"No me hubiese disgustado ser ministro pero nunca lo pretendí"

Beatriz Palancar Ruiz
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Luis de Grandes presentó este viernes su libro de memorias políticas en sociedad, en Guadalajara, provincia a la que siempre ha representado en los más de 40 años de responsabilidades políticas

Luis de Grandes en el centenario despacho de abogado que heredó de su padre en Guadalajara capital. - Foto: Javier Pozo

Presume de ser seguntino y nacido en Guadalajara, así como de haber tenido la oportunidad de representar a la provincia durante más de 40 años de carrera política en el Congreso de los Diputados, las Cortes de Castilla-La Mancha y el Parlamento Europeo. Luis de Grandes (Guadalajara, 1945) se marcha de la política «voluntariamente» y esta vez, no como en las otras tres ocasiones que lo hizo, de manera definitiva. Reconoce que la abogacía y la política han sido su vida por eso ha escrito unas memorias en las que describe mucho de su trayectoria profesional y algo de su vida personal. Ayer, presentaba este trabajo en Guadalajara, entre su gente, y asegura que no será el último libro que salga de su bolígrafo porque, sí, él redacta a mano. Nos recibe en su despacho de Guadalajara capital, donde nació, para contarnos mucho lo narrado.

Su libro, Testigo de un tiempo. Historia del centroderecha español, ¿son sus memorias políticas?
Son unas memorias políticas personales y el cumplimiento de una doble obligación, rendición de cuentas después de tantos años votado por los electores, y, además, es un relato de toda la historia del centro derecha. Tuve la fortuna de empezar con Adolfo Suárez y concluir con Mariano Rajoy. Planteo que la construcción del centroderecha es un proceso que ha tenido diferentes vicisitudes y momentos, que ha participado gente diversa, y todo eso ha concluido en un crisol que es el Partido Popular. No hago ningún tipo de desprecio a otros partidos políticos, pero creo que el centroderecha debe pivotar sobre el centro y que el PP es el sitio idóneo para que se encuentren conservadores, liberales, democristianos y gente independiente.

Se ha marchado de la política tres veces, ¿esta es la definitiva?
Creo que después de 23 años en el Congreso de los Diputados, cinco en las Cortes de Castilla-La Mancha y 15 en el Parlamento Europeo, ha llegado el momento de retirarme de verdad. No me gusta la expresión de jubilado, no porque me haga más mayor, porque creo que hay que seguir trabajando hasta el final de tu vida. Es bueno intelectualmente y físicamente, en todos los sentidos. Por tanto, no voy a dejar nunca de opinar en política. Me llaman para dar conferencias, voy a escribir más libros, pero ya no quiero integrarme en la vida institucional en ningún tipo de responsabilidad. Me puede llamar, y de hecho me llaman, para pedirme consejos, para participar en la construcción de ideas, eso es lo que me toca ahora. 

Luis de Grandes en el centenario despacho de abogado que heredó de su padre en Guadalajara capital.Luis de Grandes en el centenario despacho de abogado que heredó de su padre en Guadalajara capital. - Foto: Javier Pozo

¿Va a seguir siendo abogado?
He estado 42 ejerciendo. He pasado a no ejerciente pero sigo siendo abogado. En cualquier momento concreto puedo vestir la toga, no quiero dejarla, porque también ha sido mi vida. Es mi vida profesional y es la vida que heredé de mi padre en este despacho que se abrió hace cien años. Tiene mucho que ver la abogacía con la política. Para un abogado, estar en el ámbito donde se construyen las leyes, no solo es compatible, si no que es enriquecedor.  

¿Sigue militando en el Partido Popular y mantiene algún cargo de responsabilidad en el partido?
En este momento, no tengo ningún cargo. He sido miembro de la Ejecutiva Nacional muchos años y lo dejé en el último congreso que yo presidí, el famoso XIX congreso, y ya no he querido estar en ningún ámbito. Quiero hacer una política distinta. En mí, mi partido, tiene consejo, mi participación, mi lealtad, todo lo que pueda ayudar desde el punto de vista de aprovechamiento de mi experiencia, sigo militando, pero no quiero asumir ninguna responsabilidad. Creo que no es el momento. 

