"La sensación es parecida a la de la crisis de 2007 y 2008"

Beatriz Palancar Ruiz
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Inmaculada Lera tomó las riendas de su colegio profesional con ilusión y dispuesta a aportar nuevas ideas para la defensa de sus colegiados y para dar a conocer a la sociedad cuáles son sus funciones para ampliar su ámbito de actuación

Inmaculada Lera es presidenta de los aparejadores desde el 7 de abril de 2021. - Foto: Javier Pozo

Es la primera presidenta del colegio de Aparejadores, Arquitectos técnicos e Ingenieros de Edificación de Guadalajara en 43 años y lleva un año y medio al frente de su gestión, tiempo que Inmaculada Lera (Madrid, 1980) está invirtiendo en dar a conocer a la ciudadanía algunas de las funciones de estos profesionales que, con atención y cautela, observan cómo se está comportando el mercado de la construcción y el inmobiliario en los dos últimos años. 

Antes de acceder a la presidencia del colegio, ¿qué relación había tenido con el mismo?

El colegio de Aparejadores, antes, tenía tres empresas, ahora, solamente tiene dos, y yo había trabajado para una de ellas durante bastantes años. Entre los años 2014 y 2019, en periodos discontinuos. Conocía el colegio desde dentro en otros ámbitos, veía que había cosas que se podían mejorar, participaba en las asambleas y proponía cosas. Pensé que en lugar de estar todo el día aportando ideas, debía aportar desde dentro. La mayoría de mi equipo inicial, éramos compañeros que trabajábamos en la empresa del colegio. Ninguno, excepto dos, habíamos formado parte nunca de ninguna Junta de Gobierno. Entras con cero experiencia pero con cien de ganas. Los dos que habían estado anteriormente entraban por apoyar pero con la condición de que, en cuanto se encontrase repuesto, como estaban más cansados, que les sustituyésemos. Y así ha sido. Todos somos nuevos ahora y nadie ha estado nunca en Junta de Gobierno con anterioridad. Siempre ha habido mujeres, no muchas pero sí unas cuantas, pero yo he sido la primera presidenta en 43 años.  

 

Inmaculada Lera es presidenta de los aparejadores desde el 7 de abril de 2021.Inmaculada Lera es presidenta de los aparejadores desde el 7 de abril de 2021. - Foto: Javier Pozo¿Cómo funcionan las dos empresas  que tiene el colegio a su cargo?

Hay más colegios de aparejadores en España que tienen este sistema. Los colegios de arquitectos son regionales pero los de aparejadores son provinciales. Algunos colegios, sobre todo los grandes y Guadalajara por motivos específicos, tienen empresas que pueden o no dar un participio de beneficios al colegio porque es una entidad sin ánimo de lucro. La finalidad de esas empresas, precisamente, es dar trabajo a los colegiados. No es tanto lucrar al colegio, no es el ánimo, pero sí por dar trabajo a los colegiados. Una de las empresas que tenemos en Guadalajara, que es nuestra bandera a nivel nacional, se encarga del gabinete técnico de publicaciones que cuenta con la publicación Precio Centro, que es una base de precios de la construcción que se utiliza para hacer los presupuestos de los proyectos de obra, con precios muy actualizados, de todos los materiales, la mano de obra, de todos los sistemas constructivos. Es una publicación de referencia a nivel nacional porque tiene alrededor de 40 años. Está muy consolidada y le damos visibilidad al colegio de Guadalajara y trabajo a nueve personas, la mayoría son aparejadores pero también hay un arquitecto, un ingeniero, administrativos y un informático. En época de crisis, venía muy bien.  

¿La colegiación es obligatoria?

Somos 286 colegiados ahora mismo y la colegiación es obligatoria siempre que ejerzas como arquitecto técnico. Hay compañeros que están trabajando como jefes de obra y no tienen por qué estar colegiados. No tienes las mismas responsabilidades que si trabajas como aparejador.  

¿Qué metas se ha establecido para su tiempo como presidenta?

La duración de cada Junta de Gobierno es de cuatro años. Puedes presentarte otra vez hasta un máximo de ocho años. Los estatutos prevén que pueda haber un cambio de la Junta de Gobierno a mitad de mandato pero no suele suceder. En nuestro programa electoral llevábamos como objetivo principal defender la profesión y las competencias de los arquitectos técnicos, así como fomentar el asesoramiento de los compañeros y su defensa ante cualquier reclamación por competencias. Hemos encontrado mucha problemática porque hay mucha lucha contra otras profesiones y se han visto indefensos. Y otra de las cosas que le dimos importancia es impulsar la figura de los arquitectos técnicos dentro de todo lo que pueda ser la presencia en la sociedad porque, muchas veces, la gente no termina de tener claro en qué les puedes ayudar. Dentro de los asuntos internos, también tenemos en mente la actualización de los estatutos del colegio, que están ahí desde el primer día, pero estábamos a expensas de que se cambiasen los del consejo general y regional para cambiar los nuestros. Esto ha sucedido este año y nos vamos a poner a trabajar porque no queremos terminar la legislatura sin que eso esté hecho. 

