Muestra su rostro a través de los ojos de una máscara y sosteniendo otra de la botarga de Guadalajara en una de sus manos. El presidente del Grupo Mascarones, Manuel Abad Dorado (Guadalajara, 1968), nos habla del presente y del futuro del Carnaval de la capital, pero también de las tradiciones de este colectivo que conoce desde niño porque es hijo de Carmen Dorado, una de sus fundadoras que, aún siendo octogenaria, no renuncia a salir en los desfiles. Manuel lleva 13 años como integrante del Grupo Mascarones, que existe desde 1986, y que hoy integran 24 personas. Se definen a sí mismos como una gran familia. Todos ellos viven intensamente el Carnaval, la última fiesta que pudo celebrarse en 2020, antes de que el Covid nos arrebatara la añorada normalidad. 

¿Cómo presentaría a Mascarones?

El Grupo Mascarones se fundó en 1986, cuando se recuperó la botarga de Guadalajara. Hicieron el traje de mascarones con el que ganaron el primer premio, y ese traje ganador, de muchos colores, es el que se utiliza para acompañar a la botarga de Guadalajara el día del pregón para que nunca vaya sola. La fundadora, Carmen Dorado, mi madre, es la persona de más edad. Somos 24, de todas las edades. Somos una familia. Cada uno tiene un trabajo específico dentro del grupo. Yo he tenido una etapa de mi vida en la que lo he visto de lejos. Llevo vinculado al grupo toda mi vida pero como mascarón, 13 años.  Mis tres hijos han salido de mascarones con meses. Yo siempre estaba al lado, lo he vivido de cerca, pero no he tenido tiempo de dedicarle mucho tiempo al grupo hasta ahora. Actualmente, mis hijos están en la edad de la vergüenza y luego, con el tiempo, como me pasó a mí, retornarán.

«Por qué no puede ser un sitio bonito para Carnaval» - Foto: Javier Pozo¿Prefiere que le llame presidente o mejor 'mono mayor'?

Desde los comienzos, nunca les ha gustado llamar a la directiva como presidente, vicepresidente, secretario y vocal. Se les llaman monos. Está el mono mayor, que es el presidente, y el resto de monos que son la junta directiva.  

¿Por qué se caracterizan?

«Por qué no puede ser un sitio bonito para Carnaval» - Foto: Javier PozoNuestra característica fundamental es llevar máscaras. Para anunciar el carnaval, todos tenemos una personalizada. Para el entierro de la sardina, los hombres llevan de un tipo y las mujeres de otro diferente. Y para disfrazarnos, los mascarones siempre llevan su disfraz con su máscara. Todos los años. De ahí, el nombre. 

Entre sus cometidos también está la elección del pregonero, ¿verdad?

Se vota, igual que el disfraz. Tiene que estar ligado con la provincia o con Guadalajara. Se hacen sus propuestas, llegamos a un acuerdo, se presenta al Ayuntamiento y es quien da el visto bueno. Siempre nos lo ha dado. Nunca ha habido ningún problema. El pregonero, primero, tiene un acto íntimo con el alcalde en el que se le impone la capa y la máscara personalizada que le hacemos con guiños muy bonitos. Se le nombra pregonero, desfila por las calles acompañado de los mascarones y las botargas, va enmascarado y nadie puede saber quién es hasta que no se quita la máscara, da su pregón y, luego, dice quién es. Nunca nadie nos ha dicho que no. Hemos tenido gente de todo tipo. Es una cosa muy bonita. Ha habido gente que tiene problemas de agenda y que ha querido hacer un hueco para estar con nosotros. Es una de las cosas que más me gusta, el anuncio y el pregón de Carnaval. Los pregoneros lo disfrutan muchísimo. Siempre nos muestran su agradecimiento. 

Después de que no pudieran celebrar el Carnaval en 2021, y aunque estemos en pandemia, imagino que deseando vivir este Carnaval, ¿no?

Hace dos años, el último evento que se hizo en Guadalajara fue el Carnaval y, a partir de entonces, se empezó a complicar la cosa y nos encerraron en marzo. Hay muchas ganas. Hasta enero, no hemos sabido si habría Carnaval. Y aquí en el local hemos tenido mucho cuidado porque es un sitio pequeño y estamos limitados. Pero hay unas ganas terribles, por supuesto. 

Dentro de vuestro grupo, ¿hay recelos por la presencia del Covid?

Como en todos los ámbitos. Hay gente cautelosa, que tiene mucho respeto, por ellos y porque tienen padres mayores, o porque lo han vivido de cerca. Todavía las reuniones y las salidas hay que hacerlas con mucho cuidado. Hemos tenido cerrado el local toda la pandemia. Hay recelo. Pero esta semana, hemos trabajado mucho porque siempre hay que hacer cosas de última hora. 

Mascarones siempre sorprende con una temática y una vestimenta que suele prepararse durante meses, ¿cuánto tiempo han dedicado a preparar el disfraz de este año?

Este año, hemos tenido que pensar en la pandemia y es el que menos hemos trabajado. Lo habitual es que nosotros empecemos a trabajar en cuanto terminan las Ferias. Hacemos una reunión, cada uno expone lo que quiere y, entre todos, por unanimidad, se escoge el disfraz. Este año, por las circunstancias, hemos trabajado poco y limitados. Es un disfraz que hemos hecho con mucho cariño pero con poca preparación. Todo lo contrario al resto de años. Ha sido más precipitado. Según se presentaron las Navidades, no teníamos nada claro que se fuese a celebrar el Carnaval. 

