La escuela práctica del 2º regimiento de zapadores minadores

Plácido Ballesteros
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Guadalajara en 'La Ilustración Española y Americana'

La escuela práctica del 2º regimiento de zapadores minadores

Entre los miles de objetos expuestos en la denominada Exposición General Italiana, celebrada en Turín en 1884 con muchísimo éxito (se da la cifra de unos 3.000.000 millones de visitantes), destacaba un cañón del siglo XV expuesto por el Ministerio de la Guerra italiano. Esta circunstancia fue aprovechada por la prensa italiana del momento para atribuir la invención de la artillería, de las minas y contraminas, así como de los proyectiles explosivos, a los venecianos, pisanos y milaneses. 

Ante aquella campaña de propaganda nacionalista italiana, los periódicos franceses replicaron «con bastante mal humor», al decir de las crónicas periodísticas de aquel año, recordando a los italianos que antes del siglo XV, en la famosa batalla de Crésy, en 1346, durante la llamada Guerra de los Cien Años en la que se enfrentaron los ejércitos de Eduardo III de Inglaterra y de Felipe VI de Francia, los franceses fueron derrotados entre otras razones porque el ejército contrario había usado bombardas, es decir, «cañones de hierro que arrojaban pelotas de hierro y piedra» que destruían las filas del ejército enemigo.

En España también se dio réplica a los periodistas italianos. Y de paso, igualmente a los franceses. Así, el firmante de la crónica que "La Ilustración Española y Americana", dedicó a los ejercicios que el 2º Regimiento de Zapadores Minadores realizó en su campo de maniobras de Guadalajara a finales de ese mismo año 1884 aprovechó la ocasión para recordar "para enseñanza de italianos y franceses que los moros españoles hicieron uso de la artillería en los sitios de Baza, en 1312 y 1325; y quizás en el siglo XIII" (este último dato seguramente en alusión a la conquista de Sevilla y al cerco de Niebla en 1248 y 1262 respectivamente). 

El autor de aquel reportaje, suscrito por M. Moreno, creo que podemos identificarlo, por sus explicaciones exactas de las maniobras, seguramente con el general Martiniano Moreno y Lucena (1827-1896), que fue ayudante del rey Alfonso XII en la última Guerra Carlista y, posteriormente, redactor del periódico La Asamblea del Ejército. En la introducción de su crónica dejó escrito, así mismo, que los trabajo que el Cuerpo de Ingenieros realizaba en sus Escuelas prácticas en Guadalajara todos los años tenían «verdadero interés histórico, en primer lugar, porque parece como que reanudan gloriosas tradiciones patrias …. y permitían reivindicar en cierto modo la prioridad que, al igual que en varios progresos y descubrimientos, intentan arrebatar a España, en los tiempos actuales, otras naciones».

Tras aquellos párrafos reivindicativos de glorias pasadas, el reportero procedió a dejarnos una detalladísima descripción de las operaciones que los zapadores minadores del 2º Regimiento realizaron durante la Escuela práctica que terminaba en aquel mes de diciembre de 1884 a orillas del Henares. Ilustrada con el magnífico grabado que adjuntamos en el que secuencialmente se recogen los dibujos que nos permiten acercarnos con exactitud a lo que el monarca y su séquito pudieron observar durante su visita al campo de maniobras:

«El objeto de la Escuela Práctica ha sido figurar la defensa de una posición a la derecha del río Henares, que cubre la carretera y la vía férrea de Madrid.

La obra de defensa es un reducto capaz para ser ocupado y defendido por 400 hombres y cuatro piezas de campaña, y el cual forma en conjunto un pentágono de 230 metros de perímetro en la magistral, y presenta en su interior los abrigos, barbetas y comunicaciones desenfiladas, con arreglo a los últimos adelantos de la fortificación; la entrada se establece por un puente levadizo de campaña, sistema Bergére; en el talud interior del parapeto se han empleado revestimientos de cestones, faginas, sacos, tablas, ladrillo, piedra en seco, adobes y zarzo.

Esta obra fue encomendada al capitán D. Rafael Moreno y Gil de Borja, que, auxiliado por los oficiales Sres. Soroa, Tuero, Melendreras y Vallejo, y a pesar del entorpecimiento que ocasionaban a los trabajos la mucha piedra y el agua del terreno, la terminó con la más perfecta precisión y hasta belleza en el conjunto, dejando gallarda muestra de su inteligencia y actividad infatigable.

Los trabajos de ataque consisten en tres paralelas unidas entre sí por ramales de comunicación, ejecutadas a la zapa volante, con y sin cestones, y zapa turca; y además en tres baterías, una de primera posición, otra de segunda y otra de morteros. Dirigieron estos trabajos los capitanes Sres. Larrinua y Ramírez.

Los trabajos del campo de batalla son distintos perfiles para tirador acostado, sentado, rodilla en tierra y de pie, formando una línea de trincheras desenfiladas por traveses; baterías rápidas para 1, 2, 3 y 4 piezas, y abrigos para armones.

En las minas se han hecho todas las variedades de galerías y ramales rectangulares, trapeciales v ojivales, con material ordinario, y otra galería trapecial con material rollizo, figurando además ocho ramales de combate para la colocación de hornillos, que hizo volar S. M. el Rey, dando fuego por medio de la electricidad con el explosor Breguet, y empleando cebos de distintas clases. Dirigiólos el capitán Jimeno. 

Figuran entre las obras algunos puentes, construidos bajo la dirección de los capitanes Sres. Manzanos y Ternero, y merecen especial mención el levantado sobre caballetes improvisados con piezas de madera de pequeñas dimensiones y ligaduras de cuerda; una pasadera con apoyos de cestones y piso formado por llantas de hierro, cubiertas de faginas; otros dos puentes sobre el río Henares; una pasadera de 14 metros de luz, construida con cerchas formadas de troncos de árbol, y un puente de 16 metros de luz sostenido sobre dos cables formados por siete filas de tablas y cubrejuntas. Sobre estos cables, a distancia de dos metros, se han colocado las manguetas provistas de zapatas, apoyándose en ellas los traveseros, y en éstos las viguetas que sostienen el piso formado de tablas. Es el primero de este sistema que se ha construido en España. 

Componen los trabajos de campamento tiendas de distintas dimensiones y barracas construidas con paja, ramaje, cañizo y tabla; hornos de campaña, diferentes sistemas de cocinas, garitas, vívacs, etc., completándolos una preciosa estación telegráfica y microfónica, con la cual quedaban enlazados los extremos del terreno que ocupa la Escuela Práctica.

Todas estas obras de campaña han sido ejecutadas en cincuenta y tres días útiles, desde el 7 de octubre al 15 de diciembre, asistiendo, por término medio, 250 hombres, que han aprovechado seis horas de trabajo en cada día. M. MORENO».