¿Pueden decir que están sufriendo intrusismo profesional?

Más que intrusismo, vemos mucha lucha de competencias entre distintas profesiones. Los que están recién colegiados no tienen muy claro sus labores. Queremos atenderles y defender lo que sabes que es tuyo por ley. No me quiero meter en la parcela de nadie pero no quiero que me quiten lo que es mío. Históricamente, ha habido confusión con los arquitectos pero, últimamente, se ha generado problemática nueva con muchas categorías de ingenieros.  

¿Cuál es el trabajo que desempeña exactamente un aparejador?

Puedes ayudar a la sociedad en muchas cosas. La principal diferencia entre un arquitecto y un arquitecto técnico, que es la principal confusión, es que el arquitecto diseña el edificio y nosotros controlamos cómo se ejecuta. Después, tenemos competencias más específicas, muchas compartimos, pero nosotros somos especialistas en sistemas constructivos, en materiales, en seguridad y salud en la obra. Y fuera de la obra, podemos hacer proyectos de reforma de un local comercial para un negocio, legalizaciones que no estén relacionadas con usos residenciales o incluso proyectos de obra nueva o rehabilitación de determinadas construcciones, informes periciales de distintas tipologías, tasaciones para hipotecas, herencias u otras finalidades para saber el valor de mercado de tu vivienda, entre otras cosas que la gente no sabe.

Con el incremento de la actividad de la construcción, ¿crece el empleo dentro su sector?

Se ha notado mucho repunte y se pueden dar presupuestos un poco más altos. Con la subida de los materiales y la guerra de Ucrania, hemos tenido una época un poco rara, pero ahora, con los fondos Next Generation, está viniendo mucho trabajo de rehabilitación de edificios y siempre ayuda. Se está generando mucho trabajo. 

¿Temen que se produzca otra crisis inmobiliaria como la de hace más de una década por las consecuencias que tuvo para su sector?

El ser humano es el único animal que tropieza 14 veces con la misma piedra. Creo que no hemos aprendido ni aprenderemos. Puede que nos pille un poco más preparados pero la sensación que ahora mismo hay en el sector es parecida a la de la crisis de 2007 y 2008, sobre todo cuando hablas con constructoras e inmobiliarias. No quisiera ser alarmista pero la sensación es parecida. Ahora, tenemos algo que no tuvimos entonces, los fondos para la rehabilitación energética que viene de Europa, pero vamos a ver cómo acaba todo. Esperemos que bien.

¿Qué habría que hacer para que este tipo de crisis no sucedieran?

Aprender de los errores pasados y no volver a cometer los mismos. No pedir dinero que sabemos que no vamos a poder devolver, no construir cosas que no sabemos que van a ir bien. Si mi economía es la que es y no sé si el trabajo es estable, no pedir una hipoteca. Muchas veces, cuando hago un trabajo me intento asegurar una parte del pago para no perder dinero. Antiguamente daba igual. Yo prefiero hacer muchos trabajos pequeños a uno grande. Creo que hay que aprender de los errores. 

Además de ser presidenta de su colectivo, también está al frente de la Unión profesional, ¿cómo se lleva la doble responsabilidad?

Mi predecesor Aarón Sanz tomó la presidencia porque corresponde por orden alfabético. Durante la pandemia, hicieron lo que pudieron. Aarón estuvo tirando mucho del carro y haciendo muchas cosas pero entiendo que es complicado coordinar tu trabajo, tu vida familiar, tu colegio, con tirar de otros 13 colegios. Cuando yo lo heredé la Unión profesional estaba muy parada, no porque el presidente no quisiese, por la propia pandemia porque no se pudieron hacer muchas cosas. Cuando aterricé, como tocaba renovación de cargos, propuse que pasara al siguiente, arquitectos, pero por voto unánime, en contra de mi voto y del resto de cargos que no querían renovar, salió que continuara aparejadores. Todos éramos nuevos en nuestros colegios, creíamos que era mejor renovar para que los que más tiempo llevaban tiraran del carro. En este tiempo, no se ha movido mucho porque veníamos de una inercia de estar muy parados por el tema del Covid.

¿Cree que esta Unión profesional sería útil entre colegios?

Estoy convencida de que más allá de lo que son las disputas entre profesiones, la Unión profesional puede servir para limar asperezas, firmar convenios de colaboración y hacer sinergias entre colegios como por ejemplo para compartir bolsas de trabajo con otro sector, aprendiendo de las sinergias del coronavirus. ¿Por qué un aparejador no puede colaborar con un médico, por ejemplo, en salubridad de los edificios? Lo que tendríamos que hacer es sentarnos y buscar esas líneas de cooperación pero venimos de una inercia de estar parados por el Covid. 

¿Se espera la incorporación de algún colectivo profesional más?

Hemos tenido varias solicitudes pero ya no queda ningún colegio en Guadalajara que pueda optar porque uno de los requisitos es que el colegio tenga sede en la provincia. Alguno ha pedido solicitud pero tienen su sede en Madrid. De momento, creo que estamos todos los que somos porque las asociaciones profesionales no pueden entrar.