¿Qué visión nos aporta su relato sobre algunos momentos históricos?
He querido ser honesto conmigo mismo y no hacer una construcción de un relato que me favoreciera para justificar mi vida, al revés. Soy muy autocrítico. Creo que he sido valiente. He aprovechado mi experiencia para justificar y analizar cómo se ha producido esa evolución entre lo que fue UCD, como centro político, que creo que cometió un error de exceso de ámbito porque los socialdemócratas deben estar en el Partido Socialista. Ojalá el PSOE volviera a su lugar. La dualidad del centroderecha y centroizquierda ha sido muy buena para España. Si los ciudadanos pudieran siempre pensar que, pase lo que pase, hay cosas claves que no van a cambiar porque se sigue creyendo en la Constitución y en los valores que conjugamos todos de una forma desinteresada y generosa, eso siempre tranquiliza a la opinión pública y a los pueblos. Que se tenga el temor de que en unas elecciones generales, como está pensando la gente ahora mismo, se está intentando destruir la Monarquía y se quiera cambiar la forma de Estado, o intentar pasar cuentas de la Guerra Civil y remover lo que fue un gran consenso, creo que es un profundo error. A la gente le inquieta y produce extremismos. Escribo el relato porque también quiero contrarrestar con otros que creo que no corresponden con la verdad. Con ese tipo de pretensiones de deslegitimar la famosa Generación del 78, no a las personas, al conjunto de partidos que fueron capaces de construir una España para todos, olvidando los momentos en los que nos confrontamos los españoles. Se están haciendo unos relatos peligrosos. Procuro hacer una descripción de verdad sin resaltar que uno tiene la verdad, de ver cómo hemos llegado hasta aquí, y con la preocupación de que no se olvide.   

Luis de Grandes en el centenario despacho de abogado que heredó de su padre en Guadalajara capital.Luis de Grandes en el centenario despacho de abogado que heredó de su padre en Guadalajara capital. - Foto: Javier Pozo

Uno de los capítulos, está dedicado al 23-F, ¿le apena que haya estudiantes que no sepan nada de este acontecimiento histórico?
Me apena pero no porque no sepan nada del 23-F, porque la educación en España adolece de que todo es un planteamiento nuevo. Se añora que en los estudios no esté el relato de la grandeza de la Historia de España. No se puede olvidar, hay que estudiarla. Y la reciente, que son estos 40 años por la recuperación de la Democracia, también se está estudiando con dos pinceladas. Creo acertado hablar del 23-F porque yo estaba allí, mi suegro fue el primer militar que estuvo desde el minuto uno en defensa de la Democracia, y el que estaba al lado del rey toda la noche era mi primo. De esas tres fuentes, sé bastante de todo esto. 

Ha sido diputado regional, nacional y eurodiputado, ¿cómo ha ejercido en Toledo, Madrid o Bruselas?
Tuve la enorme fortuna de  ser el más joven constituyente. Es un honor. Participar con esa gente tan importante en la comisión constitucional fue un privilegio. Después, he tenido la ocasión de tener grandes responsabilidades. He sido portavoz del PP en el Congreso de los Diputados ocho años, lo que no ha sido nadie. Se encontró en mí una persona idónea para negociar. Fue más dura la etapa de la mayoría absoluta que la de minoría. Es una parte de mi vida muy importante. Son 23 años en el Congreso de los Diputados. Hice pausas y me marché. Y luego me llamaron para ir a las Cortes regionales. Aquello fue una aventura importante porque tengo culpa o responsabilidad de su historia. Fui ponente del Estatuto y construí desde el primer minuto lo que fue Castilla-La Mancha. Estuve dos veces porque, cuando me volví a marchar del Congreso de los Diputados, volví. Indica que yo nunca me agarré al sillón. Defendí mis cuestiones, me marché y cuando volví es porque me llamaron. Nunca estuve buscando que me metieran en ningún sitio. Y después pasé al Parlamento Europeo. No le gustó mucho a Rajoy, que quería que planteara mi experiencia como vicepresidente de la mesa del Congreso, pero quería marcharme a Europa porque era una vieja aspiración desde el punto de vista intelectual. Y mi otra vocación, era el tema de Latinoamérica. He sido responsable de todos los temas latinoamericanos del Grupo Popular Europeo.  

¿No quiso, ni quiere, ser alcalde ?
Nunca he estado en la vida municipal, ni quiero. Yo decía en broma que cuando me retirara quería ser alcalde de Sigüenza. Y el otro día, me lo recordaron. Y dije que era verdad, pero que no. La vida municipal la aprecio. Es durísima. Les admiro mucho pero esa no ha sido mi vocación. Es verdad que ahí hay una laguna. Empecé por arriba porque, siendo muy joven, tuve grandes responsabilidades en el ámbito nacional y me convertí en un político nacional. Nunca he olvidado que soy de Guadalajara, siempre he presumido de ello. Nunca he querido ser diputado por otro sitio, y me lo han ofrecido, casi exigido, y he dicho que no porque me parecía que era un deber. Y eso no ha quitado que asumiera grandes responsabilidades siendo de Guadalajara, soy seguntino, y eso lo he tenido siempre a gala. 

