Javier del Castillo

Javier del Castillo


La locura en que vivimos

17/01/2023

Pasen y vean. Asistan al gran espectáculo que nos depara nuestra vida pública de un tiempo a esta parte. Agárrense bien a la butaca y disfruten de las atracciones que a continuación voy a mostrarles. Todas ellas, por supuesto, auténticas. Sacadas de los titulares de prensa, donde se resumen una realidad difícilmente superable.
Los condenados por el procés podrán pedir también la absolución, al haber sido derogado el delito de sedición por el que fueron encarcelados y, posteriormente, indultados. Si fueran reincidentes en lo mismo podrían ser acusados de graves desórdenes públicos. 
Los malversadores condenados por detraer dinero de las arcas públicas para usos indebidos -ganar adeptos, financiar campañas o agradecer servicios- serán también liberados al entrar en vigor la reforma de ese delito. Se estudiarán, eso sí, nuevas fórmulas, para luchar contra la corrupción, si los corruptos son de otro partido. 
Los violadores también verán reducidas sus penas, al aplicarse con retroactividad la nueva ley del «solo sí es sí». De hecho, ya han visto reducida la condena o han sido puestos en libertad más de un centenar de delincuentes sexuales. 
Nadie tiene, hasta el momento y que se sepa, constancia de que la derecha española esté intentando dar un golpe de Estado, ni tampoco de que el candidato popular, Feijóo haya viajado a Brasil y participado en los disturbios y asaltos a las instituciones provocados por seguidores de Bolsonaro.
Tampoco consta que los nuevos fichajes del Partido Popular sean peligrosos ultraderechistas, partidarios de promover alteraciones del orden público o futuros acuerdos de Gobierno con la formación liderada por Abascal.
Pasen también y vean el espectáculo montado por los socios independentistas de Sánchez, con motivo de la cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona. Intenten escuchar, aunque sea con retardo, las palabras de los dirigentes de ERC agradeciendo al presidente sus medidas de gracia. Sorpréndanse, si les queda aguante para ello, lo «arrepentidos» que están de lo que hicieron el 1 de octubre de 2017. 
No se pierdan el desfile de empresarios y políticos inactivos en los desayunos informativos y actos públicos en los que participa el aspirante a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo. Recordando aquello de qué hay de lo mío.
Sorpréndanse de las críticas de los barones y candidatos del PSOE en las próximas elecciones autonómicas y municipales a las últimas reformas legislativas del Gobierno en materia penal y sobre las subidas de impuestos anunciadas por Moncloa. 
Celebren como se merece la decisión de la infanta doña Elena de enviar a su hijo Froilán a Abu Dabi, con el abuelo Don Juan Carlos. Seguro que harán buenas migas.
Tampoco se pierdan la comedia de enredo protagonizada por la vicepresidenta y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, para desentrañar cuántos son los empleados discontinuos que cobran el paro la mayor parte del año, aunque no contabilicen en las cifras de desempleados que publica el Ministerio. 
Otro espectáculo que no deberían perderse es el de la guerra del agua que enfrenta a gobiernos socialistas y populares en las comunidades afectadas por el trasvase Tajo-Segura. Y sorpréndanse de cómo cambia la postura de unos y de otros en función de su lugar de residencia. Y de las urnas.
Y, finalmente, celebren que somos una auténtica locura de país.