Pedregoso lugar en el que solo las jaras son capaces de prosperar y de cubrir en parte con su verde las laderas de sus empinados cerros. Duro terreno que delata la presencia de corzos y jabalíes cuando caminan entre rocas sueltas, que a su paso chocan entre sí. En donde la pizarra lo permite, encontraremos rodales y bosquecillos de pino y roble que dan cobijo a la fauna tanto de aves como de mamíferos. Sólo en los alrededores del pueblo veremos campos de labor, escasos huertos y algunos pastizales.

Tortuero se encuentra a una altitud de casi 900 metros sobre el nivel del mar. En el pueblo se puede apreciar la típica arquitectura serrana en varias casas. Es el caso de la iglesia dedicada a San Juan Bautista y en un singular y fotogénico puente de piedra. Pero el verdadero atractivo consiste en recorrer su extensa y agreste naturaleza donde descubriremos apartados rincones en las múltiples rutas que se pueden hacer, de mayor o menor grado de dificultad, y no solo por sendas y caminos establecidos, también internándonos por alguno de sus barrancos por los que corren arroyos que van a parar al río Jarama.

El arroyo del Olmo, de las Porquerizas o el de la Concha son alguno de ellos. Este ultimo trascurre cerca de las casas formando un interesante recorrido por los arbustos que crecen en sus orillas que dan cobijo sobre todo a pequeñas aves insectívoras. Hay zarzas, carrizos, espadañas y eneas, además de los árboles de ribera chopos, álamos, sargas, alisos, saucos. Incluso hay algún abedul, que con su corteza blanca nos transporta por momentos a los remotos y solitarios paisajes del Gran Norte de las películas y novelas de Alaska y Canadá que tanto hemos visto y que con tanta maestría eran descritos por autores como Jack London y otros.

TortueroPara elegir las rutas tenemos que contar con nuestra forma física, sobre todo si nos vamos a salir de las más frecuentadas. También depende del tiempo de que dispongamos pues es preferible volver otros día a no marcarnos una meta que se nos hace muy dura o imposible, resultando una penosa jornada. No olvidemos que algunas son de varias horas, por lo que es recomendable un calzado seguro, de poco peso y si lo hemos usado antes, mucho mejor. Conviene usar unos calcetines apropiados y llevar alguna tirita en el bolsillo, porque nunca se sabe. En la mochila, no deben faltar la bebida y comida necesaria, así como ropa dependiendo de las condiciones ambientales. Yo siempre llevo unos prismáticos pequeños en una funda sujeta al cinturón. Es mucho más cómodo que llevarlos colgados. Sin duda, surgirán múltiples ocasiones para utilizarlos descubriendo los secretos de estos montes y su fauna, al igual que con la cámara de fotos si nos hemos marcado algún objetivo en particular.

Ahora los corzos están a punto de desprenderse de la fina piel que ha cubierto el crecimiento de las cuernas durante el invierno. Con suerte, a base de caminar, veremos alguno. En ocasiones divisaremos varios juntos pues suelen ir acompañados de una o más hembras. Si no se alteran demasiado con nuestra presencia harán alguna parada para mirarnos mientras se alejan. Es el momento idóneo para hacer alguna foto.

Toda esta zona de la Serranía, por su tradición ganadera, es frecuentada por buitres en mayor o menor número.Se desplazan en su interminable búsqueda de alimento.A ellos se unen el águila real, cuervos, chovas y milanos. También están presentes ratoneros, azores y gavilanes así como una nutrida representación de aves de pequeño y mediano tamaño. En estas fechas se ha visto al zorzal y pinzón real y becada, y de forma sedentaria todo el año se observa al pardillo, jilguero, verderón. Ya en los entornos más arbolados el piquituerto, agateador, carbonero, mito, petirrojo y picapinos.