadro 'Luisa de Mendoza y Mendoza. Condesa de Saldaña' y detalle del mismo. - Foto: Inma López

En esta misma línea de opinión se mostró el delegado de la Junta, Eusebio Robles, quien resaltó que «el regreso de Luisa de Mendoza a Guadalajara» es fruto «del entendimiento y colaboración entre administraciones». «Nos sentimos tremendamente satisfechos de que la ciudadanía de Guadalajara pueda disfrutar de esta obra tan ligada a la historia de nuestra ciudad y que va a poder visitarse a partir de hoy mismo», añadió. El alcalde capitalino, Alberto Rojo, también se congratuló del «regreso a casa» de la Condesa de Saldaña y subrayó el futuro prometedor que le espera al Palacio del Infantado como subsede del Museo del Padro gracias a la colaboración entre instituciones. «Los próximos años van a ser los años del Palacio del Infantado», afirmó. «La unión hace la fuerza y cuando estamos juntos y juntas hacemos más y mejor», declaró.

Por último, el comisario de la exposición explicó los detalles de esta obra a los presentes y quiso reiterar que el valor artístico que atesora es «muy importante teniendo que Antonio Ricci es un pintor al que se le conocía hasta hace muy pocos años como el padre de los grandes artistas».

Luisa de Mendoza y Mendoza, condesa de Saldaña, era hija de Ana de Mendoza, que fue duquesa del Infantado. Nacida en Guadalajara, se casó en 1603 con un hijo del duque de Lerma, que fallecería en Pastrana 30 años después. El cuadro que ahora se expone en el Infantado y que ha quedado adscrito al Museo de Guadalajara fue pintado con motivo de los esponsales. Luisa de Mendoza y su esposo pasaron temporadas en Guadalajara hasta el fallecimiento de esta, en 1619. El retrato fue pintado por Antonio Ricci, cuya obra se enmarca en el mismo contexto artístico que los salones de honor de Rómulo Cincinato del Palacio del Infantado.