Menores con altas capacidades, más veloces que el resto

Inmaculada López Martínez
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Desde 2018, la Asociación Liebre de Guadalajara trabaja en el apoyo y la atención especializada de los menores con altas capacidades intelectuales y sus familias, una realidad todavía muy desconocida en la sociedad

Larisa Pérez, Erika Ónega y Eva Enamorado forman parte de la Junta Directiva de la Asociación Liebre Altas Capacidades de Guadalajara. - Foto: Javier Pozo

«Todo empezó en el colegio, un día en el que una profesora nos dijo que mi hija tenía altas capacidades y que necesitaba saltar de curso. Nos lo soltó así, sin anestesia. ¡Imaginaos mi reacción! Sí, yo fuí una de esas madres que, entre lágrimas, le contestó a esa profesora: 'Imposible, mi hija no toca el violín, ni habla varios idiomas'. Ahora me río, y avergüenzo al mismo tiempo, de mis palabras. Ahí hablaba mi ignorancia». Son las palabras de una madre guadalajareña cuya hija es diferente y especial por tener altas capacidades intelectuales. Testimonios muy similares son compartidos por las familias con menores identificados con esta condición, muy desconocida en la sociedad actual y, por tanto, con necesidad de mejorar su abordaje. 

Precisamente, para dar visibilidad al alumnado de la provincia con altas capacidades, prestar soporte a sus familias y ofrecer formación específica al profesorado, en 2018, nació la Asociación Liebre. Desde entonces, este colectivo no ha dejado de trabajar y de crecer con el propósito de ofrecer el mejor acompañamiento posible a estos pequeños que, según explican de manera metafórica, son como el animal que lleva su nombre: «van a una velocidad muy superior al resto». «Las personas con alta capacidad rinden o tienen una mayor capacidad de rendimiento que otras personas que sean sus pares en cuanto a edad y nivel de experiencia. Son alumnos con una capacidad y velocidad de aprendizaje mayor», explica Erika Ónega, presidenta de la Asociación Liebre. Sin embargo, ello no significa que sean «un grupo homogéneo». «Las diferencias entre los alumnos de alta capacidad intelectual son muy grandes y cada uno presenta unas características específicas que les hacen únicos», puntualiza.

Por ello, desde la Asociación Liebre quieren romper con el «falso mito» de que estos menores, mal llamados todavía 'superdotados', «tengan excelentes notas en todo, que toquen varios instrumentos, que tengan una mala socialización o que sean torpes para los deportes», advierte Larisa Pérez, vicepresidenta de este colectivo. «Los intereses de estos niños son muy variados como sucede en la sociedad en general. A algunos les puede gustar mucho la astronomía, a otros los cromos Pokemon y a otros las matemáticas o la música. Eso sí, todos demuestran una enorme curiosidad en esos temas que son de su interés», argumenta Larisa Pérez, vicepresidenta de Liebre.  

Así las cosas, una de las cuestiones en las que más esfuerzos lleva invirtiendo la Asociación Liebre desde su fundación es en la formación especializada del profesorado, orientadores y familiares. «Muchos docentes, por desconocimiento y falta de formación, no son capaces de detectar ni de prestar una atención educativa adecuada a estos alumnos», señala, por su parte, Eva Enamorado, tesorera de la organización. Esa falta de reconocimiento deriva, en muchas ocasiones, en fracaso escolar, mal comportamiento o incluso en crisis emocionales. «Son niños que si no se les atiende bien suelen aburrirse en el aula y, por tanto, dejan de prestar atención, muestran desinterés y dejan de esforzarse, no llegan a tener una rutina de esfuerzo y van pasando los primeros cursos escolares sin aprender a esforzarse. Con lo que les lleva a fracasar cuando se les exige un nivel mayor de estudio. No son alumnos que sepan todo, necesitan estudiar como los demás, lo que les diferencia es que aprenden de manera diferente», detalla Larisa Pérez. «La solución no siempre es saltar a estos alumnos de curso, cada caso es diferente, lo ideal es que se pongan en marcha programas que desarrollen su potencial y talento, preferiblemente en el aula para favorecer su normalización educativa y social», añade la vicepresidenta de Liebre. 

