Segundo centenario del cuerpo de ingenieros militares

Plácido Ballesteros
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Guadalajara en 'La Ilustración Española y Americana'

Segundo centenario del cuerpo de ingenieros militares - Foto: Natalia Menchero Terrades

El 30 de abril de 1911 La Ilustración Española y Americana publicó un amplio reportaje gráfico sobre los actos que con motivo del Segundo Centenario de la creación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército se habían celebrado la semana anterior. En él se dio amplia información, tanto escrita como gráfica, de los realizados en Madrid el 21 de abril de 1911, que estuvieron presididos por el rey Alfonso XIII y tuvieron como escenario principal la Iglesia de San Francisco el Grande en Madrid. 

La revista madrileña informó también que al día siguiente, el 22 de abril, dada la especial vinculación de dicha unidad militar con Guadalajara, los actos continuaron en las instalaciones que los ingenieros militares tenían en nuestra ciudad: una gran misa de campaña en el campo de operaciones próximo a las orillas del río Henares, por la mañana; y una solemne ceremonia en la Academia de Ingenieros por la tarde, en la que se descubrieron un retrato perteneciente al brigadier Varela de Limia y un busto del general Zarco del Valle, ambos ilustres ingenieros militares vinculados al establecimiento alcarreño en sus inicios.  

Aunque el autor del reportaje, el periodista Carlos Luis de Cuenca y Velasco, da muy pocos detalles de cómo discurrieron los actos en Guadalajara, sí incluyó un amplio reportaje gráfico en el que se recogen imágenes del altar en el que se celebró la misa de campaña, de las autoridades locales y militares que participaron, del desfile de los alumnos de la Academia y de los jefes y oficiales de ingenieros y de las autoridades civiles invitadas pasando el Henares en una gran barcaza. 

También destaca el señor De Cuenca y Velasco en su reseña la publicación con motivo del Centenario de la monumental obra titulada Estudio histórico del Cuerpo de Ingenieros, formada por dos voluminosos tomos con una información documentadísima de la evolución del Cuerpo militar, profusamente ilustrados.

A través de sus páginas podemos seguir los datos fundamentales de la presencia de los ingenieros militares en nuestra ciudad. Especialmente todas las noticias referidas a la Academia del Cuerpo, instalada en 1833 en el Palacio del Marqués de Montesclaros, situado frente al del Infantado, que hasta pocos años antes había ocupado la antigua Real Fábrica de Paños. Totalmente ilustrativas de la evolución que sufrió el edificio son las tres imágenes que hemos seleccionado de la fachada principal, que comentaremos a continuación siguiendo los datos que sobre ellas recogen los numerosos autores que participaron en la elaboración del estudio.

Conocemos el aspecto exterior que tenía el edificio cuando en 1833 se instalaron allí los ingenieros militares a través del grabado fechado en 1830 recogido en aquella obra de referencia para cualquier estudioso que se quiera acercar a cualquier tema relacionado con el Cuerpo de Ingenieros: un edificio de cuatro plantas, en el que destaca su alta torre del reloj, que se eleva sobre la puerta principal. Puerta central que se sitúa centrada, escoltada por tres ventanas, una puerta y otras cuatro puertas a cada lado. En el piso principal tres balcones se abren sobre las puertas del piso inferior, abriéndose a cada lado así mismo los respectivos huecos de las ventanas encima de las inferiores. En el tercero de los pisos observamos sólo catorce ventanas, pues tres de los huecos han sido ocupados por los escudos que coronan los tres balcones del piso principal; mientras que son diecisiete ventanas las que se abren en la planta superior. 

Si comparamos este grabado de 1830, con la fotografía tomada en 1880, también incluida en la obra citada, la única diferencia que se observa es que se ha reducido el número de pisos de la torre del reloj, desapareciendo el intermedio sustentado por columnas. 

Los autores del estudio histórico nos dan una curiosísima explicación, que paso a copiar a la letra: "Su desaparición fue motivada porque dichas columnas, que eran de madera, atacadas por insectos xilófagos, se hallaron en tan mal estado al ser reconocidas que hubo que proceder inmediatamente a desmontarlas, evitando su hundimiento, que era inminente. El que esto no se verificase fue debido a la casualidad, de que estando el profesor de Astronomía, D. Antonio Torner, una noche, en la plataforma superior de la torre, desde la que hacía observaciones, oyó en las columnas el ruido producido por los insectos, y al reconocerlas al día siguiente, pudo darse cuenta de su mal estado.

Esto de las columnas, que debió ocurrir hacía el año 1860, puede decirse que le pasaba al conjunto del edificio en 1867, puesto que el 14 de noviembre de este último año se emprendieron obras importantes de reedificación y mejora, trasladándose entretanto la Academia al cuartel de San Carlos, de la misma plaza. Esta obra, que se ejecutó a costa de la ciudad, originaron un gasto de 93.358 escudos. Se terminaron el 24 de diciembre de 1869».

Dentro del proceso de mejora y adaptación del conjunto del edificio, pocos años después, lo que se reformó completamente también fue su fachada posterior. La documentación confirma que la iniciativa fue del general Miguel Trillo Figueroa, director del Cuerpo, quien ordenó que en las obras de mejora se dotara a aquella parte trasera del edificio de las formas de un antiguo recinto fortificado. Durante la reforma, que se ejecutó en los años 1879 y 1886, se construyó dicha fachada imitando recintos del siglo XIV, principalmente los del castillo de Aviñón.

Tras aquellas importantes reformas, el edificio permaneció así hasta 1909, año en que los responsables del Cuerpo de Ingenieros, que llevaban años estudiando su reforma, emprendieron una obra que modificó en mucho su aspecto primitivo. Leamos la explicación de todo el proceso recogido en las páginas del libro conmemorativo del Centenario:

«El aspecto vulgar y verdaderamente de fábrica que la fachada principal de la Academia había tenido siempre, explica por sí solo el que se pensara por la Superioridad darle otro más en armonía con su destino, y el que con tal fin se formulara en 1904 el proyecto correspondiente. Este proyecto, remitido a informe de la Junta facultativa del Cuerpo, fue objeto de detenido estudio, proponiendo la Junta al Ministerio lo que la ponencia, encomendada al vocal comandante del Cuerpo, D. Eusebio Torner, había informado, que en resumen era lo siguiente, prescindiendo de algunos extremos que no tienen relación con la fachada: Que se estudiase un nuevo proyecto de fachada, pero en la que no hubiera más que piso bajo, principal y segundo; porque es de advertir que en la fachada que se proyectó se conservaban los cuatro pisos antiguos. Para hacer esta reforma era preciso quitar el suelo intermedio entre el gabinete de carpintería y el piso inferior inmediato, con lo que resultaba posible rasgar las ventanas del piso superior hasta donde conviniera; en lo que no había dificultades por la distribución del edificio. La nueva fachada había de ser de estilo Renacimiento, sencilla, sin recargarla de adornos. Aprobado por la Superioridad este informe, se ordenó a la Comandancia de Guadalajara la redacción del proyecto con arreglo a él, y aprobado éste a su vez, se ejecutaron las obras, que terminaron en 1909. Del proyecto estuvo encargado el teniente del Cuerpo D. Ramón Valcárcel».

La fotografía que nos sirven de ilustración de esta última reforma está fechada en 1914 y sirvió de portada al folleto que publicó la academia al finalizar ese curso.