En su libro, cuenta las dos ocasiones en las que declinó ser candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha, ¿ve factible que en las próximas elecciones se produzca un cambio de gobierno?
Creo que sí, que existe la oportunidad, pero es difícil porque en frente hay un político que hace buenas las enseñanzas de quien fue su mentor, José Bono. Me llevo bien con él, no quiero descalificarle con esto que digo, pero es pancista, no es socialista independiente de su partido. Son artimañas para envolverse en la bandera de que la región y los socialistas son los mejores defensores de esa causa. Si esto lo hiciera otro, lo descalificarían, pero a él no le importa porque el candidato socialista sabe que la sociología de Castilla-La Mancha no admite una posición del centroizquierda, es más bien del centroderecha, y trata de imbuir, inteligentemente, que él no va a destruir las causas, las formas y las tradiciones de Castilla-La Mancha. Yo creo que pueden ser fuerza mayoritaria, o no, qué diría Rajoy, porque no están las cosas para tirar cohetes, pero que en la conjunción van a perder Castilla-La Mancha, y él lo sabe.

¿Cree que la corriente nacional  ayudará a ganar votos al PP en la ciudad y la provincia?
Eso se ha producido casi siempre. A lo largo de todas las elecciones municipales que han sido precedente de las generales, se han empezado con los cambios en la vida municipal y autonómica. Los partidos tienen que afinar mucho en presentar a gente buena, con crédito, que la opinión pública vea que en la alternancia puede mejorar. Pero no he sido nunca candidato a municipales, por eso no quiero dar lecciones. 

¿Mantiene una buena relación con la dirección provincial del PP?
Sí, acabo de hablar con Lucas. Me parece que es un tipo estupendo, un gran alcalde, una innovación personal y política del partido en Guadalajara. Yo no tengo buena relación con todos, en absoluto, lo que pasa es que no me meto en la vida municipal para nada. Cuando me piden opinión, la doy. Hay en cosas que estoy de acuerdo y en otras no. No voy a dedicarme a decir a qué no y me parece que lo que hay que hacer es ayudar. En mí, no van a ver más que a una persona que va a ayudar. 

¿Hay algún aspecto de su carrera política que cambiaría o algo que le ha quedado por hacer?
No, creo que no. Me han dicho muchas veces que por qué no he sido ministro. Voy a confesar. A mí, no me hubiese disgustado ser ministro pero nunca lo pretendí. Sé que muchas veces he estado a punto de ser ministro. A mí, no se me hizo ministro por no perder el portavoz que era. Ese fue el problema pero no es una asignatura pendiente ni algo que diga que es una lástima. Yo tengo que dar gracias a los electores, a la política, a la comprensión de mi familia, a los amigos, de que he sido muy bien tratado, reconocido y querido también. Tengo que dar las gracias, con lo compleja y lo difícil que es la política, y lo valiente que he sido con no callarme, he tenido una vida larguísima que no la aventuraba. Fui a la política pensando que era un rato. 

Pensé que era vocacional. 
Sí, sí, pero no pensé que era par toda la vida. Lleva diez años trabajando como abogado, y me apetecía mucho, pero pensé que era la aventura que tuve en la Transición. Con eso, me hubiese dado por satisfecho. No pensé que iba a estar en política tanto tiempo. Creo que hay que tener vida propia porque si no, te conviertes en séquito, en el peor de los casos. En la vida hay que ser leal pero tienes que tener independencia de criterio, la posibilidad de contribuir con tu propia posición, no sin más contribuir como alguien resiliente. Eso no lo he sido nunca.

¿Tiene en mente algún nuevo proyecto literario?
Sí, sí. Tengo una pretensión de hacer un libro ecológico. Soy cazador, me gustan los toros y tengo la preocupación de que este movimiento ecologista está profundamente equivocado porque parte de la base de sacar al hombre de la naturaleza como si fuese el enemigo y es al revés. Y de la parte política, voy a seguir escribiendo. Creo que es lo que tengo que hacer. No quiero caer en el chascarrillo, no quiero un libro de anécdotas, pero tengo mucho que contar.