El Palacio de los Duques de Medinaceli de Cogolludo

Inmaculada López
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La Plaza Mayor de este municipio serrano alberga uno de los edificios históricos más impresionantes de la provincia de Guadalajara, que recibe la visita de miles de turistas cada temporada

La bella fachada renacentista del Palacio Ducal de Cogolludo. - Foto: Javier Pozo / Archivo

La pintoresca Plaza Mayor de Cogolludo, de 6.000 metros cuadrados de extensión y flanqueada por hermosas casas solariegas con soportales, da cobijo a uno de los edificios más impresionantes de la provincia de Guadalajara: el Palacio de los Duques de Medinaceli. 

 Este edificio de corte aristocrático lo mandaron construir esta conocida familia de nobles españoles a finales del siglo XV y, concretamente, se estrenó en 1492 para la boda de la hija de Don Luis de la Cerda y Mendoza, primer duque de la estirpe. Sin duda, la fachada de esta joya arquitectónica renacentista, obra de Lorenzo Vázquez y la primera de este estilo que se construyó en Europa al margen de Italia, es el principal motivo de admiración y deleite que concede la localidad serrana. Llama la atención su rico almohadillado, sus seis ventadas geminadas con parteluz en el centro, sus 23 escudos de la familia titular y su rica crestería. Sin duda, este bello frontis transporta al espectador a la Florencia renacentista. 

 El buen estado actual que luce este palacio se debe a la completa rehabilitación realizada por el Ministerio de Cultura, propietario del inmueble, en el año 2012 y posteriores. Comenzó con diferentes catas arqueológicas, gracias a las cuales apareció la famosa Venus que se atribuye a Zenón y que se exhibe en el Museo de Guadalajara, y continuó con la recuperación del precioso patio central porticado y sus dos patios contiguos. El edificio posee dos alturas y está organizado en torno al citado patio central del que se conserva la planta ba ja. En él aparecen arcos rebajados sobre columnas con capiteles alcarreños de influencia italiana. Una vez en su interior puede conocerse una muestra de la azulejería que lució en su época y la consolidación del patio principal, el patio de servicio y ambos jardines. En la segunda planta, impresiona el conocido Salón Rico y su chimenea adornada con estuco, que recuerda al reino andalusí. Los historiadores estiman que este magnífico palacio renacentista llegó a tener 59 salas nobles y que los jardines lucían una fuente que no desmerecía en absoluto a la popular Cibeles madrileña.

Usos. Hasta llegar a su actual estado de protección y conservación, el Palacio Ducal de Cogolludo sufrió diversos usos y avatares históricos. Entre ellos, fue la posada de la tía Usina, la bollería de Gregorio López, la cuadra del tío Jareño, hizo las veces de plaza de toros y hasta sirvió de cárcel de personajes como Francisco de Quevedo.

En la actualidad, el interior del Palacio de los Duques de Medinaceli se puede visitar a través del programa de visitas guiadas que ofrece la Oficina de Turismo de la localidad y que, además, incluye la entrada a la Iglesia de Santa María, edificio que custodia otro de los grandes tesoros artísticos de Cogolludo: El Expolio de José Ribera, uno de los grandes pintores españoles del Siglo de Oro. Este grandioso cuadro, que fue robado en 1986 y, afortunadamente recuperado un año después, muestra los prolegómenos de la crucifixión de Cristo en esa armonía sin violencia de claridad y oscuridad que El Españoleto conseguía impregnar magistralmente a sus obras.