De todos los disfraces de la historia de vuestro grupo, ¿cuál escogerías?

El del último año, que hicimos 14 botargas a escala, como trabajo, quedó muy bien. Ha sido el año que más trabajamos, pero era un poco incómodo para disfrutar. Otro año, salimos vestidos de circo y fue muy divertido. Era más sencillo, bonito, pero nos dejó disfrutar más. 

¿El mejor disfraz es el que hace uno mismo en su casa?

A la gente le diría que se olvide de comprar un disfraz en un chino. Me gustan los disfraces caseros. Prefiero una señora con zapatillas de estar por casa y una bata de las que llevaban nuestras abuelas con rizos en la cabeza y unas llaves grandes que algo comprado. Todo lo elaborado casero, lo valoro mucho más. 

¿La incertidumbre sobre la celebración del Carnaval se reflejará en la participación y en los disfraces?

El Carnaval se compone de tres partes. El anuncio, al que vienen las botargas y enmascarados que se están promocionando mucho. Esa fiesta va a ser más espectacular que nunca porque se están recuperando botargas. Esa fiesta va a ir a más. El tema de los disfraces, en Guadalajara, llevamos unos años un poco relajados. Ahora, parece que, con las peñas, se está volviendo a consolidar. Estamos con la incertidumbre de los que se pueden presentar. Ojalá haya mucha gente disfrazada y lo podamos pasar bien pero las circunstancias son difíciles. Invitar a las peñas ha ayudado mucho porque se trata de que haya bullicio y cachondeo. Porque en los disfraces de los niños, nunca fallan. Es una fiesta. En Carnaval, de lo que se trata es de pasárselo bien. Y el otro evento, el entierro de la sardina, tampoco va a haber problemas porque se ha invitado a los colegios  y creo que va a estar como siempre o mejor. 

¿Cree que la celebración del Carnaval es lo que más necesitamos para sobrellevar la pandemia?

Creo que sí. Hay ganas de salir a la calle y pasárnoslo bien por cualquier circunstancia. Creo que la gente, si acompaña el tiempo que es muy importante, va a salir a la calle a pasárselo bien porque lo necesitamos. 

En la programación, hay actividades que recuerdan a las Ferias como el encuentro de Grupos de Dulzaina, un desfile de Gigantes y Cabezudos o un vermú de peñas...

Creo que el Ayuntamiento está haciendo todo lo posible para levantar el Carnaval y que empiece a ir para arriba y están poniendo todos los medios. Las peñas tampoco fallan nunca y creo que lo que hace falta es que la gente salga a disfrazarse. 

Desde el Ayuntamiento, se ha dicho que, este año, habrá un Carnaval de transición de cara a grandes cambios en 2023, ¿desde Mascarones, creen que es bueno renovar lo que se venía haciendo hasta ahora?

Sí, porque es un poco monótono. Los cambios son buenos. El tiempo te dice si son acertados o no. Guadalajara, por qué no puede ser un sitio bonito para Carnaval. Que venga la gente a verlo y se disfrace. Voy viendo la evolución y hay cosas que van a más y otras que van a menos. Últimamente, en el concurso de disfraces de adultos hay poca participación y es una pena. La gente no solo tiene que pensar en el dinero, el objetivo es disfrazarse, bailar y pasarlo bien. Al final, están los que quieren ganar y, cada vez, hay menos gente.

Una de las propuestas para 2023, será adelantar el desfile y el pregón del Carnaval una semana, ¿les agrada ese anuncio?

Me parece una propuesta fabulosa. Con el Ayuntamiento tenemos muy buena relación. Eso se ha hablado y me parece muy bien. Evidentemente, un sábado, la gente tiene más tiempo libre, puede venir más gente de fuera y haciéndolo el sábado anterior al Carnaval puede venir más gente a verlo y más participantes de otros sitios de España. Porque el tema de las botargas es muy bonito. Tener 35 personajes de otros tantos pueblos no lo hay en ningún sitio. Estoy convencido de que sería un atractivo turístico para la ciudad. 

¿Qué otras propuestas se podrían incorporar al año que viene?

Siempre hacemos propuestas pero, este año, les ha pillado la pandemia. Hay que incentivar en los colegios, siempre lo hemos dicho, el tema de las peñas es fundamental para que los jóvenes se unan al Carnaval, pero no nos tenemos que olvidar de la gente mayor y se puede organizar algo nuevo para ellos. Hay que intentar tocar todas las edades para que celebren el Carnaval. Y sería bonito contar con más asociaciones. 

¿Quiere lanzar una invitación a los guadalajareños para que vivan el Carnaval de este año 2022?

Es una oportunidad para quitarnos todas las penas que hemos tenido durante estos dos años de pandemia, es un buen momento para salir a la calle y disfrutar del Carnaval. El Ayuntamiento nos ofrece una serie de actividades y creo que la gente tiene que salir y pasárselo bien. Animo a la gente a que se disfrace. La fiesta va por dentro. Si el tiempo acompaña, animo a la gente a que salga a los actos que hay programados y que sea un éxito.