En este sentido, Erika Ónega incide en que hay que tener en cuenta que la capacidad o velocidad de aprendizaje de cada alumno es distinta, así como su ajuste o desajuste psicoeducativo y emocional (disincronías) ya que, en base a ello, «tendrá unas necesidades específicas y esto implica, que las medidas educativas que requieran también sean diferentes».  

Precisamente, para tratar de mejorar los conocimientos de los docentes sobre este campo y favorecer su identificación y diagnóstico, la Asociación Liebre organiza asiduamente sesiones de formación para el profesorado de la provincia. El objetivo es paliar ese desconocimiento y falta de preparación que existe en la mayoría de los centros educativos sobre el alumnado con altas capacidades, con muchos de los cuales la Asociación Liebre ha establecido colaboración y sinergias y, por tanto, ya es un referente en este ámbito. «Nos gustaría que en todos los centros se formase adecuadamente sobre la identificación y atención de estos alumnos tanto al profesorado como a los servicios de orientación con el fin de desarrollar y establecer protocolos y herramientas actualizadas para hacer las correspondientes evaluaciones e intervenciones», añade Erika Ónega.

Actividades

Junto con las sesiones de formación al profesorado, otra de las patas fundamentales que sustentan la actividad de la Asociación Liebre es la formación para los padres a través de encuentros que promueven la atención, el entendimiento, la gestión y el desarrollo socioemocional de estos menores. «El apoyo mutuo entre los padres es algo fundamental, el darte cuenta de que no eres el único, que hay otras familias que también han pasado por esta misma experiencia y que te entienden es algo que reconforta y motiva mucho», confiesa Eva Enamorado. 

Por supuesto, los propios menores con altas capacidades son el foco de atención de muchas de las iniciativas que la Asociación Liebre organiza a lo largo del año tanto para los más pequeños como para los adolescentes (talleres de robótica, sesiones de debate, encuentros de arte y creatividad, talleres con hermanos, etc.). «Este tipo de actividades les enriquece muchísimo porque les permite interactuar con otros niños o chavales que comparten sus mismas inquietudes», confirma Larisa Pérez. A ello se suman otras actividades familiares de carácter lúdico y socio-cultural como visitas a museos y excursiones en la naturaleza. Además, participan activamente en eventos como Yebernalia, la feria de juegos de mesa y rol que se celebra en Valdeluz y en la, precisamente, este año fueron la asociación que recibió el dinero recaudado con las entradas solidarias.

En la actualidad, la Asociación Liebre está formada por 70 familias de la provincia de Guadalajara, con un total de 150 niños y niñas identificados como alumnos de alta capacidad intelectual. Sin embargo, hay investigaciones que estiman que entre el cinco y el 10 por ciento de la población tiene esta condición. Por el camino se quedan muchos casos por diagnosticar y tratar. Por ello, desde este colectivo seguirán trabajando y luchando para que ningún menor se sienta solo o un extraño por el mero hecho de ser más veloz que el resto.

Jornadas de formación para docentes y familias, en febrero

Una de las actividades principales impulsadas por la Asociación Liebre tendrá lugar los días 9 y 10 de febrero en las instalaciones del Centro San José de la capital. Se trata de unas jornadas de formación sobre altas capacidades intelectuales dirigidas tanto al profesorado (día 9, de 16,00 a 20,00 horas) como a los padres de la provincia (día 10, de 16,00 a 19,00 horas). Correrán a cargo de profesionales del Centro Ayalga, uno de los gabinetes de psicología españoles que cuenta con mejores especialistas en este campo. 

«Es muy importante que asistan el máximo de profesores y profesionales de la rama educativa posible. Es una formación gratuita para ellos y las familias hacemos un gran esfuerzo para acercarles a los expertos de este gabinete ya que consideramos que es imprescindible la formación para cambiar la visión sobre este tipo de alumnos», anima Erika Ónega. Para recibir más información sobre este evento e inscribirse, consultar el Facebook de la Asociación Liebre (Liebre AaCc Guadalajara).