El responsable territorial de Accem Castilla-La Mancha, Braulio Carlés, ha confirmado que ya son más de 200 los refugiados ucranianos que esta organización está atendiendo en la provincia de Guadalajara. Se trata, en su mayoría, de mujeres con hijos menores que han tenido que huir de la guerra dejando allí a sus maridos mientras luchan en el ejército. El Hotel La Cañada de Horche, la antigua residencia de ancianos de Brihuega (propiedad de la familia Caballero), la residencia de los Hermanos del Bosque de Sigüenza, la antigua escuela infantil 8 de Marzo de Azuqueca de Henares y varios hoteles de la capital son las localizaciones donde se encuentran los grupos más numerosos de estos refugiados.
Según ha explicado a La Tribuna de Guadalajara el también vicario episcopal de Pastoral Social, la prioridad en estos momentos es «ofrecer alojamiento y manutención» a estas personas y ayudarles en la tramitación legal de su situación en nuestro país. «Estamos en lo que llamamos la fase de emergencia, según vaya pasando el tiempo y en función de las necesidades y circunstancias, iremos actuando de una manera u otra», aclara.
Aparte de los técnicos y trabajadores de Accem, son numerosos los voluntarios que están ayudando a estos refugiados recién llegados a la provincia, especialmente, como traductores e impartiendo clases de español, «algo que consideramos que es muy necesario para facilitar su integración», apunta Carlés. Además, algunos de ellos están precisando apoyo psicológico. «La mayoría se encuentran bastante bien a pesar de las circunstancias, pero es cierto que algunos se derrumban y hay momentos de crisis emocionales», confirma. En cuanto a los menores, por ahora, sólo alguno de ellos ha sido escolarizado.
POR LOS CAUCES OFICIALES
El máximo responsable de Accem en la región también ha querido aclarar que todos estos ucranianos que asiste Accem en la provincia han venido a España por las vías regladas (en colaboración y acuerdo con el Ministerio y la Junta de Comunidades) ya que es así «la manera correcta de actuar». En este sentido, el sacerdote alcarreño ha recordado el mensaje lanzado por las autoridades sobre la idoneidad de canalizar la llegada de refugiados a Castilla-La Mancha por los cauces establecidos por la Administración regional en coordinación con el Gobierno central y las entidades especializadas en atención de personas refugiadas y migrantes como es Accem «ya que es la forma de que puedan disponer cuanto antes de su permiso de residencia, de trabajo y tarjeta sanitaria». Por ello, ha insistido en la necesidad de rehusar a realizar viajes o convoyes solidarios hasta la frontera de Ucrania a iniciativa particular y sin conocimiento de las autoridades, habida cuenta de las dificultades que luego puede suponer su acogimiento y estancia en nuestro país y, también, de cara a evitar «el riesgo y la peligrosidad» que suponen las mafias que están operando en la zona. Por ello, reitera que la mejor manera de colaborar es aportando donaciones en metálico a las entidades sociales que se encuentran trabajando en el terreno y que tienen experiencia en la gestión de este tipo de conflictos humanitarios.
Aparte de los atendidos por Accem, en la actualidad, Cruz Roja también ofrece soporte a medio centenar de refugiados ucranianos en el Hotel Torcal de la capital. Además, se espera la próxima llegada de nuevos grupos para lo que Accem ya tiene habilitados otros espacios en la provincia la mayoría cedidos por la Diputación Provincial, la Junta de Comunidades y distintos ayuntamientos como, por ejemplo, en Campillo de Ranas.