En las próximas semanas, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictará una sentencia de la que pende el futuro político de Laura Borràs, para quien la Fiscalía pide seis años de cárcel y 21 de inhabilitación por fraccionar presuntamente contratos de la Institució de les Lletres Catalanes para adjudicárselos a un amigo entre 2013 y 2017.
Una eventual condena contra la presidenta de JxCat amenaza con alterar la paz interna en la que se ha instalado temporalmente el partido y con forzar cambios en la Presidencia del Parlament, uno de los últimos núcleos de poder institucional que le quedan a Junts.
Con todo, el caso Borràs pone sobre la mesa una serie de derivadas políticas que afectan en tres frentes a la formación del expresident prófugo Carles Puigdemont: Parlament, partido y elecciones.
Cámara Autonómica
El pacto que hizo el líder de la Generalitat, Pere Aragonès, contemplaba el reparto institucional habitual en las coaliciones entre ERC y JxCat: Presidencia del Govern para los republicanos, Presidencia del Parlament para Junts. No obstante, Aragonès dio por «superado» el acuerdo tras la salida de Junts del Govern en octubre de 2022.
Suspendida desde el pasado julio como diputada después de la apertura de juicio oral, una sentencia condenatoria apartaría definitivamente a Borràs de la Cámara y bastaría que un partido acudiese a la Junta Electoral Central para que esta actuase de oficio y la desposeyese de su escaño.
Este escenario abriría el primero de los dilemas en JxCat: negociar con ERC un nuevo nombre para ocupar la Presidencia del Parlament o, simplemente, renunciar a ella. Aragonès se ofrece a dialogar con Junts en caso de inhabilitación de Borràs, pero en JxCat hay disparidad de opiniones.
El sector pragmático, con pasado en la antigua Convergència, apuesta por retener el último bastión de poder institucional que le queda al partido, mientras que el entorno de Borràs es partidario de renunciar a la Presidencia en caso de inhabilitación, a modo de protesta, y dar por enterrado el pacto con ERC, según diversas fuentes de la formación secesionista.
El nombre que circula desde hace meses como posible nueva presidenta del Parlament es el de la alcaldesa de Vic (Barcelona), Anna Erra: «Nadie pone en cuestión que será ella», sostiene una fuente.
Otro escenario consistiría en que la Presidencia de la Cámara pasara a manos del PSC, por falta de acuerdo entre ERC y JxCat, con Assumpta Escarp como alternativa para ocuparla, aunque los republicanos descartan a priori esta opción.
Futuro de la formación
El secretario general de JxCat, Jordi Turull, no quiere que ningún debate interno distraiga al partido a las puertas de las elecciones municipales, pero una eventual condena, inevitablemente, reabriría la pugna entre familias, con un sector pragmático con más poder territorial que nunca, aunque dolido por la decisión de salir del Govern.
Los estatutos de JxCat contemplan la suspensión de militancia o incluso la expulsión en caso de sentencia firme por corrupción, pero en el congreso del pasado julio, la ponencia organizativa introdujo una excepción para los casos de lawfare -persecución política-, en los que decide la comisión de garantías, con quien Borràs protagonizó enfrentamientos a raíz del caso de Francesc de Dalmases, su mano derecha.
Voces de la formación secesionista consideran que Borràs «resta más que suma» y, como prueba de ello, esgrimen su escasa presencia en la presentación de candidatos municipales, que contraponen a la hiperactividad del alcaldable por Barcelona, Xavier Trias.
Desde el entorno de Borràs creen, no obstante, que es momento de que «actúe como presidenta de JxCat» y recorra Cataluña, ante lo que ven como un intento del ala pragmática de acabar con la pluralidad interna y devolver el partido a las esencias de Convergència.
Elecciones
Aunque el horizonte electoral en Cataluña se vislumbra aún lejano, el debate sobre el futuro candidato de Junts a la Generalitat está latente y cobraría más fuerza con Borràs inhabilitada.
Popular entre las bases del partido, la presidenta del Parlament no consiguió, sin embargo, más que la tercera posición en los comicios catalanes de 2021, con 32 escaños, uno menos que PSC y ERC, insuficientes para retener la Presidencia del Govern.
Una voz representativa del sector pragmático cree que Borràs «no puede repetir» como candidata aunque sea absuelta, precisamente por los resultados de 2021, cuando «perdieron» la cita en las urnas.
La misma fuente considera que la apuesta pragmática en las primarias para elegir presidenciable «tendrá más fuerza» que en 2021, cuando Borràs se impuso, con más del 75 por ciento de los votos, al exconseller Damià Calvet.
Se da por hecho que, llegado el momento, el exconseller Jaume Giró se postulará como candidato, aunque Josep Rull gana enteros entre el sector con pasado en CDC después de que el Tribunal Supremo le haya levantado la inhabilitación por el 1-O, si bien él todavía no ha tomado una decisión.