«La Iglesia es sinodal y está siempre en reforma»

Beatriz Palancar Ruiz
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El secretario general del Sínodo Diocesano convocado por la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara en diciembre de 2018, invita a participar en el Sínodo Universal instaurado por el Papa Francisco

«La Iglesia es sinodal y está siempre en reforma» - Foto: Javier Pozo

La Diócesis de Sigüenza-Guadalajara se ha sumado al Sínodo Universal convocado por el Papa Francisco, un proceso que, como explica Ángel Luis Toledano (Sayatón, 1962), servirá para revitalizar el proceso del Sínodo Diocesano iniciado en diciembre de 2018 al que le ha afectado la pandemia. El secretario general de este Sínodo Diocesano adelanta cuáles son las fases que quedan por completar en estos procesos de regeneración y comunión de la Iglesia.  

La Diócesis se ha sumado al Sínodo Universal convocado por el Papa Francisco, ¿qué resultado se espera obtener en esta consulta abierta?

El Sínodo Universal tiene un formato inédita. Antes, era una pequeña reunión de unos 200 obispos en representación de iglesias nacionales. Se reunían cada dos o tres años con el Papa en Roma. Y este Sínodo, el número nueve, sobre la sinodalidad en la Iglesia, inicialmente, iba a tener este formato. Pero el Papa Francisco lo que quiere es que no sea un evento eclesial, sino un proceso de todo el pueblo de Dios. Para ello, se ha alargado el camino de este Sínodo de manera que se escuche a todo el pueblo de Dios extendido por todo el orbe terráqueo. Se ha lanzado un instrumento de trabajo con un cuestionario. Todos los fieles que lo deseen pueden contestar y también el Papa está interesado en que se abra el cuestionario a personas alejadas de la Iglesia y, especialmente, a los pobres y a los descartados. No se busca generar un documento, sino que la gente cuente sus experiencias y ver hacia donde tenemos que marcar el futuro de la Iglesia. 

«La Iglesia es sinodal y está siempre en reforma»«La Iglesia es sinodal y está siempre en reforma» - Foto: Javier Pozo¿Tiene una temporalidad marcada?

Comenzó el día 10 de octubre y concluirá en octubre de 2023. Tiene tres fases, una diocesana, una fase continental y otra en el Vaticano. Significa que tiene todo un proceso de trabajo, primero en las parroquias, luego en la Diócesis que hará una síntesis de todo lo que habrá recibido. Esa síntesis diocesana se enviará a la Conferencia Episcopal que lo mandará a la Secretaría General del Sínodo en Roma. Se generará un instrumento de trabajo, Laboris 1, para que lo trabajen a nivel continental. Esas propuestas, de nuevo, se envían a la Secretaría General que preparar un documento general que ya irá a una asamblea de los obispos con el Papa.

¿Este Sínodo Universal está directamente relacionado con el Sínodo Diocesano que sigue abierto?

«La Iglesia es sinodal y está siempre en reforma»«La Iglesia es sinodal y está siempre en reforma» - Foto: Javier PozoSon distintas formas de la misma cosa. La Iglesia es sinodal. Esto ha estado en las entrañas de la Iglesia desde los orígenes. Siempre ha habido participación en la Iglesia. A raíz del Concilio del Vaticano II, el Papa Pablo VI quiere continuar con este espíritu de fraternidad, diálogo y debate. Creó el Sínodo de los obispos que ha ido tratando distintos asuntos para ir ayudando a la misión universal de la Iglesia. Por eso, el Papa quiere que todo el mundo participe para que, cuando lleguen las conclusiones, la gente se vea reflejada. 

¿La sinodalidad es sinónimo de participación?

Sí, pero no solo participativa. Es vivir en comunión. Nuestro ser es sinodal y nuestro hacer también lo tiene que ser para el anuncio del evangelio. El pueblo de Dios vive en comunión, todo el mundo participa y tiene que cumplir su misión.

¿La pandemia ha ralentizado el proceso sinodal que había abierto la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara?

