Chris Hemsworth se pone al servicio de la ciencia

EFE
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El actor australiano protagoniza 'Limitless', una producción que se puede ver en Disney+ y en la que el cineasta Darren Aronofsky le propone retos extremos para potenciar su longevidad

Hemsworth (i) y el artista Otis Carey encienden fuego en plena naturaleza. - Foto: EFE

El actor australiano Chris Hemsworth, protagonista de la saga Thor, se quita el uniforme de superhéroe y pone su cuerpo al servicio de la ciencia en la nueva serie documental Limitless, donde el cineasta Darren Aronofsky le propone retos extremos para potenciar su longevidad.

Enfrentarse al estrés desde lo más alto de un rascacielos, nadar en el océano Ártico, ayunar durante varios días o escalar una cuerda de 30 metros son algunos de los desafíos físicos, y también emocionales, a los que Hemsworth se presta en los seis episodios de National Geographic que se acaban de estrenar en Disney+.

En una reunión con un grupo de periodistas en Nueva York, el realizador de películas como Requiem for a Dream y Cisne negro, que ya ha colaborado en otros documentales con la plataforma digital, bromea con que no se le ocurrió «mejor conejillo de indias» que el actor para explorar el potencial del cuerpo.

«Ha sido interesante ver cómo los boomers (la generación que nació entre los años 1946 y 1964) también envejecen, crece su miedo a la muerte y, de repente, hay miles de millones de dólares invertidos en la ciencia de la longevidad, muchos avances e interés en ello. Me di cuenta de que podría haber un show ahí», comenta el cineasta.

«Sabíamos que queríamos hacer algo sobre la ciencia de la longevidad, y cuando se apuntó Chris, empezamos a desarrollar el documental para él y en torno a él de muchas maneras», apostilla.

Salir de la zona de confort

Hemsworth, que se describe como una persona fascinada por la ciencia, asegura que se cuidaba mucho antes de grabar la serie, «con entrenamiento, nutrición saludable y un poco de meditación», enumera, y le atrajo la idea de «salir de su zona de confort», aunque no se imaginaba lo que el director tenía guardado.

«Nadar en el hielo, trepar por la cuerda... todas esas cosas en particular, pensé: si no salgo de esta, no hay episodio. Podría haber pasado, pero hubiera sido un poco anticlímax», bromea.

«A mitad de la grabación en el agua sentía que me estaban apuñalando el cerebro desde todos los ángulos, mis brazos eran extremadamente pesados, me sentía mareado (...) Tu cuerpo te está diciendo que estás muriendo y eso te afecta, pero tienes que sobreponerte», recuerda el intérprete.

Aronofsky afirma que aunque el equipo tenía medidas de seguridad, el actor realmente estaba en una situación «de peligro» y cuando superó el reto saltó «de alegría»: «Era como ver el Derby de caballos de Kentucky, estábamos todos gritando y dije: ¡cállense! no queríamos tapar los ruidos que hacía él», sostiene entre risas.

Pero ambos coinciden en la importancia del último episodio, más largo y emotivo que el resto, en el que también participa la esposa del actor, la actriz española Elsa Pataky, y se aborda el fin de la vida «de una manera sorprendente, entretenida, humorística y triste», y a la vez «digerible para las audiencias», según relata el director.

En ese episodio, Hemsworth lleva peso en el cuerpo, unas cuerdas que limitan su movimiento y gafas para sentir los obstáculos a los que se enfrenta un anciano, pasa varios días conviviendo como uno más en una residencia con personas jubiladas, habla sobre su propia muerte con una guía espiritual y finalmente tiene que elegir su propio ataúd.

«Cuando salí de allí pensé: necesito relajarme y estar más presente, he tenido una carrera maravillosa y no hablo de retirarme, si no de frenar un poco y apreciar lo que tengo delante, tengo a mi esposa, a mis hijos...», explica el actor, emocionándose mientras habla.

«Tenía dos películas que grabar después de esto, y literalmente acabé la semana pasada. Ahora me voy a tomar un tiempo libre y no creo que haya hecho algo así en toda mi carrera profesional, donde no tengo nada planeado. También está bien tener un período de descanso sin nada que se asome en el horizonte», concluye.