«¡Madre mía! ¿De dónde ha salido ese muchacho?», se preguntó Luis Enrique Martínez, el seleccionador español, cuando habló del '8' de Marruecos: Azzedine Ounahi, 22 años, centrocampista del Angers, el último de la Liga francesa, hace 18 meses en un equipo de la tercera división gala y el futbolista que más corrió de todos en el duelo de octavos de final entre ambas selecciones, con 14,715 kilómetros, el que más se ofreció a sus compañeros y presionó al rival.

«Me ha sorprendido gratamente el número ocho. Juega muy bien. Fue quizá el único. A Hakimi es evidente. A Ziyech también. En Nesyri lo conocemos muy bien. No ha parado de correr. Tiene que estar destrozado. Espectacular», concentró el técnico esos elogios en una respuesta durante la rueda de prensa posterior al choque que terminó con la aventura de España en el Mundial y alimentó la de Marruecos, a cuartos.

También la de Ounahi, nacido en Casablanca, con 14 partidos como internacional, con los dos tantos y una asistencia con los que su equipo goleó a Congo en la eliminatoria final de clasificación para la cita catarí (4-1), donde ya se ha hecho indispensable para su seleccionador, Walid Regragui; titular en cada uno de los cuatro encuentros con los que los norteafricanos han rebasado su historia en los Mundiales. Por primera vez, aparecen entre los ocho mejores de la competición. «Queremos más», advirtió el entrenador.

Hasta ahora, los octavos de México 1986 habían sido su techo a ojos del planeta, hasta el pasado martes, cuando superaron a España después de 120 minutos de trote imponente de Ounahi: sus 14.715 metros recorridos en dos horas de partido son inigualables para todos y cada uno de sus compañeros y sus rivales en ese choque. Protagonizó 133 carreras de alta velocidad y 66 al esprint. Fue incansable.

A lo largo del duelo, hizo seis presiones directas... Y 91 indirectas sobre la selección española. El siguiente jugador en el segundo apartado de su equipo fue Hakim Ziyech, con 59. Son 32 menos.

También logró interrumpir ocho posesiones del conjunto español e interceptó siete balones, aparte de ofrecerse más que nadie para jugar o como salida a sus compañeros: 58 veces, de las que recibió 28 la pelota. De sus 39 pases, 33 fueron al destino correcto, un 85 por ciento de acierto. Y cuatro de cuatro rebasaron líneas rivales. Un cien por cien. El partido del '8' marroquí, no pasó desapercibido para nadie.

De hecho, su gran actuación recibió el encendido elegio de Luis Enrique que, tal vez, envidió un derroche físico de ese calibre en los suyos.