Bruselas restringe, pero propone

SPC
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La Comisión Europea plantea métodos para que los agricultores puedan reducir el uso de pesticidas químicos y un etiquetado digital que moderaría el costo de los fertilizantes

Bruselas restringe, pero propone - Foto: Alberto Rodrigo

La Unión Europea está inmersa en una cruzada para que la producción de alimentos en territorio comunitario sea cada vez más neutra con el clima, el medio ambiente y la salud. Estrategias como 'De la granja a la mesa' o 'Biodiversidad 2023' así lo atestiguan. Se pretende, por ejemplo, reducir el uso de fertilizantes químicos para evitar la contaminación de los acuíferos o restringir el empleo de productos fitosanitarios químicos.

Para ponérselo algo más fácil a los agricultores, la Comisión Europea ha publicado esta semana una base de datos que presenta un resumen de los diferentes métodos de gestión integrada de plagas (MIP) con el objetivo de controlar los daños en los cultivos y plantas al tiempo que se reduce el uso de pesticidas químicos. La gestión integrada de plagas es una forma de agricultura ecológica que prioriza el uso de métodos naturales y utiliza los fitosanitarios sintéticos como último recurso; de esta manera se intenta mitigar los riesgos de estos productos para la salud y el medio ambiente.

Según Bruselas, el control de las plagas que dañan los cultivos y plantas es necesario «tanto para salvaguardar la seguridad alimentaria como para proporcionar ingresos viables a los agricultores». No obstante, incide en la necesidad de minimizar los riesgos que genera el uso de los pesticidas químicos para las personas y la naturaleza. Por ello, la base de datos lanzada por la Comisión Europea contiene alrededor de 1.300 ejemplos de prácticas, técnicas y tecnologías, como el uso de la rotación de cultivos y la fertilización equilibrada, o la preferencia por métodos de control de plagas no químicos. También incluye 273 directrices específicas desarrolladas por las autoridades nacionales y los organismos públicos de los estados miembros.

Esta caja de herramientas pretende «inspirar» a las autoridades nacionales y a los asesores agrícolas para desarrollar e implementar enfoques de MIP una vez las propuestas contenidas en la base de datos se hayan adaptado a las condiciones agrícolas y climáticas locales y regionales. Además, se está desarrollando un estudio para explorar las prácticas actuales de MIP y su potencial «para ayudar a reducir la dependencia de los pesticidas químicos, su costo de implementación y su efectividad general».

Según la Comisión, «la presión de la sociedad civil, un marco regulatorio incentivador y un entorno económico favorable representan impulsores para reducir el uso de plaguicidas». Asimismo, sostiene que el apoyo nacional y de la UE a través de medidas de información y difusión de las alternativas existentes y nuevas tecnologías es «crucial» para implementar esta gestión integrada de plagas.

Fertilizantes.

Por otra parte, la Comisión Europea ha propuesto un etiquetado digital voluntario para los productos fertilizantes de la UE con el objetivo de mejorar la información que los proveedores proporcionan a los consumidores y para reducir los costes de las empresas. Los vendedores de productos fertilizantes que cumplan con los estándares de salud, seguridad y medio ambiente de la UE podrán proporcionar información en una etiqueta digital cuyo uso, según la Comisión, podría ahorrar a una gran empresa hasta 57.000 euros anuales y a una pyme cerca de 4.500; se entiende que se refiere al gasto que se evitará al eliminar el uso de etiquetas de papel, aunque el organismo comunitario no ha aclarado este punto. Parece claro que el problema de los precios de estos productos no está en su etiquetado, pero cualquier ahorro, por pequeño que fuera, sería bienvenido por los agricultores dado el costo actual.

Además, a través de esta propuesta, el Ejecutivo comunitario quiere conseguir un «uso más eficiente» de los fertilizantes y simplificar las obligaciones de etiquetado para los proveedores. No obstante, el etiquetado digital será voluntario, lo que implica que los proveedores y minoristas, para comunicar la información de sus etiquetados a los usuarios, podrán elegir entre el formato físico tradicional, el digital o una combinación de ambos.

Los productos vendidos en envases a los agricultores y otros consumidores de fertilizantes seguirán teniendo en una etiqueta física la información más importante, como la seguridad para la salud humana y el medio ambiente, incluso si optan por usar la etiqueta digital. Este etiquetado ya se utiliza para algunos productos que contienen químicos, como es el caso de las baterías.

Además, el Ejecutivo comunitario informó de que está considerando desarrollar normas para el etiquetado digital en otros productos como detergentes, cosméticos y productos químicos. Esta propuesta ha sido enviada al Parlamento Europeo y al Consejo. En caso de ser aprobadas, las nuevas reglas se aplicarán dos años y medio después de su adopción.