Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


¿Cómo dice que se llama ese ministro? ¿Y esa ministra?

15/04/2022

Constato que en algunos ambientes solo se aceptan las encuestas del CIS de Tezanos cuando señalan que desciende la intención de voto al PSOE y sube la del PP, independientemente de lo que ocurra con Vox y Podemos, que, como le ocurre al PSOE, bajan en la última oleada, mientras se aprecia el 'efecto Feijóo' en beneficio de los 'populares'. Pero esta es la 'letra grande' de una encuesta llena de 'letras pequeñas' muy reveladoras en otros aspectos. Por ejemplo, el enorme grado de (des)conocimiento de la mayor parte de los ministros y ministras.
Hice mi particular sondeo ayer, en un acto al que asistían dos centenares de personas. Les pregunté si conocían el nombre del ministro o ministra de Turismo, o quién se encarga en el Gobierno de la coordinación territorial, de las universidades o de la ciencia. Nada. No acertó ninguno de los interlocutores, entre los que se encontraban dos periodistas. Y entonces no hay otro remedio que sacar una primera conclusión: si un 87,7 por ciento de los encuestados por el CIS (y la totalidad de las decenas de personas preguntadas por mí, desde luego) desconoce quién es Diana Morant, que lleva ejerciendo de ministra desde el pasado mes de julio, es que la ciencia tiene un muy escaso protagonismo en el quehacer oficial. O que ella es persona de tal humildad que prefiere el anonimato mientras se desgañita laborando en la oscuridad del silencio en favor de la innovación científica.
Lo mismo le digo de Raquel Sánchez, a quien desconoce el 82 por ciento, y eso que es titular de transportes, con la que ha caído en ese sector. O de Pilar Llop (el 77,7, y eso que es ministra de Justicia y fue presidenta del Senado). O de Pilar Alegría (77,1), o de Joan Subirats (también ascendido a la alfombra roja ministerial el pasado julio). O de Isabel Rodríguez, a la que desconoce casi el 73 por ciento de los encuestados pese a ser la portavoz del Gobierno. Aunque, en este último caso, no debe preocuparse por la ignorancia del pueblo acerca de su persona: si sigue utilizando el atril de La Moncloa para atacar a la oposición en lugar de informar sobre lo que hace el Ejecutivo, pronto será la diana de todos los venablos.
Más sorprendente aún resulta que un 64,6 por ciento desconozca quién es José Manuel Albares, porque el señor Albares es nada menos que el ministro de Exteriores. O que casi la mitad de la gente desconozca aún la identidad de Félix Bolaños, que es el omnipresente ministro de la Presidencia y 'mano derecha' de Pedro Sánchez. ¿Significa esto un desinterés ciudadano por la política? No debe ser así, porque la ministra más identificada es Irene Montero, la titular de Igualdad, aunque sospecho que su elevado grado de conocimiento entre la población se debe a razones diferentes a su quehacer ministerial. Y lo mismo sea dicho de don Alberto Garzón, que, si usted no lo recuerda, es ministro de Consumo y es, tras doña Irene Montero, el segundo más conocido del 'equipo Sánchez', sin que se le conozca iniciativa alguna que no se relacione con auténticas chorradas, dicho sea con perdón.
Creo que el trabajo de Tezanos, cuya labor es siempre tan interesadamente seguida por el presidente del Gobierno, debe llevar al inquilino de La Moncloa a algunas conclusiones sobre la idoneidad, eficacia o respaldo que sugiere una parte de su elenco ministerial, especialmente los últimos 'contratados'. Bueno, que, por si hiciese falta alguna razón más, creo que la encuesta de Tezanos habría de suscitar reflexiones sobre si no sería preciso hacer ahora una nueva crisis en este Gobierno, en el que solamente aprueban cuatro ministras: Margarita Robles, Yolanda Díaz, Nadia Calviño y Carolina Darias. Y sí, ya sé que se trata solamente de una encuesta, para lo que valga. Pero yo mismo, que me dedico a estas cosas, debo confesar, repasando la lista, que no sé muy bien en qué se ocupa exactamente alguno/a de los nombres, demasiado numerosos a mi juicio, que integran la nómina ministerial, para qué nos vamos a engañar.