La pandemia supuso un corte inicial drástico en el camino. Luego, caímos en la cuenta de que teníamos que aprovechar este tiempo para rezar, para orar por el Sínodo, vivir en comunión aunque no nos pudiéramos reunir. Teníamos que mantener la llama encendida. Y para eso, generamos la grabación del himno sinodal, guiones litúrgicos para poder orar y una serie de fichas para que todo grupo, o la persona que quisiera, pudiera trabajar en las aptitudes básicas. La convocatoria del Papa Francisco nos ha venido a reafirmar en esa voluntad de sinodalidad que habíamos iniciado. Nos ha venido muy bien.

¿Cuáles son las fases que ya se habían llevado a cabo del Sínodo Diocesano y cuáles quedan aún pendientes del camino proyectado?

Estábamos en una fase completamente inicial, trabajando con una serie de conceptos básicos, con el modo de trabajo y la metodología. 

Continuamos con el proceso que estaba trazado. Teníamos una serie de temas escogidos que se sacaron de la encuesta diocesana. Cuatro temas nucleares en cuatro cuadernos sinodales. A partir de contestar la consulta del Sínodo Universal, iniciamos el camino diocesano trabajando estos cuadernos en los grupos sinodales. Cada cuaderno, llevará tres o cuatro meses. Entonces, llegará otra fase para hacer una síntesis de reflexiones para ir a la tercera fase de la asamblea sinodal donde se elaborará un documento de consenso que el obispo tendrá que ratificar para llevarlo a la práctica en las estructuras diocesanas, en las parroquias, en las comunidades religiosas.

¿Se van a acortar tiempos o se van a redefinir etapas para el Sínodo Diocesano?

Para nosotros es muy importante el proceso y el camino, que sabemos que tiene una meta, pero no la tenemos marcada cronológicamente. Se trata de ir trabajando.  

¿Estos sínodos son maneras de la Iglesia para acercarse a la sociedad?

Hemos coincidido en los planteamientos del Sínodo Universal con los que antes habíamos hecho nosotros. Teníamos referentes para elaborar nuestros materiales. Las propuestas del Sínodo Universal, hemos visto que era en lo que estábamos nosotros. Todo este proceso lo teníamos anticipado. Se hace un sínodo para tomar contacto con la sociedad. La Iglesia es sociedad. Este movimiento trata de dar voz a la gente llana, de las comunidades, a ver qué les dice Dios a ellos para enfocar la renovación de la Iglesia al interior y cómo evangelizar en esta sociedad.  

En la encuesta, se hizo hincapié en buscar a gente marginada, pobre, separada de la Iglesia. Tenemos un material que es muy valioso. 

¿Qué les diría a aquellos que piensan que los sínodos son procesos de regeneración de la Iglesia?

El sínodo es para revitalizar la Iglesia. Hay una frase en latín que es muy conocida que dice La Iglesia está siempre en reforma. El sínodo es una ocasión extraordinaria de reforma interna y hacia el exterior. 

¿Cuándo se van a retomar las reuniones de los grupos sinodales?

Los trabajos se van a retomar de forma presencial para responder a la consulta del Sínodo Universal. Se han preparado dos fichas. Está pensado para que se responda de manera presencial. Los grupos que teníamos no eran muy numerosos por lo que se considera que no es imprudente que se vuelvan a reunir en estos momentos de la pandemia. Probablemente, después de la Navidad, comenzaremos con los trabajos ordinarios del Sínodo Diocesano, con el cuaderno uno, como estaba proyectado inicialmente. 

¿Ya se han obtenido algunas directrices que se puedan avanzar de esas fases anteriores a la pandemia?

Una primera conclusión es que la gente quiere participar. Teníamos 186 grupos sinodales con unas 2.500 personas inscritas que estaban trabajando con ilusión. La gente quiere participar y está ilusionada con continuar con este proceso. Segundo, la gente tiene ganas de hablar y la convicción de que eso que dicen en las reuniones servirá. 

¿De qué manera aún pueden participar los fieles de la Diócesis en los sínodos convocados?

De manera muy sencilla, acercándose a su parroquia. Inicialmente, vamos a utilizar los grupos sinodales que ya estaban creados pero si hay grupos que se quieren constituir para este Sínodo Universal o de manera individual también se puede hacer. Lo mejor es acercarse a la parroquia, aunque también tenemos una web donde están todos los materiales para poder contestar.