El Consejo de Ministros acordó este martes la autorización del pago de 300 millones de euros en ayudas a los titulares de explotaciones agrarias en compensación por la subida del precio de los fertilizantes acumulada en los últimos meses. El ministro de Agricultura, Luis Planas recordó que los precios de los fertilizantes se han llegado a triplicar en el último año y que se trata de productos que tienen un carácter estratégico para la producción de alimentos, sin los cuales las cosechas pueden reducirse hasta en un 20%. Los agricultores españoles gastan anualmente unos 2.000 millones de euros en productos fertilizantes. Planas se mostró confiado en que estas ayudas, con las que se trata de favorecer el mantenimiento de la rentabilidad de las explotaciones agrarias, tengan también un reflejo en la reducción de precios de los alimentos.

Las ayudas se destinarán a las personas físicas o jurídicas y se concederán por hectárea a las superficies de cultivos permanentes y tierras de cultivo (exceptuados barbechos y pastos temporales) que hayan sido elegibles para el cobro de las ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC) en la campaña 2022, hasta un máximo de 300 hectáreas, y se establece un pago mínimo de 200 euros. Se estima que la medida beneficiará a unos 250.000 agricultores.

El Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), encargado de instruir las ayudas, las abonará directamente en las cuentas de los beneficiarios, que no tendrán que hacer ningún trámite adicional para solicitarlas. Luis Planas informó de que el Ministerio y las comunidades autónomas ya han hecho verificaciones de titulares y superficies y que a lo largo del mes de febrero se publicará una resolución provisional con los beneficiarios, para que el pago pueda realizarse en primavera. El importe máximo de las ayudas será de 22 euros por hectárea para el caso de superficies de secano y de 55 euros por hectárea para las superficies de regadío.

Estas ayudas se integran en un paquete amplio de medidas de Agricultura para el sector y buscan asegurar el acceso de los agricultores a la cantidad necesaria de fertilizantes para conseguir unos cultivos productivos y sostenibles. En el real decreto que recoge estas ayudas se estipula también una deducción del 15% en el impuesto de sociedades por el gasto para la adquisición de fertilizantes para su uso en la actividad agraria.

El índice de precios de los fertilizantes alcanzó cifras históricas en 2022, principalmente en el caso de los productos nitrogenados, cuya fabricación depende del gas natural procedente en su mayor parte de Rusia. El último informe de la Comisión Europea estimaba, a finales de 2022, que este insumo clave para asegurar una producción estable y un abastecimiento suficiente de alimentos se había incrementado en un 150% para los fertilizantes nitrogenados entre septiembre de 2021 y septiembre de 2022. La información del procedimiento de concesión de estas ayudas será actualizada puntualmente en la página web del FEGA (fega.gob.es).

Enfado.

Por su parte, el secretario general de UPA en Andalucía, Cristóbal Cano, ha mostrado su disconformidad con lo aprobado el martes en Consejo de Ministros porque no se ha modificado el umbral mínimo para acceder a las ayudas de los fertilizantes, tal y como se le pidió por carta al ministro el pasado día 13 de enero, y «se dejan muchos cultivos fuera, como por ejemplo las frutas y hortalizas».

Cano se ha quejado de «la medida deja fuera a miles de pequeños productores. El Consejo de Ministros ha aprobado hoy [por el martes] las ayudas directas para paliar el abusivo incremento de los costes de producción, especialmente los fertilizantes. Pero lo ha hecho en contra de los intereses de los pequeños agricultores, puesto que mantiene un umbral mínimo para acceder a estas ayudas de 200 euros, lo que se traduce en dejar fuera a las explotaciones de menos de 3,6 hectáreas en regadío y 9,03 hectáreas en secano, lo que significa que deja sin cobertura a miles de pequeños productores».

El responsable de UPA ha explicado que «cuando leímos la letra pequeña del Real Decreto Ley 20/2022, de 27 de diciembre, le enviamos una carta al ministro de Agricultura, Luis Planas, el pasado 13 de enero, en la que le pedíamos que tuviera en cuenta una serie de aportaciones para no excluir a los pequeños agricultores. Una vez conocida la intención del Gobierno de aplicar esta necesaria y acertada medida de apoyo, la analizamos en profundidad y advertimos al ministro que se quedaban fuera miles de pequeños productores por esos umbrales mínimos. No solo no recibimos respuesta de dicha carta, sino que nos encontramos con que hoy el Consejo de Ministros aprueba las medidas sin variar su propuesta inicial».

«No estamos de acuerdo con el hecho de que se mantenga el umbral mínimo de 200 euros, sobre todo porque en el precedente más reciente, el Real Decreto 428/2022 de 7 de junio, por el que se establecieron las bases reguladoras para la concesión directa de una ayuda excepcional por el conflicto en Ucrania, donde también se incluían límites, estos eran inferiores: sector ovino, 150 euros; caprino, 50 euros; cebo de terneros, 36 euros; cítricos, 150 euros. Por eso pedimos cambiar el umbral a 100 euros».

Oposición de Greenpeace.

La ONG ecologista ha criticado estas ayudas al considerar que suponen una «oportunidad perdida» para avanzar en la «necesaria y profunda» transformación del sistema agroalimentario para lograr un modelo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. «El campo lo está pasando mal, pero también el medio ambiente. Estamos en varias crisis tremendas: el cambio climático, el agua y una agricultura que tanto agrava el uso masivo y sin sentido de fertilizantes en el campo», ha manifestado el responsable de Agricultura de Greenpeace España, Luis Ferreirim.

Así, el representante de la ONG ha criticado que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación defienda a los fertilizantes como «estratégicos» para la producción de alimentos, cuando lo que se requiere es que esa producción sea «sostenible y esté en línea con los límites planetarios». No lo ve así el sector, cuyo trabajo es la clave para garantizar la soberanía alimentaria y que vería drásticamente reducida su productividad sin el uso de estas sustancias. A día de hoy no existen alternativas que puedan sustituir a los químicos nitrogenados y una merma en las cosechas tendría como consecuencia la necesidad de importar alimentos de otros lugares del mundo. Teniendo en cuenta que la UE practica la agricultura más limpia del planeta, no parece que esta sea una buena opción.