La provincia tiene 60 alcaldesas en 313 localidades

Beatriz Palancar Ruiz
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Las mujeres que desempeñan cargos de responsabilidad como alcaldesas y concejalas en el mundo rural consideran que el papel de las féminas es fundamental para fijar población en los municipios más despoblados

La provincia tiene 60 alcaldesas en 313 localidades - Foto: J. Miguel Esparcia

Según los datos facilitados por la Diputación Provincial, de las 313 localidades que conforman la provincia de Guadalajara, incluyendo en este listado a Guadalajara capital y a las 25 entidades de ámbito territorial inferior al municipio (EATIM) y entidades locales menores, hay 60 alcaldesas al frente de estos gobiernos locales.

Casi todas ellas, reconocen que han encontrado dificultades y que les costó dar el paso. Además, algunas de ellas, compaginan sus responsabilidades en el ayuntamiento con otros cargos institucionales.

María Jesús Merino ha sido la primera mujer en alcanzar la Alcaldía de Sigüenza, con un equipo de Gobierno en el que la mayoría son mujeres, y además compatibiliza esta responsabilidad con el cargo de diputada en las Cortes de Castilla-La Mancha. Nunca ha sentido discriminación pero sí le han llegado comentarios machistas a sus oídos, se siente sola en muchas mesas de trabajo y lamenta que ejercer la maternidad en un «periodo de tiempo en el que queremos estar» penalice. Cree que hay que trabajar en el empoderamiento de la mujer y considera que «fundamental» que «esté reconocida por su trabajo porque si no criamos niños en el medio rural, al final, desaparece población. Hay que trabajar mucho el autoestima y el empoderamiento de la mujer para trasladar a nuestras niñas que pueden hacer todo lo que se propongan».

Sonsoles Rico es alcaldesa de Villanueva de la Torre y diputada provincial, además de contar con la experiencia de haber sido delegada provincial de Igualdad. Ella considera que el tema de las cuotas en las listas electorales ha dado muy buenos resultados y le gustaría que todos los partidos se comprometieran por igual. «Es muy importante que no caigamos en esos mensajes de que hay una lucha de mujeres contra hombres porque eso no es así», asegura, al tiempo que reconoce que «la igualdad real no existe» y que «hace falta mucha educación». Nunca ha sentido discriminación pero anima a las mujeres a salir a la calle el 8M porque considera que «tiene que seguir siendo un día de reivindicación».

En estos momentos, Elena Cañeque ostenta esa responsabilidad de ser delegada provincial de Igualdad y también es alcaldesa en Humanes. Lleva poco tiempo en primera línea política y está orgullosa de pertenecer a un pueblo en el que ya ha habido más mujeres en la Alcaldía. Eso sí, siente que «cada vez hay más mujeres y las listas son paritarias, pero es verdad que si miras los puestos de más poder, ves que todos son hombres». En la carrera política, ve dificultades porque «los cuidados siguen recayendo en su mayor parte en las mujeres. Están más presentes los padres, pero la carga mental sigue siendo una responsabilidad que se le da a la madre o a la mujer». Explica que en los pueblos es más difícil establecer servicios de cuidados de menores que no sean deficitarios porque las mujeres renuncian con más frecuencia a su vida laboral. Por eso, destaca la importancia de la puesta en marcha del Plan Corresponsables por parte del Gobierno regional para ayudar a las zonas rurales.

Raquel Flores también fue la primera mujer en alcanzar la Alcaldía de Aranzueque y la primera presidenta de la Hermandad del patrón, Santo Domingo de Guzmán. Está en su segundo mandato y cuenta con orgullo como su equipo de Gobierno está integrado en su totalidad por mujeres. «La lista entera, las diez, éramos mujeres. Al principio, se sorprendieron un poco pero luego nos decían que las mujeres al poder». Asegura que no ha encontrado dificultades añadidas por el hecho de ser mujer, y anima a todas aquellas que tienen aspiraciones políticas a «que den un paso adelante, se puede. Tendrán las mismas dificultades que un hombre. Las mujeres tenemos trabajo doble porque llegas a casa y tienes trabajo, pero hoy en día también te ayudan mucho en casa». 

Olga Villanueva es vicepresidenta segunda de la Diputación y concejala en El Casar. Proviene de la empresa privada, donde también conoció la soledad de los cargos directivos. Decidió aparcar un tiempo su carrera profesional para dedicarse a la crianza de sus hijos y aboga porque la mujer tenga esta opción si lo desea. Destaca que es la única portavoz de un partido político en el pleno de la Diputación Provincial y está convencida de que «hay que intentar dar visibilidad a las mujeres. Esto no va de hombres y mujeres, va de todos. Hay que educar en la corresponsabilidad». Presume de tener un equipo de confianza integrado al completo por mujeres y está convencida de que «cada vez que una mujer en un pueblo pequeño emprende, fija población». Es responsable del área de Igualdad en Diputación y espera que en el mes de mayo se ponga en marcha la Mesa de Igualdad de la institución para abordar los problemas reales en la provincia.

Por su parte, María Ángeles Rosado cumplió su sueño de entrar política poco después de publicar un tweet en el que aludía a la despoblación. Hoy, es la coordinadora provincial de Ciudadanos en Guadalajara y agricultora en Sayatón. «Las cooperativas agroalimentarias solo hay un 25% de socias, y de media en España solo hay un 4 o 5% de mujeres en consejos rectores y en CLM estamos cerca del 8%». La brecha de género en la política y en el campo cree que se debe a que «todavía no hay una corresponsabilidad equitativa entre hombres y mujeres. Muchas veces, no te puedes poner horizontes muy altos cuando tienes hijos, y más en las zonas rurales, donde careces de muchos medios para poder conciliar como aulas matinales o comedores». Pero confía en que el futuro está en la educación de las nuevas generaciones y «en sentar referentes políticos para nuestras hijas».

«Quisiera animar a que las mujeres participen en política, es muy importante porque, al final, la política es el ejercicio del poder y creo que las mujeres debemos compartir el poder en el hogar, en nuestros trabajos y donde se manda, en puestos de responsabilidad en la empresa y en política», señala Teresa Franco, concejala de Mujer en Sigüenza y responsable de Cultura de la Diputación Provincial. Ella llegó a la política ya jubilada y no esconde que hizo «parones» en su vida laboral. «Al final, lo acabas pagando», reconoce. «En cuanto hay una exigencia de dedicación, las mujeres se lo piensan más. Quisiera animar a que las mujeres participen en política, es muy importante porque, al final, la política es el ejercicio del poder y creo que las mujeres debemos compartir el poder en el hogar, en nuestros trabajos y donde se manda, en puestos de responsabilidad en la empresa y en política». Desea que las próximas generaciones acaben con «la educación ancestral» que ha traído «siglos de desigualdad».

Por último, Susana Alcalde, concejala del Ayuntamiento de Marchamalo y diputada provincial, reconoce que siente que llegó a la política para cumplir con la cuota de listas paritarias en su pueblo pero nunca ha sentido rechazo por ser mujer. Eso sí, llama a la reivindicación del 8M «por nosotras mismas, por no ponernos los límites, por no cerrarnos la puerta a poder hacer otras cosas» y está convencida de que es necesario involucrar a los hombres. «Siempre he pensado que en esta tarea de alcanzar la igualdad estamos todos y si no lo estamos nunca lo vamos a conseguir».